Mi Tesoro

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Las semanas pasaron, pero a diferencia de las anteriores, todo se sentía como un suspiro y un sueño para Hyunjin. Cada día era como un capítulo de un cuento de hadas que él nunca pensó que viviría. Cuando despertaba y veía al angelical pelicastaño a su lado, sentía que tenía que pellizcarse para asegurarse de que lo que estaba viviendo no era una fantasía. Tenerlo a su lado era como un regalo divino que había transformado por completo su existencia.

Una mañana, el suave resplandor del amanecer se filtraba a través de las cortinas entreabiertas, pintando el dormitorio con tonos dorados y rosados. Hyunjin despertó lentamente, sus ojos parpadeando para acostumbrarse a la luz suave de la mañana. Al girar la cabeza, se encontró con el rostro sereno de Felix, aún dormido, y sintió un nudo de amor y gratitud en su pecho.

Cada rasgo del rostro de Lix parecía esculpido por los dioses: sus pómulos decorados por pecas que parecían corazones o estrellas, sus labios rosados y ligeramente entreabiertos, y sus lindas pestañas descansando en sus mejillas. Hyunjin no pudo evitar maravillarse de la perfección de esas facciones, cada una de las cuales había memorizado como si fueran las líneas de su poesía favorita. Pero lo que más le fascinaba a Hyunjin no eran solo las características físicas de Felix. Era la forma en que su presencia llenaba la habitación de calor y amor. La forma en que su sonrisa, incluso en el sueño, parecía iluminar todo el espacio que los rodeaba. Hyunjin se sentía afortunado de tener a alguien tan increíblemente hermoso, tanto por dentro como por fuera, a su lado.

En ese momento, como si hubiera sentido la intensidad de la mirada de Hyunjin, los ojos de Felix se abrieron lentamente. Una sonrisa perezosa se extendió por su rostro al encontrarse con la mirada del rubio, y todo el mundo pareció detenerse por un momento. En el silencio de la mañana, la sonrisa de Felix hablaba de amor y de una conexión que trascendía las palabras. Hyunjin respondió con una sonrisa propia, sus ojos brillando con la pura felicidad de tener a Felix a su lado.

— ¿Cuánto tiempo llevas mirándome? — Preguntó Felix con su voz profunda de recién despierto, pero la sonrisa intacta en su rostro.

— Minutos... Horas... ¿Importa? — Bromeó Hyunjin molestando el pelo del castaño.

— ¡Stop it! — Dijo Felix entre risas golpeando el hombro de Hyunjin. — ¿Cómo es que eres tan hermoso? Tu piel... ¿Seguro no eres hijo del dios del sol o algo así? ¿por qué se ve tan dorada y resplandeciente?

— Creo que lo que estás hablando es de tu reflejo en el espejo, no de mí. — respondió Hyunjin con una sonrisa tierna. — Debo verme así porque tengo al sol brillando justo en frente mío. — Felix tenía esa capacidad inigualable de sacar su lado tierno y cursi. Además, se había vuelto una linda tradición el recordarse lo obsesionados que estaban el uno con el otro. — Pero no cambies el tema ¿Qué soñabas y por qué sonreías así?

— Más que sueño, eran recuerdos de cuando estuvimos en París y otras cosas que vivimos antes. — Felix suspiró y sonrió — ¿Recuerdas cuando nos quedamos encerrados en la bóveda?

— Ah, el día que casi muero de vergüenza porque casi me da un infarto de pensar que íbamos a quedarnos encerrados para siempre, — bromeó Jinnie.

— Sí, exactamente, jajaja — rió Felix por lo bajo —esa tarde, a pesar de todo... Te quedaste dormido en mi hombro y yo no podía dejar de mirarte. Yo estaba muy contento de tenerte a mi lado... Si supieras cuántas veces me negué a pensar en ti como algo más en mi vida que mi jefe... ¿Y ahora estar aquí? Wow...

— Eso sí no lo sabía, — Molestó Hyunjin a Lix. El saber que solo lo había visto como su jefe era tan raro. Para Hyunjin, Felix siempre fue sólo Felix, alguien muy creativo que resultó trabajando con él. — Estaba tan en modo de sobrevivencia que en serio me dormí. Ese día fue revelador para mí... descubrí que eres mi almohada favorita... pero también... — Le confesó, siempre hablaban mucho pero todavía habían muchas cosas y siempre las iba a haber para decirle a Felix. — Ese día confirmé que no me estaba imaginando cosas y que simplemente no te podía ver sólo como alguien con quien trabajaba... Y bueno, luego de todo, creo que el museo no volvió a ser lo mismo porque tu lo re-interpretaste para mi. Incluso hoy, el museo no es igual sin ti...

Blue Water Lilies - HyunlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora