Mi primera noche en París fue difícil
porque tu no te encontrabas conmigo,
me dolía admitirlo,
pero la Torre Effiel no brillaba,
no lo suficiente para ignorar el vació.
Aún no se borraba mi sonrisa traviesa
que ocultaba un beso entre sus comisuras,
uno que nunca me diste,
pero que aún ansiaba con locura.
París, decía la mercadotecnía,
era la ciudad del amor,
pero que más triste mentira,
porque tu dijiste que era de luces,
y aún así parecía brumosa
sin tu exéntrica compañía.
Londres, por otro lado,
te tenía firmemente atrapado,
dentro de un pajarraco metálico,
que no volaba lejos,
pero que era un hecho
no te llevaba directo a mis brazos.
Claro, nadie iba a recibir carta firmada
de que moría en la fantasía de amarte,
pero cariño, como se iluminaban los puentes
donde yo te pediría, si pudiese, besarme.
París, oculta con cautela mis secretos,
aunque no sabría decir si mejor que mi cuarto,
donde tus labios no rozaron los míos,
pero tu corazón me resguardo de las paronirias
que asechaban mi mente con descaró.
En Roma, otra historia,
aunque un poco de lo mismo,
porque en el coliseo vi rizos
que no eran tuyos, mi niño,
porque seguro ellos no me harían reír
o me resguardarían del frío.
En las fuentes pedía el sueño
de verte próximo en mi futuro,
por teléfono no es lo mismo,
y a kilométros no percibo tu supuesto cariño.
Creo te equivocaste un poco,
o yo voy demasiado lento,
dijiste que me amabas demasiado pronto,
tan joven, sin conocerme del todo,
que no lo pude creer un solo momento,
y por más que me gustaba imaginarlo,
no pudo más que quedarse en inverosímil pensamiento.
Ahora que me despido de las costas de tus tierras,
es que comienza el diluvio de ideas,
de todo lo que no fue y hubiera,
de una historia con puntos y aparte,
de un relato que quizá no tubo que acabar
con la llegada de la inminente marea.
–L
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Baladas melancólicas, de todo lo que nunca fue
PuisiEn un mar de emociones, a veces solo existen letras para explicarlo, quizá de forma ambigua, pero funcional. Los poemas, las cartas, o notas escritas de madrugada, simbolizan todo lo que pudo y no fue, todo lo que pensé y no pude decir. Para quien...