Si el amor fuese vicio,
estoy segura, mi cielo,
que tú serías su primera víctima.
El que no puede dejar de querer,
aquel cuyo "amor" ha vuelto oficio,
el que transita curvas prominentes
de agravante suscipio,
y cae ante labios inyectados en locura pasional.
¡QUE ALGUIEN CONTROLE
AL BORRACHO QUE CORTEJA!
De detalles bonitos
y cantos lujuriosos,
sacia su sed que condena;
con ambas manos sirve sin premura
la siguiente copa que le lleva
a desfilar entre decenas de nuevas doncellas.
¡ALGUIEN, POR FAVOR QUE LES ADVIERTA!
Con viejos trucos
a todas embeleza,
y conduce a un paramo
lleno de enviciantes tinieblas.
Una tras otra,
afirman amar al hombre
sin tener idea si quiera de su nombre.
¡PAREN YA, Y AL BORRACHO NO CREAN!
Los cristales se rompen al caer la botella,
añicos corren por donde sea,
mientras observa pasmado
como se diluye su droga
creadora de falsas estrellas.
El borracho esta bañado en colera
y su ira se acerca.
Escuchadme bien, ¡y salvese quien pueda!
El rojo corre,
su llanto no cesa,
el vicio se ha ido
el mar de aleja.
Cierra los ojos,
pone todas sus fuerzas,
pero el licor ya corre cuesta abajo,
y con el mediterráneo se mezcla.
El vicio de amor se ha terminado,
esa era su última botella.
Que alguien auxilie al hombre,
que alguien se compadezca,
pero por favor, que nadie le consiga
una nueva botella.
-L
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Baladas melancólicas, de todo lo que nunca fue
PoesíaEn un mar de emociones, a veces solo existen letras para explicarlo, quizá de forma ambigua, pero funcional. Los poemas, las cartas, o notas escritas de madrugada, simbolizan todo lo que pudo y no fue, todo lo que pensé y no pude decir. Para quien...