día de compras

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Natalia me despierta balanceando mi cuerpo de lado a lado, y ambas nos levantamos para desayunar, cosa que yo no solía hacer cuando me despertaba pronto por que me sentaba mal, pero como eran las diez...

-¿Quieres un café?-pregunto agarrando dos tazas al escuchar un asentimiento de su parte.

Mientras lo hacia, sentía su atenta mirada y cuando me giro a mirarla, me estaba sonriendo.

-¿Que pasa?-pregunto cruzándome de brazos.

-Nada...-dice caminando hacia la nevera.

-¡Que me cuentes Nati!-chillo agarrándola y haciendo que riera por mi insistencia.

-Vale vale-acepta recolocándose el pelo que yo había revuelto-ayer os veía muy pegados a ti y a Tom.

Al escucharla me recorre un escalofrío por todo el cuerpo. El recuerdo de ayer por la noche me llega a la cabeza. El tacto de Tom, las caricias, las miradas... incluso su manera de agarrarme por los hombros y la normalidad con la que lo hicimos.

-Puede, pero no es por nada-digo agarrando las dos tazas de café-solo fue por que estaba triste por la muerte de Pollo y él me intentó calmar.

Para quien no lo sepa, Pollo se llamaba mi personaje favorito de la película de ayer. Gran nombre ¿verdad?

-Pues entonces no te importara que invite a los gemelos a nuestro día de compras-dice agarrando la taza que le había puesto delante.

Mi cuerpo se tensa y mi mirada evita la suya a toda costa. La idea de ver a Tom después del acercamiento de ayer me pone nerviosa. No sabía si seguiría igual o haría como si no hubiera pasado nada, y eso me ponía nerviosa.

-No me importa, lo de ayer fue solo una especie de apoyo-digo segura de mis palabras-no le intereso, ni él me interesa a mi. De hecho, hay veces que nos odiamos por nuestras personalidades chocantes.

-Explica eso-pide Natalia acompañando sus palabras con su risa tranquila.

-Pues él es un chulo con autoestima a desmedida y yo una persona madura y razonable-digo levantando mis hombros y dándole un sorbo a mi café.

-Pues no parecía que pensaras eso ayer cuando os mirabais todo el rato de camino a casa-suelta con normalidad, haciendo que yo escupiera todo el café de golpe.

Natalia empieza a reír mientras yo toso y comienzo a limpiar el desastre que había causado su maldito comentario.

-Bueno, invítalos si quieres-digo terminando mi café y dejando la taza para lavar-por mi no hay problema.

Ella asiente y se dirige a mi teléfono, buscando en contacto de Bill para llamarlo. Le explicó sobre nuestro plan y él accedió diciendo que se lo contaría a Tom cuando despertara.

Me meto en mi vestidor junto con Natalia y ambas decidimos que ponernos. Yo obviamente le dejé que agarrara lo que quisiera. Ella se puso un suéter negro, una falda marrón y unas botas negras, recogiendo su pelo rizado en un moño. Yo me pongo una camisa azul de a rayas, unos vaqueros cortos y unas botas negras, me recojo los primeros mechones de pelo hacia atrás en una coleta y lo demás lo dejo suelto.

Ella agarra el bolso que llevaba ayer y yo una tote bag. Salimos de casa cerrando la puerta con llave y subimos al piso de los chicos, tocando a la puerta una vez estamos fuera.

Bill abre y nos recibe con una sonrisa, pidiendo que pasáramos por que aún no estaba preparado.

Se va corriendo y una voz en el salón nos hace caminar hacia allí.

-¡Bill, date prisa o te juro que rompo tu sombra de ojos negra!-chilla Tom tumbado en el sofá gigante.

Yo me acerco y cuando estoy apunto de llegar, salto a su lado chillando, y él se sobresalta al no esperar que hubiera alguien más en casa.

una grieta en el espacio-tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora