La huida de Jungkook fue un total desconcierto entre los miembros del convento. La iglesia estaba llena de murmullos, habladurías malas sobre Jungkook y confusión mientras la audiencia, observaba la inusual escena.
Seokjin, por su parte, mantenía a Jimin en su tienda de costura, aislado de los eventos en la iglesia.
Mientras tanto, el padre Namjoon, recuperando la compostura subió al altar, tratando de calmar a la audiencia consternada.
—Por favor, hermanos y hermanas —dijo Namjoon con voz serena—. Sé que esto es inesperado, pero Jungkook necesita tiempo para reflexionar sobre su vocación y su relación con Dios. Solo son nervios pero ahora vuelvan a sus casas y disculpas por el recién acontecimiento.
Aunque las palabras de Namjoon lograron calmar la audiencia en cierta medida, la iglesia comenzó a vaciarse rápidamente.
Namjoon se dirigió a la iglesia y entró a la habitación más lejana con paso frenético, dando un portazo que hizo temblar las paredes. Su mirada se volvió salvaje, y sus manos temblaban de rabia mientras se dirigía al escritorio. Agarró un crucifijo y lo arrojó contra la pared con un grito ensordecedor.
—¡Maldita sea, Jungkook! —gritó Namjoon, su voz llena de furia desquiciada— ¡Cómo te atreves a arruinar todo lo que he construido! ¡Eres un maldito malagradecido!
Estaba fuera de sí, su rostro desfigurado por la rabia. Se volvió hacia un espejo en la habitación y comenzó a lanzar insultos y amenazas hacia su propia imagen reflejada.
—¡Eres un maldito fracaso! ¡Has arruinado todo, tú y tu estúpida duda! —gritó, escupiendo cada palabra como veneno.
Namjoon se abalanzó sobre el espejo, rompiéndolo en pedazos con sus puños. El reflejo de su ira se dispersó en fragmentos afilados por el suelo, pero su furia no se aplacó.
—¡Debería haberte aplastado cuando tuve la oportunidad! —continuó gritando, golpeando la pared con fuerza—. ¡Eres una decepción, una mancha en mi legado!
Las obscenidades seguían fluyendo de su boca mientras Namjoon parecía haber perdido toda razón. Su mente estaba nublada por la furia, y sus palabras eran como dagas envenadas dirigidas hacia sí mismo y hacia Jungkook.
Por otro lado, Jungkook regresó a la iglesia, sintiendo una mezcla de alivio y confusión por su huida repentina. No sabía dónde se encontraba Jimin y sentía un nudo en el estómago por la incertidumbre. Mientras caminaba por los pasillos, notó que la iglesia estaba extrañamente tranquila. Pero a medida que avanzaba, escuchó el sonido amortiguado de objetos rompiéndose y voces enfurecidas.
Siguió el rastro del ruido hasta una puerta entreabierta. Al asomarse, se encontró con una escena impactante. En la habitación detrás del altar, el padre Namjoon estaba solo, desencajado, golpeando y destrozando todo lo que encontraba a su paso. Sus palabras eran un torrente de obscenidades y odio, lo que llevó a Jungkook a darse cuenta de que algo iba terriblemente mal.
Namjoon no notó la presencia de Jungkook en la puerta, su rabia estaba descontrolada. Jungkook, angustiado y preocupado por su mentor, intentó hablar:
—Padre Namjoon, ¿Qué ha sucedido? ¿Estás bien?
Namjoon se volvió bruscamente hacia Jungkook, sus ojos llenos de furia y una sonrisa desquiciada en el rostro.
—¡Jungkook! ¡Eres un maldito traidor! —gritó Namjoon—. ¡Has arruinado todo!
El rostro de Namjoon se retorció con una mezcla de odio y locura. Jungkook, completamente desconcertado, no entendía lo que estaba pasando. ¿Dónde quedó el padre amable que había conocido?
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Amor Prohibido /Kookmin
Любовные романыJeon Jungkook, de 20 años, se encuentra en la recta final de su formación como sacerdote bajo la tutela del Padre Namjoon, a quien admira desde la infancia. Sin embargo, su mundo da un giro inesperado cuando conoce a Park Jimin, un joven que despier...