capítulo 4

5 0 0
                                    

Narra Smoker

Tan dulce y tan buena, una mezcla muy peligrosa en una mujer como ella. Sin embargo, no me molesta en absoluto. Es más... me pone cachondo con tan solo pensar cómo será hacerlo con ella. Tan inofensiva junto con un hombre tan dominante como yo. Sería divertido ver aquello.

No debería pensar en esas cosas pero esta niña está haciendo que saque lo peor de mi. Y encima mis ojos están clavados en esa falda corta que cualquiera podría aprovechar y tocar su trasero. ¿Por qué demonios lleva algo tan corto? Lo normal es que lleve un pantalón algo holgado y no. Me molesta y al mismo tiempo me excita.

-¿Desea algo, Smoker-san?

Su pregunta me deja algo desconcertado. ¿Qué es lo que deseo? Oh, si tu supieras mocosa. Podría hacerte lo que quiera en este mismo instante.

—Últimamente te noto un poco rara -digo con sinceridad llamando su atención.

—¿Rara en qué sentido?

-¿Te pasa algo conmigo? -noto como su cuerpo se tensa para luego mirarme un poco.

-No pasa nada con usted, Smoker-san.

¿Por qué tengo la sensación de que me está mintiendo? Exhalo el humo de mis puros sin dejar de mirar a la chica que solo se limitaba a seguir con su labor. Niña, deja eso a un lado y concéntrate en la pregunta. Una vena aparece en mi sien aguantando las ganas de explotar.

-Se ve lindo así molesto, Smoker-san-¿Lindo? No sé si son cosas más o que, pero siento como mis mejillas empiezan arder.

-Contéstame a la pregunta,

-Ya le contesté, Smoker-san.

Ya me estaba sacando de quicio esta niña. Muerdo con fuerza mis puros sintiendo el sabor de la hierba que está hecha. La mocosa se está burlando y eso hace que mi paciencia tenga un límite. ¿Por qué tienes que ser así conmigo?¿Me estás torturando mental y físicamente?

-Si fuera así, no le estaría hablando Smoker-san. Sin embargo, le tengo respeto y que yo sepa no hay ningún problema con usted. A lo mejor necesita algún tipo de descanso...

¡Se acabó! Estiro mi brazo hacia ella, gracias a la Fruta del Diablo, y poso con fuerza hacia la encimera haciendo que la joven se asustara ante tal acto. Con ello, me levanto y camino hacia ella. Percibo miedo y tensión en la chica que solo estaba quieta. Tenerla tan cerca de mi hace que aumente mi excitación y tengo la sensación de que ella lo está notando.

La joven, con determinación, va girando pero yo se lo impidió poniendo el otro brazo casi arriconándola. Está indefensa en esta posición.

-¿Te crees que soy tan estúpido como para no darme cuenta lo que intentas hacer?

La respiración de la joven se vuelve más entrecortada al sentir el mío. Y más aún cuando estoy fumando cerca de ella.

-Sabía que algo pasaba -digo muy cerca de su oído-Lo sé por tu forma de vestir -el aroma que desprende de su cuello me estaba volviendo loco-Siempre utilizas ropas más holgadas pero últimamente estás llevando este tipo de ropas sin descaro, con una de mis manos empiezo a recorrer aquellas telas que me estaban poniendo un tanto molesto y a la vez me excita—. Una falda corta... tan jodidamente provocativa para mis ojos...

-Smoker-san-¿Son cosas mías o acaba de gemir?

-Tan corta que me dan ganas de arrancar tus bragas y penetrarte con fuerza... siento como su cuerpo está temblando debajo mío, ¿es bueno o malo?-. Y esto... —la giro lentamente obligándola a que me mire mientras tiro aquella camisa—, un simple escote que te hace más atractiva de lo normal y encima casi enseñando los pechos.

Por ella lo que seaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora