Entrenamiento para la desesperanza

30 5 8
                                    



    Envidio el infortunio de los ciegos, de los sordos y de los mudos, porque de ellos son la pintura, la música y la verdad.

Yo

México es un país muy orgulloso de su cultura culinaria. La mierda se sirve en diferentes platillos y de diferentes formas. La he visto que la comen tanto, que yo ya no distingo entre lo que es chocolate y lo que es el estiércol. Yo, por mi parte, conozco dos maneras de consumir un mojón, se sirve con maíz, orégano, una salsa hecha a partir de chile guajillo con cebolla, ajo y pimienta negra, aunque nunca lo he probado porque todavía no me he acostumbrado al olor de la cebolla. He visto también a gente que se la come a mordisco lentos y no para hasta hartarse de tanto comer y así poder defecar en la noche y poderlo reservar para comérselo por la mañana en el desayuno. Pero, después, vino esa moda de cortar el excremento en pedacitos y freírlos en manteca de cerdo, jugo de naranja y un poco de cerveza. La verdad es que la variedad es extensa, no hay ninguna duda, las personas que ya llevan siglos comiendo la mierda tiene que darse la manera de variar el plato para no aburrirse de siempre comer lo mismo.

La otra vez encontraron el cuerpo de una estudiante, apenas tenía 15 años, no le habían quitado nada, incluso tenía sus pertenencias, pero yo, que estoy al tanto de las cosas, sé que le quitaron su intestino grueso. Desde ese momento, empezaron a comer los desechos de la gente joven, la escoria fresca. Dicen que cuando la persona pasa de los 35, el intestino se endurece y se agria y ya no vale la pena comerlo. He visto comer la mierda de muchas maneras, lo que no he visto nunca es ver sacarla de a una persona viva. Por supuesto, la gente adinerada le gusta comer las heces "vivas", según me explicaron, sabe mucho mejor, la sangre, disque, le da mucho atractivo a la cosa, lo que pasa es que sacar eso de alguien vivo es, naturalmente, bastante complicado, de vez en cuando hace que se necesiten leyes, reformas y otros elementos para llevar a cabo dichos actos. Los pobres, por otra parte, la tienen complicado, y si los que comen no son más de dos personas, digamos; un padre y un hijo, al ser tanta violencia, se vuelve bastante dificultoso sacarle el intestino, así que se contentan con comérsela de una persona muerta, claro, que no tenga mucho tiempo ¿verdad?, con el alma, aunque mucha gente no lo crea, sabe muchísimo mejor pues cuando el alma abandona el cuerpo, el estiércol queda con menos sabor y la persona que come no se queda tan satisfecha como si estuviera comiéndola fresca, pero el ciudadano de a pie se contenta, come silenciosamente mientras se jacta de que otros no puedan comerla fresca como él, en la televisión siempre enseñan ese manjar apetitoso, y la gente se adueña de esas fantasías mientras come. Yo, por mi parte, hace ya como dos años, más de dos años, estoy intentando comer mierda mínimo una vez por semana y déjenme que les cuente lo que yo siento, bueno, claro que al principio se me descomponía el estómago y ondas así, pero ahora todo eso se me ha endurecido, fíjese, yo me siento muy orgullosa de ser de los pocos que se da cuenta, lo que me permite comerla sin necesidad de sentirme culpable o responsable, claro, no es como me guste ver como se comen la mierda, solo que una ya soporta eso mejor cuando ya se vuelve cosa de cada sábado, una ya ha clasificado ese hecho entre los que se hacen todas las semanas, entre lo que sería bueno no seguir haciendo, pero va a tocar seguir haciendo hasta que se muera, dios solo sabe cómo, pero ahora ni modo, nos tocó. Resulta que nosotros salimos escogidos.

Pero, por qué no mejor no me dejan que piense en otra cosa, en libertades, por ejemplo, no, no, no me gusta hablar de libertades. Eso de sentarse en un parque y no decir nada. La una y media de la tarde, caminar, caminar con un amigo, dos, mirar a todo el mundo y ser extraña. 

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Nov 15, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Entrenamiento para la desesperanzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora