El verdadero placer

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Soy Dante, puedo decir que soy afortunado por haber crecido entre varias mujeres, soy de una familia algo númerosa, no tengo hermanos, solo hermanas, y el ser el único hombre de entre ellas me hacía el centro de atención. Siempre me llevé bien con cada una de ellas aún que en ocasiones debía lidiar con sus celos. En mi época de estudiante era sobreprotegido por ellas, y la verdad que esos momentos eran incómodos por qué si me gustaba alguna chica ellas inmediatamente la alejaban, bueno era una época de adolescencia, más sin embargo comencé a ver algo positivo de todo eso, gracias a ellas aprendí lo que les gustaba a las mujeres, aprendí a comprenderlas y en como pensaban. Desde eso comencé a ser más sutil a la hora de mis conquistas en la adolescencia y la verdad es que funcionaba todo lo que aplicaba, por qué ya sabía cada detalle de como piensa una mujer y los gustos de cada una.

El sexo no simplemente es penetración y derramar fluidos. El sexo de verdad consiste en disfrutar a una mujer en todas sus dimensiones, al menos así lo aprendí.

Recuerdo la primera vez que estuve con una chica a la que en la primera vez solo me dediqué a saborearla y pasar mi lengua, hacer bastantes juegos con ella en la que ella obtuvo varios clímax, la verdad me había sorprendido, no sabia que aquellas cosas satisfacieran bastante a una mujer, y desde ese día me podía considerar que era bueno en eso, pero eso traía una consecuencia, el no ser fiel solamente a una chica. Tiempo después con ella tuvimos una relación de noviazgo, pero no funcionó por mis infidelidades, y es que no podía evitarlo, cuando conocía a cada chica que me llamaba la atención comenzaba a conquistarla y lo peor se podía decir que me correspondían, tal vez hubiese sido más fácil que me rechazaran, al menos así podía ser fiel, pero no, así que siempre caía en las tentaciones.

Me mudé a una ciudad lejana por mi trabajo, y no había tenido una pareja estable, y la verdad es que me había convertido en un mujeriego. Decidí estar en una nueva ciudad donde nadie me conociera, al menos iniciaría una nueva vida que sea tranquila, ya que en mi ciudad natal yo ya tenía mala fama por ser mujeriego e incluso me había metido en problemas por haberme metido con mujeres casadas, y fue así que pasaron algunos años.

No obstante en aquella ciudad seguía disfrutando de las mujeres, la ventaja es que esa ciudad era bastante grande por lo que yo podía pasar desapercibido. En fin no se cómo considerar la facilidad para mí de conquistar a una mujer, tal vez afortunado dirán pero... El tener esa facilidad te comienza a afectar en algunas cosas, es como sentir el poder absoluto y que poco a poco ese poder se torna incontrolable, eso lo digo por qué en una ocasión mi hermana Luce me escribió una noche. Estaba en mi cama y comencé a chatear con ella. Yo nunca dejé de tener contacto con mis hermanas, así que pasamos chateando con Luce hasta muy en la madrugada, y tal vez por solo pasar el rato decidí ver el perfil de mi hermana, y bueno suspiré por qué se veía bastante hermosa en unas fotos que se había tomado y sin más como un juego comencé a coquetear con ella y cosas así, lo sorprendente es que ella me seguía el juego, no estaba incómoda. Así que entre tantas plática la invité a bailar. Ella no estaba tan lejos de donde yo vivía así que nos citamos se podría decir, así que todo iba de maravilla, pero lo que no me esperaba era lo que estaría por ocurrir la noche que nos veríamos.

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