El enmascarado estaba en una misión en solitario, ¿cual? Pues matar a unos científicos con la cura del cancer a petición del gobierno.
Mientras tanto, en su mente estaba criticando a los diferentes Akatsukis.
"Pain, coño, que no eres Dios. ¿Sabes por qué? Porqué un Dios, como lo es Zeus, duró nueve días en la cama y tu no duras ni 5 minutos, por eso siempre lo tengo que hacer todo yo, maldito vago. Ahora entiendo porque Konan te dejó... aparte de por ser un cadáver, pero eso para mi no es un problema" pensaba el chico mientras caminaba.
"Espera... ¿Por qué estoy caminando cuando puedo usar el Kamui?" se preguntó a si mismo.
―Soy gilipollas. ―Maldijó por haber prendido el foco de ideas después de 5 horas caminando. La razón por la que no se le había venido la idea a la cabeza era porque se había acostumbrado a caminar por las misiones con su sempai, Deidara".
Una vez haberse insultado hasta en Alemán, literalmente, usó el bendito Kamui y apareció en un laboratorio.
―Buenos días, pero ¡¿quién es usted y que hace aquí?! ―Preguntó uno de los científicos.
―Yo soy.... ¡El señor de la nocheeeee! ―Respondió con su voz de macho alfa pecho y huevos peludos para después usar su Mokuton y atravesar al hombre. ―¿Quién sigue, putas?
...
Obito estaba a punto de irse, no se molestó en ocultar nada, pues, según él, cuantos más crímenes cometieran, más sabría la población con quienes se están metiendo.
Nah, mentira. Simplemente le daba pereza limpiar toda la sangre.
Sin embargo, se tropezó con uno de los cuerpos, hechandole sin querer una especie de líquido a unas serpientes que tenían de conejillos de indias.
"Mierda" pensó.
Las serpientes fueron creciendo, cambiando de forma, color y textura. Ahora eran de un color rosado, como las mejillas de los pasivos en los BLs cuando les tocan los pezonsitos, blandos y pegajosos. Eran básicamente lenguas enormes.
Las anteriormente serpientes, ahora lenguas empezarón a recorrer el cuerpo del azabache, el cual intentó zafarse con el Kamui, pero al parecer, aquellas criaturas chupaban el chakra como vampiros con sangre.
Un par de lenguas se ataron a si mismas a las lámparas del techo, no me acuerdo como se llamaban, y de alguna forma, sin romperlos, y dejando al Uchiha inmóvil.
Otro par lo ató por las patas, ahora si, sin poder mover ni un solo músculo. El resto de lenguas recorrió su cuerpo tallado por los mismos dioses por encima de la tela.
Una de las lenguas fue por abajo y apretó en la entrepierna del Uchiha.
―¡Nghm!~ ―Gimió el mayor ante el tacto blando, pero duro de esa cosa, la cual apretó más, haciendolo sonrojarse.
El coso rosa subió un poco para luego volver a bajar, pero metiendose debajo de su pantalón, acariciando el miembro de base a punta. Hizo movimientos circulares en la base, llenando de placer a Obito.
―Mhmm...~ A-Aaagh...~ ―Gemía mientras rogaba internamente que esto parara.
Mientas, otra lengua se puso por debajo de su ropa y se dirigió a su pezón.
―M-Mierda...~ ¿Q-Qué coño esto?...~ ―Maldecía por no saber como huir de aquella situación. La lengua que estaba en su pecho comenzo a jugar con su pezón. ―Aaaah...~ ―Sintió como el orgullo se salía de su cuerpo junto con su virginidad.
Volviendo a su miembro, ahora estaba envuelto por aquella cosa rosa, la cual se movía de forma lenta y torturosa, casi sentía que se iba a correr en sus pantalones.
Y así lo hizo. Expulsó todo el semen que aquella situación le había provocado y sus pezones se endurecieron.
―Mnhmm...~ Aaaah...~ Coño...~ ―Por mucho que intentara resistir, no podía parar de gemir. Era como si el próposito de aquellas lenguas fuera follárselo. Una de las ex-serpeintes de las que lo estaban sujetando por el brazo, recorrió escurridizamente su brazo y cuello, llegando a su máscara, quitandosela y metiendose en su boca como si fuera una pija.
No le llenó la boca del todo, simplemente fue como para dejarle la boca abierta y no dijera nada. Solo gemir.
Obito estaba llegando a su límite. Le estaban tocando el miembro, los pezones y haciendolo gemir, sin poder hablar y el no podía hacer nada al respecto.
―¡Aaaagh!~
La lengua que estaba en su miembro comenzó a hacerle cosquillas torturosas en la punta... su roze era húmedo y le hacía una especie de oral, provocandole así una erección.
Otra lengua se unió, esta yendo directamente hacia el trasero. Se metió por debajo de su pantalón y boxers.
―¡Ngh!~
La cosa se metió por su entrada y empezeó a girar como si fuera un condolador. Empeazó lento, pero se fue haciendo cada vez más rápido. ¡Y ni siquiera le había hecho preparación! ¡Putos degenerados!
Aunque, bueno, se entendía el porqué no lo había hecho, pero igualmente, ¡sucios degenerados!
Iba a gemir de nuevo, intentó evitarlo y lo hizo gracias a que la lengua que estaba en su boca se metió aún más, haciendo que de su boca solo saliera un grito ahogado.
―Mhmm...~
Empezó a hacerle embestidas, el que estaba en su miembro fue más rápido y de alguna forma se movía hacía arriba y hacia abajo.
Al final terminó corriendose de nuevo para después volver a empezar.
...
Obito había vuelto ya de su misión, y no, no con la ropa que llevaba puesta, sino que con el Kamui entró directamente a su cuarto y se cambió para luego presentarse con todos como si hubiera venido de la misión a directamente allí.
―Hasta que al fin llegas, Tobi. ¿Se puede saber por qué llegaste tan tarde? ―Preguntó Hidan.
―Hidan, cállate, si hay alguien que debe preguntarle eso, soy yo. ―Regañó Pain. ―Dinos, Tobito, ¿qué te paso? ¿Por qué pijas te tardaste tanto?
―Eeeeh... ―Estaba intentando buscar una excusa. ―Había un elefante telepata de guerra.
―Ah, bueno, entendible. ―Respondió el pelinaranja. ―Pues ven, que vamos a comer lengua de vaca a la Vinagreta.
―Ehhh... no tengo hambre.
Zetsu que vió todo el espectáculo y no ayudó a Obito: Dejélo, jefe. Comió dangos y por eso se tardó.
―Aaaah, bueno, vale. No pasa nada. ―Todos se fueron a comer menos Obito y Zetsu.
―Te debo una, cabrón. ―Susurró Obito.
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Oh, no {Obito One-Shot]
FanfictionNo preguntes, solo gozalo. Si lees esto, te invito a leer también mis otras historias. Los personajes no me pertenecen, son de Masashi Kishimoto. Historia 100% mía.