☬ Número desconocido ☬

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Una de las cosas que Thor había obligado a su hermano a hacer para redimirse era unirse a los Vengadores. A Loki le gustaba la parte de combate y destrucción sin consecuencias que venía al ser parte del equipo, pero la mayoría del tiempo se la pasaba encerrado en los cuarteles escuchando a los Vengadores pelear entre ellos por cualquier tontería, aburrido. 

Tú eras esa parte de su día que iluminaba su expresión. Ambos tenían una rivalidad amistosa, desde cosas tan simples como en los videojuegos hasta algo importante como estrategias de ataque en el trabajo. Convivían lo suficiente para que él te considerara tu amiga, pero ese día tuvo que replantearse toda su relación contigo.

Estabas más distraída de lo habitual. No estabas siguiendo sus bromas, apenas le habías dirigido la palabra, y no despegabas la vista de tu trabajo. Normalmente tomabas descansos, aunque sea un par de minutos, pero durante toda la mañana habías estado metida en tu laboratorio. Ni siquiera estabas usando los audífonos donde siempre escuchabas música. 

Loki consideró fuertemente la posibilidad de que hubieras sido remplazada por un alienígena, pero rápidamente descartó la idea; conocía bien tus ojos y la forma en que brillaban, aun cuando algo andaba mal, podía ver que en realidad eras tú. Por eso decidió acercarse, aunque de manera discreta. Se sentó cerca del laboratorio donde trabajabas, donde pudiera observar lo que estabas haciendo sin tener que levantarse o interferir.

Todo parecía estar en orden, excepto por una cosa: tu celular no dejaba de sonar. Tenías que colgar las llamadas una y otra vez, lo pusiste en modo avión, pero entonces empezaste a recibir llamadas a tu oficina. Estabas claramente irritada por ello, pero no querías contestar, lo que parecía indicar que sabías quién llamaba. Entonces, ¿por qué ignorar la insistencia?

Habías adquirido la habilidad mental suficiente para que Loki no pudiera leer tus pensamientos, así que no pudo simplemente adivinar lo que pasaba por tu mente. Además, te quería y respetaba lo suficiente para darte esa privacidad, aunque tenía mucha curiosidad sobre lo que pensabas en muchas cosas, sobre todo en esos momentos en que te quedabas callada.

Extrañado de que su hermano no estuviera en su lugar, Thor fue a buscar a Loki, encontrándolo con su mirada perdida en ti. El rubio ya había notado el interés del dios del engaño en tu persona, pero cada vez era más obvio que no era simple amistad. Estaba obsesionado contigo, pero por primera vez en su vida, no era de forma enfermiza. Simplemente estaba fascinado por tu personalidad. 

—Si sigues mirándola así, vas a asustarla —Thor lo sacó de sus pensamientos, desviando su mirada.

—Hay algo extraño —señaló—. Su teléfono ha estado sonando toda la mañana, pero no contesta.

—Quizás no quiere que la distraigan —Thor se cruzó de brazos—. Jane odia que la interrumpan cuando trabaja.

—T/N no es así —chasqueó la lengua—. Algo no anda bien.

—¿Por qué no solo le preguntas?  

Porque tenía miedo de la respuesta. Claro que lo más lógico era que, como amigos, él te preguntara si todo estaba en orden, pero ya había visto a alguien actuar así antes: Stark, cuando evitaba a Pepper porque habían tenido una pelea o él estaba haciendo algo que a ella no le parecía. Por alguna razón, tenía miedo, quizás hasta un poco de tristeza ante la sola idea de que le dijeras que salías con alguien, y que se habían peleado y por eso no contestabas.

Antes de este día, nunca se había cuestionado ni analizado sus sentimientos por ti. Sabía que le gustaba tenerte cerca y no había necesitado saber más que eso. Pero ahora entendía que le molestaba pensar que podrías tener la misma relación con otro hombre. Lo molestaba tanto que el solo pensarlo hizo que apretara los nudillos hasta que se tornaron rojos. 

Pero Thor tenía razón, al final, Loki se armó de valor y caminó hasta tu mesa de laboratorio para sorprenderte por detrás, tapando tus ojos, esbozando una sonrisa junto a tu oreja. Al principio te tensaste, pero reconociste sus manos frías y sonreíste brevemente.

—Loki, ¿qué estás haciendo? —reíste, quitando sus manos de tus ojos—. Estoy trabajando.

Loki se sintió momentáneamente aliviado al ver tu sonrisa, pero la tensión que había sentido antes todavía se aferraba a él. Decidió ser directo y preguntarte lo que le preocupaba.

—Estás trabajando muy concentrada. ¿Algo interesante que quieras compartir conmigo?

—No realmente —y ese fue su detonante. 

Incluso cuando eran cosas nerds del trabajo, te encantaba hablarle de lo que hacías. No estabas de ánimos para decirle, y eso era nuevo. No le gustaba en absoluto. 

—Has estado muy distante hoy. ¿Algo te preocupa?

Miraste a Loki a los ojos y suspiraste. Sabías que no podrías mantener tu preocupación oculta por mucho más tiempo. No con él. 

—No, Loki, no está bien. He estado recibiendo llamadas constantes de alguien y, aunque he intentado evitarlas, sigue insistiendo. No sé cómo decirlo, pero es alguien a quien pensé que ya no estaría en mi vida de esta manera.

Loki frunció el ceño, intrigado y preocupado por tu respuesta. Tu tono de voz denotaba una mezcla de emociones, y eso lo hacía sentir aún más inquieto.

—¿Quieres que me encargue? —cuando se trataba de protegerte, no le daba miedo dejar salir su lado oscuro. Lastimaría a cualquiera que te pusiera un dedo encima.

—No, Loki, no es nada que puedas resolver. Es un asunto personal que necesito manejar por mi cuenta.

—¿Puedes decirme quién es o de qué se trata? 

Sus palabras sonaban sinceras, y eso te hizo sentir un poco reconfortada. Sin embargo, no estabas segura de cómo reaccionarías a la verdad. Dudaste por un momento, pero finalmente decidiste compartirlo con él.

—Es mi ex, Loki. Mi exnovio. Hemos tenido una relación complicada y, cuando terminamos, pensé que sería definitivo. Pero parece que ha vuelto y no sé por qué.

La expresión de Loki cambió sutilmente. Pasó de la inquietud a una mezcla de alivio y satisfacción. No podía evitar sentirse feliz al saber que no estabas involucrada con otra persona, pero también sabía que debía ser comprensivo. 

—Si no quieres lidiar con él, podría hacerme pasar por ti y encararlo —ahora habías despertado su curiosidad por ver cómo era tu tipo. Sin mencionar que si te estaba molestando quería asegurarse de que nunca más lo hiciera.

—No, en verdad lo agradezco, pero no es necesario —pausaste para soltar un largo suspiro y acomodar tu cabello tras tus orejas—. Solo tengo miedo de volver a casa y que esté esperándome afuera. Tiende a acorralarme o ponerme en situaciones en las que no me siento cómoda.

—Podría acompañarte a casa, si quieres.

—¿En serio? —eso de hecho hizo que sintieras un gran alivio—. No quisiera molestarte.

—No podré ir a casa sabiendo que ese chico quizás te esté esperando. Si no te acompaño yo, entonces no irás a ninguna parte.

—¿Quién lo diría? Pasaste de querer dominar el universo a ayudar a doncellas en apuros. En verdad lo aprecio. 

—El universo puede esperar, en este momento estoy más interesado en asegurarme de que estés segura. 

Loki y tú: One-ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora