Esposo mio...

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Las botas hacían resonar las suaves piedras del pavimento mientras se acercaba a aquel lugar donde el ambiente era tan denso que apenas dejaba respirar. Nadie había sido capaz de acercarse a aquel sitio hasta ese día donde parecía que estaba disminuyendo aquel poder demoniaco. Ya no quemaba, ni expulsaba a todos sin control.

Eso solo anunciaba una cosa... el portador de aquel poder pronto saldría de allí.

Yanhuan estaba mortalmente serio mirando en dirección a la puerta llena de talismanes que por poco no habían aguantado la presión en su interior. Había sido una lucha de más de un mes y medio, donde Fengxiao después de ser traído allí sumamente herido y al borde de la muerte había perdido control sobre la espalda en su interior. Solo no había muerto por dos cosas... por esta misma que afianzaba su contenedor a la vida... y las ansias de encontrar a la persona que le había sido arrebatada.

Habían sido días muy tormentosos, muy dolorosos, con tantas dudas, incertidumbres y sin noticias.

-¿Aun nada?- preguntó al guardia que apareció arrodillado detrás de él que estaba pálido debido a la cercanía con el poder demoniaco.

En el caso de Yanhuan ya estaba acostumbrado después de tantos años junto a Fengxiao por lo que no estaba tan afectado, aun así, todavía la presión lo hacía sudar.

-Lo siento señor Yanhuan. Hemos revisado por todos lados y aún no tenemos noticias.

Yanhuan apretó los dientes hasta que estos le dolieron tanto que tuvo que soltar un suspiro. Las ojeras debajo de sus ojos eran muy marcadas y decir que estaba agotado era poco, pero no podía dormir cuando el peso de la secta estaba sobre sus hombros. Era lo menos que podía hacer para devolver parte del favor de sus líderes.

-Sigan buscando. No puede quedar un solo lugar sin revisar. Como si tienen que buscar debajo de cada piedra. El esposo de señor Fengxiao no puede haber desaparecido así de fácil- gruñó y el hombre detrás de él tembló y rápidamente desapareció.

Si fuera por él iría él mismo a buscarlo, mas no podía moverse de la manada. Y menos cuando eran un punto vulnerable en ese momento. Solo no los habían atacado directamente porque la barrera estaba intoxicada de energía demoniaca debido a que el poder de Fengxiao estaba sin control. Solo los pertenecientes a la secta podían entrar y salir sin morir en el intento. Al menos eso indicaba que su líder tenía un hilo de conciencia.

-Por favor, que toda esta pesadilla desaparezca rápido- rezó con los ojos cerrados, aunque no sabía si eso sería posible.

Se dio media vuelta al ver que no había cambios y volvió a su habitación antes de pasar por el estudio para atender las cosas de la secta. Esta no se encontraba sola y desde afuera se podían escuchar ligeros sonidos. Abrió la puerta con una leve sonrisa encontrando a Yanfeng con un pequeño niño cargado en sus brazos al que alimentaba con un biberón.

-Hermano- su gemelo alzó la cabeza al escucharlo entrar.

Este cerró la puerta detrás de él y se sentó a su lado en la cama dándole un beso en la frente.

-¿Cómo está?

El rostro de Yanfeng era algo tenso, pero no tanto como para preocupar a Yanhuan al menos en ese aspecto. Su mirada se posó en el bebé en sus brazos que se alimentaba como si el mundo apenas existiese a su alrededor.

-Está bien. Es muy sano- después de eso cerró los ojos con pesar y estos se quisieron aguar de solo recordarlo- Debería ser el señor Zhiyin quien estuviera haciendo esto. Estaba muy feliz y ansioso de tener a su hijo en sus brazos, pero ahora... no está ¿dónde está hermano? ¿Estará bien? ¿estará comiendo?

Apretó los labios para no soltar un sollozo. Contener sus emociones últimamente le estaba costando mucho debido a la depresión de no saber nada de sus líderes. Yanhuan acunó su mejilla en un intento de reconfortarlo.

-Lo encontraremos. Estoy seguro. Zhiyin volverá junto a su esposo e hijos. Él es fuerte- se decía eso más para sí mismo que para su hermano.

Yanfeng asintió. Era un tema que hablaban todos los días pero aun así no podía quitar el malestar en su interior.

-Cuando termine de comer le daré al joven amo a Suji. Me toca vigilar al señor Fengxiao- dijo Yanfeng quitando el biberón vació de la boca del bebé y recostándolo sobre su hombro para quitarle los gases.

El pequeño era una imagen igual a Fengxiao cuando pequeño. Con cabello oscuro y lacio como el líder, y unos ojos azules grandes y preciosos que encantaban a cualquiera. Si había algo que hubiera sacado de Zhiyin... quizás sus mejillas, pero por el momento no encontraban rastros de él en el bebé. Sabían que Zhiyin la armaría cuando lo viera, por mucho que lo quisiera.

-Ten cuidado cuando estés ahí. Hay algo raro, la atmósfera alrededor del señor Fengxiao ha cambiado. Si notas algo extraño aléjate- Yanhuan le advirtió apretando su muslo en advertencia.

-No te preocupes hermano. Lo sé- su gemelo le sonrió.

-Volveré al trabajo. No puedo dejarlo todo encima a Suji. Y debemos mantener la secta a flote hasta que sus líderes retomen el poder- Yanhuan se levantó y masajeó su cuello que en ese momento le dolía- Nos vemos en la noche, solo pasé a ver como estabas y al pequeño renacuajo.

Yanfeng sonrió y recibió con gusto el beso en los labios rápido de su hermano. Este acarició la cabeza del bebé y se dio media vuelta para salir cuando alguien entró corriendo dentro de la habitación. Estaba agitado y conmocionado.

-¿Qué ocurre?- Yanhuan le preguntó con un pico de ansiedad.

-Señor, alguien afuera de la barrera pide permiso para pasar. Dice que tienes noticias del paradero del señor Zhiyin.

Los dos gemelos se miraron. Sus corazones latieron en su pecho. Por fin, después de tanto tiempo algo que pudiera ayudarlos a encontrarlo.

-Déjalo pasar- sacó un talismán y se lo dio. Que entren.

-Pide también ayuda. Su acompañante está herido y necesita atención. Escaparon de donde estaban reclusos y vinieron directamente.

Yanhuan asintió.

-Tráelos más no quiten su mirada de encima de ellos. No podemos confiar en nadie ahora.

El guardia asintió y desapareció. Yanfeng ya se estaba levantando de la cama con el bebé.

-Lo dejaré con Suji, si hay que moverse lo mejor es que esté seguro con ella- su hermano gemelo asintió

***

Cerca de 20 minutos después un hombre con la túnica sucia entró cargando en su espalda un chico más joven y pequeño. Yanhuan lo estudió por un momento y aunque no sintió un aura amenazadora a su alrededor no perdió cuidado.

-Puedes dejarlo en esta habitación para ser atendido- le indicó la estancia a su lado.

-Muchas gracias- Jianwen no podía hacer otra cosa para agradecer. Después de un mes intentando escapar al fin lo habían hecho, mas no había sido fácil, desde lograr salir de su cárcel hasta colarse al barco había sido una proeza. Dalai había sido herido en el proceso protegiéndolo y aunque no era tan grave como para ser de muerte, aún estaba preocupado de su estado.

Yenhuen, el doctor, entró después de él y con la misma lo agarró del hombro después de dejar al chico sobre la cama y lo expulsó de la habitación dejando al hombre confundido.

-No le gusta tener a nadie estorbando mientras hace algún tratamiento- Yanfeng lo estudiaba de arriba abajo- ¿Y usted es...? ¿Me parece familiar?

-Yo... soy el líder de la secta orfebre Zhuanshi, Han Jianwen y... aunque parezca raro... el padre biológico de su joven señor... Han Zhiyin

Enamorado de un idiota (Novela original)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora