Capítulo 10

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La iglesia estaba llena de silencio mientras la mirada de todos estaba fija en Jungkook, quien se encontraba en el altar. El padre Namjoon, con una sonrisa siniestra, esperaba una respuesta que no llegaba.

Jungkook se sentía atrapado en un remolino de pensamientos y emociones. ¿Por qué no podía decir las palabras que se esperaban de él? La presión de la iglesia y la mirada de todos los presentes parecían aplastarlo.

Mientras su mente se nublaba y la visión se volvía borrosa, recuerdos olvidados comenzaron a surgir. Eran imágenes de su infancia, de cuando era solo un niño de dos años, huérfano y perdido en las calles. La violencia que rodeó la muerte de sus padres lo perseguía en esos recuerdos.

No quería recordar pero su mirada se estaba volviendo borrosa.

—¿Jungkook?

La voz de Namjoon resonó en la mente de Jungkook, transportándolo de regreso a su infancia, a esos primeros recuerdos olvidados. 

Flashback 

El pequeño Jungkook, apenas un niño de dos años, yacía solo en un oscuro callejón. Sus lágrimas se mezclaban con la lluvia que caía sobre él, empapándolo hasta los huesos. Había perdido a sus padres de manera violenta, y el miedo lo consumía.

Fue entonces cuando apareció Namjoon, un hombre alto con un aura de serenidad y sabiduría. Se arrodilló junto al niño y lo envolvió con su abrigo para protegerlo de la lluvia. Su voz era suave y reconfortante.

—No temas, pequeño. Estás a salvo ahora —dijo Namjoon, acariciando el cabello mojado de Jungkook—. Mi nombre es Namjoon, y estoy aquí para cuidarte. ¿Cómo te llamas?

El niño titubeó antes de responder.

—Soy Jungkook. ¿Por qué me ayudaste? —preguntó, mirando a Namjoon con ojos curiosos y asustados.

Namjoon le dedicó una sonrisa compasiva.

—Porque creo que tienes un destino especial, Jungkook. Dios me ha guiado hacia ti para ayudarte a encontrar tu camino.

Como si el tiempo pasara rápido, Jungkook tenía diez años y estaba sentado en la biblioteca del convento, su mente ávida de conocimiento. Namjoon estaba frente a él, explicándole un pasaje de la Biblia.

—Recuerda, Jungkook, que el amor y la compasión son las piedras angulares de nuestra fe. Dios nos guía hacia la redención a través de estas virtudes —dijo Namjoon con una cálida mirada.

El niño ascendiendo, completamente entregado a las enseñanzas de su mentor.

En ese entonces, el padre Namjoon se mostró amable, ¿Qué cambió?

Los recuerdos continuaron desplegándose en la mente de Jungkook mientras seguía atrapado en su pasado. Ahora, tenía catorce años y caminaba junto a Namjoon en los jardines del convento. La brisa fresca acariciaba su rostro, pero su corazón estaba lleno de dudas.

—Padre Namjoon, no sé si soy digno de este camino —confesó Jungkook, mirando a su mentor con ojos llenos de inseguridades.

Namjoon sonrió con afecto y colocó una mano en el hombro de Jungkook.

—Jungkook, todos dudamos en algún momento. Pero recuerda que Dios te ha llamado por una razón. Debes seguir adelante y ser un ejemplo de fe para los demás.

El adolescente asintió, sintiéndose momentáneamente reconfortado por las palabras de Namjoon.

Jungkook tenía catorce años y se encontraba en el jardín del convento. Namjoon caminaba a su lado, compartiendo sus sabias palabras.

Amor Prohibido /KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora