Sherlock me contó todo lo de su hermano Billy, fue la primera vez que le vi llorar de forma sincera.
Era muy obvio que él había tenido una gran relación con su hermano y perderlo de aquella forma debió ser muy duro.
LE arropé entre mis brazos dejándole llorar en mi hombro, me dolía mucho verle así.
-Estoy segura- dije abrazándole -de que tu hermano está muy orgulloso de ti y de todo lo que has logrado-
-A veces me siento muy solo- dijo sollozando -desde que John se fue casi todos los días estaba deprimido. Luego apareciste tú y pude recuperarme. No quiero que me dejes solo-
-ven aquí- dije quitándole las lágrimas para besar su mejilla y abrazarle -yo no te voy a dejar solo ¿ME escuchas? Siempre me vas a tener a tu lado para lo que sea-
-¿De verdad?- dijo con sus ojos enrojecidos por el llanto.
-Por supuesto- dije acariciando suavemente sus mejillas -no me voy a separar de ti-
-Gracias- dijo abrazándome con fuerza.
-No hay de que Sherlock- dije con una leve sonrisa estrechándole de nuevo entre mis brazos -si necesitas volver a sincerarte conmigo así para llorar puedes hacerlo. No me importa consolarte y me parece muy tierno ver que si que tienes sentimientos después de todo-
-ME resulta extraño sentir esto- dijo él -nunca he hablado así con alguien, ni siquiera con John-
-Es normal sentirse así- dije colocando sus rizos -algún día tendrías que explotar por todo lo que te llevas callando Sherlock y estoy muy contenta de que me lo hayas dicho a mí-Una sonrisa cruzó el hermoso rostro de Sherlock, era tierna y dulce como las que siempre solía poner antes de que fuésemos a aquel maldito lugar.
Sequé algunas lágrimas más de sus mejillas y de pronto sus manos tomaron mis mejillas para unir nuestros labios en un dulce y delicado beso.
Cuando nos separamos por falta de aire, Sherlock besó me frente para irse a su habitación.
-Sherlock...- dije antes de que se fuera.
-¿Si?- dijo volteando su rostro para verme.
-¿Te quedarías conmigo esta noche?- dije -no quiero quedarme sola-
-Está bien- dijo con una leve sonrisa antes de acostarse a mi lado.Volvió a besar mi frente, me abrazó y cerró sus hermosos ojos para quedarse dormido.
Aquel hombre era demasiado perfecto, sabía perfectamente que me debía mantener alejada de él pero no quería perderle.
Lo que temía que me ocurriese durante tantos años había vuelto a suceder, estaba enamorada de Sherlock Holmes.---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
A la mañana siguiente yo me quedé sola en el 221 porque Sherlock no me despertó.
Me arreglé y me puse a leer uno de mis libros para distraerme y evitar aburrirme.
De pronto, mi teléfono comoenzó a vibrar.
Miré la pantalla y vi que era Mycroft por lo que lo respondí rápidamente.
-¿Qué ocurre Mycroft?- dije.
-Tienes que venir a ver esto- dijo Mycroft -he mandado a mi chófer a recogerte-
-Está bien- dije -nos veremos en unos minutos-Cuando bajé a la calle un coche negro de cristales tintados me esperaba.
Llegué al club y Anthea me llevó al despacho del señor Holmes.
Mycroft estaba leyendo el periódico sentado en su butaca.
-Hola señor Holmes- dije sentándome en una silla.
-Hola querida- dijo -tengo unas imágenes interesantes de anoche-
-Muéstramelas- dije.Mycroft accedió a un archivo de su ordenador donde tenía un montón de videos.
Hizo doble click en uno y se podía ver a Sherlock en el salón en medio de un círculo de velas.
La cámara no tenía audio pero parecía que estaba haciendo una especie de ritual con un muñeco extraño entre sus manos.
Cuando hizo que el muñeco agarrase una pistola de juguete supe lo que le había pasado realmente a James.
-Tenemos que hacer algo- dije.
-Eso estaba pensando yo- dijo él -pero no sé el que-
-Finjamos que no sabemos nada de esto Mycroft- dije -quien sabe lo que ese ser puede hacerle a tu hermano-
-Te preocupas mucho por él...-dijo mirándome de reojo -¿Tengo que llamarte cuñada?-
-No- dije seria -simplemente tu hermano me cae bien-
-Ya- dijo con una sonrisa ladeada -déjame decirte que estaría encantado de tenerte como cuñada-
-Yo no lo estaría tanto Mycroft- dije seria -solo imaginándome las cenas de navidad me pongo nerviosa-Mycroft rió, pocas veces lo hacía pero la verdad tenía una risa bastante linda aunque prefería la de su hermano.
Me despedí del señor Holmes y me fui para hacer algunos recados antes de volver.
Cuando volví al 221 casi era la hora de comer por lo que comencé a preparar pasta con salsa carbonara.LA señora Hudson subió, me olvidé de decirle que yo haría los recados.
-Vaya- dijo ella -veo que ya te ocupaste tú-
-Lo siento- dije -se me olvidó decirle que lo haría yo-
-No pasa nada- dijo ella sonriendo -huele muy bien-
-Gracias- dije con una leve sonrisa.
-Seguro que a Sherlock le encantan- dijo ella -aunque seguramente crea que los hice yo-
-Eso seguro- reí apartando la salsa del fuego y mezclarla con la pasta.Al poco de terminar de cocinar y poner la mesa, Sherlock llegó con una sonrisa de satisfacción en su rostro.
-Mmmm que bien huele- dijo él abriendo la olla -señora Hudson... como me conoce-
-No fuí yo- dijo ella mirándome.
-¿Los has hecho tú?- dijo Sherlock sorprendido.
-Si- dije con una leve sonrisa -hay muchas cosas que no sabe de mi señor Holmes-
-¿Son comestibles?- dijo en tono de burla.
-Tranquilo- dije -si quisiera matarte ya lo habría hecho y nadie se hubiese enterado-Sherlock rió y nos sirvió una ración a cada una.
Hacía mucho tiempo que no cocinaba aquella receta pero seguía saliéndome a la perfección.
-¿Qué tal el caso de hoy Sherlock?- dijo la señora Hudson.
-Era muy sencillo- dijo él con la boca llena -la asesina fue su mujer para cobrar el seguro-
-Sherlock...- dije limpiándole la boca -pareces un niño, no hables con la boca llena-
-Perdón- dijo tragando para beber agua.Cuando se comportaba de aquella forma tan dulce no parecía que un ser maligno estuviese viviendo dentro de él.
Aunque fuera Sherlock no podía dejar que me volviese a tocar.
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El caso 666: El hogar del Diablo (Sherlock Holmes y Tú) [Demonlock]
FanfictionComienzas a vivir en Londres en Baker Street junto al conocido detective Sherlock Holmes. Al principio todo parecía ser normal hasta que llegó un caso completamente distinto a los demás. Desde ese día, toda la vida en Baker Street cambió por comple...