capítulo 33. 70ctB

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El grado de perversión de esa mujer está muy por encima de mis límites. Una cosa es que te guste follar, que te guste follar duro, pues estoy acostumbrado a eso, pero ¿qué te moje las bragas ver la muerte en directo de alguien, sea quien sea? El sadismo, en estos grados, es claramente un trastorno psicológico, muy peligroso. Me parece que llega un momento en que los límites se sobrepasan y difuminan por lo que no llegas a ver lo que realmente es correcto hacer y Natalia ya había pasado mis malditos límites. Para mí el consentimiento es importante y no hacer daño a mi pareja, a menos que lo pida explícitamente. Jamás haría nada a ninguna mujer que esta no me haya pedido o yo le haya explicado antes, de manera vaga o explicita, si ambos queremos una relación sexual que sea buena para ambos. Un ejemplo es cuando llevé a Natalia a mi casa, le dije que se la iban a follar no que yo se lo haría y ella aceptó. Fue una explicación vaga pero valida desde mi punto de vista, pues ella me permitía hacerle lo que yo quisiera, y yo no quería tirármela, pero sí que se lo hiciera otro. Pero esto de Natalia… esto es otra historia. Hay gustos para todo, lo sé, a mí me va el bondage, las cadenas, los juguetes sexuales, las pinzas para pezones, el sexo anal, el fisting y el spanking. Lo mío es sencillo, simple y bastante normal dentro de lo que cabe, además. Conseguir la gratificación sexual viendo una escena de ese estilo… no va conmigo. La necrofilia, el suicidio, la tortura y el asesinato no me ponen en absoluto, todo lo contrario. Y aquí estoy sentado, limpiándome la mano que he usado con Natalia en su puto sofá mientras ella se ha marchado para enseñarme, entusiasmada, el video de Laura. Aprovecho el momento para grabar la escena, dejo frente a mi mí móvil en el otro sofá, necesito pruebas. Le doy a grabar y vuelvo a sentarme, como si nada, en mi sitio, no se la clase de imagen que se verá, si será buena o si grabará completamente a la mujer, pero algo es algo. No voy a negar que no esté nervioso. No solo por tener que volver a sentarme junto a una desequilibrada mental, porque, joder, que te guste eso debe ser para encerrarte o al menos ir al puto psiquiatra, porque no sé qué voy a encontrarme en ese video. ¿Qué cojones voy a ver? 

Natalia viene, vestida con una bata negra y transparente, y una tablet entre las manos. Se sienta a mi lado, despeinada, satisfecha y feliz, mientras enciende la pantalla. Se mete en una carpeta y veo que tiene varios archivos de video.

-Esos videos son todos... - comienzo a preguntar.

-¿Snuff? Si... quizá podamos ver alguno mientras me follas. - dice acariciándome la mejilla.

Sonrío. Puto asco. Le digo que sí, pero en otro momento, en mi casa, pues ahora estoy cansado después de nuestra sesión y no me apetece hacer nada más. Ella lo entiende y busca el video del que hablamos.

-¿Seguro que quieres verlo?

-Claro... ¿crees que te lo pediría si no fuera así? 

Ella asiente y abre el archivo, su nombre es 70ctB, lo grabo en mi memoria. Una pantalla de video se abre y veo como se comienza a cargar el video, un video en blanco y negro. La escena es la siguiente: Laura se encuentra de espaldas, con su disfraz corto de enfermera, lleva su moño perfectamente hecho en la cabeza y parece que busca algo en la estantería, alguna botella en concreto, pues saca un par y tras observarlas las vuelve a dejar en su sitio. Mientras eso ocurre alguien disfrazado con una túnica y una máscara que le tapa absolutamente toda la cabeza y la cara se coloca tras ella. No necesito ver nada más para saber que es el video correcto, pero ahora, aunque quiera echarme atrás no puedo, ya que Natalia sospecharía. El tipo va disfrazado de Ghost face, un disfraz muy fácil de encontrar, demasiado. Está colocando bien el aparato con el que graba de modo que se vea casi todo el sótano. El lugar está poco iluminado y es jodidamente tétrico. No entiendo como Laura se atrevió a bajar sola hasta allí o con que objetivo realmente. El caso es que Ghost face comienza a andar despacio tras la muchacha y se queda tras ella. Cuando esta se percata de la presencia en su espalda, da un pequeño bote al girar y ver a ese tipo. Es mucho más alto que ella, le saca dos cabezas. Parece que ella le dice algo, mientras que él no suelta palabra. Ella lo mira de reojo y vuelve a lo que estaba haciendo, mientras que él ladea la cabeza mientras sigue mirándola. Entonces él acerca su mano hasta su trasero y le levanta algo la falda, ella se gira enfadada y le dice que no la toque “¿Qué diablos haces?” le grita empujando al tipo. La risa que sale de ese hombre, que no se mueve ni un ápice tras el empujón, da escalofríos incluso tras la pantalla. Laura se aparta de él, asustada y con una mano por delante, intentando marcar un limite entre ambos. Entonces el tipo no se anda con chiquitas, agarra el moño de la chica con una mano y le tapa la boca con la otra. Laura comienza a forcejear mientras el tipo se acerca a su oído y le dice algo que no alcanzo a escuchar. Oigo un grito ahogado y Laura comienza a llorar. El tipo la lanza contra el suelo y ella se da la vuelta para mirarlo con cara de terror. Entonces comienza. Él le propina un puñetazo que la atonta, mientras intenta arrastrarse por el suelo. Y sigue golpeándola una y otra y otra vez. Agarra su pelo y tras darle la vuelta la aplasta contra el frío suelo, se acerca para volver a decirle algo mientras ella gime de dolor y escupe sangre. Las manos del hombre comienzan a golpear la cabeza de la mujer de manera dura, basta. Escucho el sonido del cráneo romperse y los pelos se me ponen de punta.

Moxie #Stone1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora