Desperté y lo primero que hice fue asomarme por la pequeña ventana de mi habitación para ver que aún seguía lloviendo.
Hoy será un día igual que ayer... gris
Después de vestirme, me vi en el espejo, tenía los ojos rojos e hinchados por tanto llorar, pase las yemas de mis dedos por mi moretón sintiendo algo de ardor al tocarme, por suerte ya no se notaba tanto.
Intente salir lo más rápido posible para no ver a mi madre y tener que explicarle lo del moretón. Pero la suerte no estaba de mi lado, ya que me encontré a mi madre justo en la cocina.
__ Buenos días, ¿vas a desayunar?
Solo asenti, y tomé asiento en la mesa, mi madre me paso un pequeño recipiente de cereales con leche y le agradezco para luego empezar a comerlo.
Después de varios minutos de incómodo silencio mi madre dice: __ ¿Me dirás que te pasó?
Y allí estaba la pregunta que no quería escuchar.
__ No quiero hablar de eso -dije mirando el tanzon de cereales que reposaba en la mesa, mientras los cereales se movían de un lado a otro gracias al movimiento que hacía con la cuchara-
__ Bien, termina de desayunar qué iremos a la farmacia.
¿A la farmacia?
¿A qué iremos a la farmacia?
Mi madre pudo notar la confusión en mi rostros y antes de hablar soltó un pequeño suspiro:
__ A pesarte, Halan.
Todos los meses iba con mi madre a la farmacia del barrio a pesarme. Según mamá para monitorear mi peso y ver el progreso del mismo.
Termine de desayunar y salí de casa junto a mi madre, iba del brazo de ella cómo si de un niño pequeño se trataba. Mientras ella le daba el buenos días a todos con su carisma sonrisa yo solo miraba mis zapatos.
__ Buenos días, Lia -dijo mi madre, saludando a la señorita de la farmacia-
__ Buenos días Laurence ¿Vienes a pesar a Halan, cierto?
__ Así es linda.
Nos acercamos a la máquina de peso y mi madre le hecho algunas monedas mientras yo me quitaba los zapatos y la mochila. Cuando estaba listo me subí a la máquina y esperé a que ella indicara mi peso.
__ Veamos -dijo mi madre viviendo el número que indicado la máquina-
Mi madre se quedó callada y sabía que algo andaba mal, pues la conozco. Baje de la máquina y empecemos a ponerme mis zapatos y mochila.
__ Baje ¿cierto? -dije refiriéndome a mi peso-
mi madre siguió sin decir nada y solo asintió con la cabeza, sabía que le afectaba mi condición, hasta creó que le afectaba más que a mi pero no la culpó ya que se que solo quiere lo mejor para mi.
__ No te preocupes ma, verás que el próximo mes subiré de peso -dije intentando animarla, pero eso le había dicho el mes pasado-
__ Qué suertudo eres, ya quisiera yo tener tus problemas. -dijo una tercera voz, uniéndose a la conversación, era de una mujer que acababa de entrar en la farmacia-
Aquellas palabras me hicieron enojar ¿Aquella extraña sabia mi condición? ¿Sabia mis problemas para quererlos?
__ Siento que tu "problema" está muy privilegiado.
Y esas palabras fueron las que me hicieron explotar.
__ ¿¡Suertudo!? ¿¡Privilegiado!? Sabe usted los problemas que tengo para decir que tengo suerte por tener problemas alimenticios. Creó que no debería desear los problemas de los demás sin saber lo que aquella persona pasa. -dije furioso antes de salir de aquel lugar, casi votando humo por las orejas-
Luego de unos minutos mi madre llegó a mi y antes que pudiera decir algo comienzo a hablar:
__ Esa señora es muy irrespetuosa ¿Cómo se atreve? -sentenció enojado-
__ Ya pasó -suspire y seguimos caminando- estoy orgullosa de ti, de qué te defendieras, tal vez no fue la manera correcta, pero lo que dijiste fue la verdad y estoy orgullosa de ti.
__ Gracias, mamá, te quiero -dije acercándome y abrazandola-
__ Yo no te quiero, yo te amo.
Nos separamos del abrazo y nos despedimos. Luego de un largo viaje en bus llegó a la preparatoria encontrándome a mi amiga del pelo azul esperándome como de costumbre en los casilleros.
Y las palabras de Amita y Freddy llegaron a mi mente: 《Oye si le dices esto a alguien o a tu amiguita la pitufa, voy a decirle a todos tu secreto》
__ Holaaaaa se que ayer fue un día difícil sin mi verdad -dijo con su típica sonrisa-
__ El peor -dije sin mentir-
__ ¿Qué te paso en el ojo? -dijo preocupaba-
__ No es nada.
__ ¿No es nada? Halan tienes un moretón en el ojo y se que estabas llorando dime que paso son tu amiga te puedo ayudar.
__ Melisa, no pasó nada ¿si? -repetí-
__ Si pasa algo y no me quieres decir solo dime te puedo ayudar.
__ ¡El problema es que no quiero tu ayuda¡ -le grite, y ahora era consciente de lo había dicho, nunca le había gritado, pude ver la sorpresa y asombrada en su mirada-
__ Bien Halan, explotate por guardartelo todo, espero y lo sepas afrontar solo -se fue furiosa y algo lastimada-
¿Qué había hecho?
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Nota de la autora:
Buenos días, tarde, noche o madrugada.
Una disculpa por la tardanza, intentaré subir los tres capítulos acordados por semana 😔, sino puedo una disculpa, mi vida cotidiana anda revuelta. Pero aún así lo intentaré.
Gracias por la comprensión y por leer.
💙
Atte: Jerianny Aileen
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Halan: ¿Cuándo acabará la tormenta?
Teen FictionDetrás de una sonrisa hay una mentira, personas con su equipaje van por la vida, sonreír para no llorar y llorar cuando no puedes más. Todo tan monótono es. Tragedia, llanto, sufrimiento, soledad y melancolía, qué aveces me pregunto si podré encontr...