2. Piel de duraznillo corazón de chocolate

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Un nuevo día en la Universidad, a primera hora de la mañana los estudiantes estaban llegando, se escuchaba el hablar de todos ahí, unos en los casilleros y otros jugando en el pasillo, pero obviamente separados.

Depredadores de un lado y presas por el otro lado, aunque compartían clases entre ellos, el salón se dividía a la mitad, así como ellos están divididos ahorita.

Bakugo llegó a la universidad con un humor de lobos, no había dormido bien, de hecho no durmió nada, así que estaba más irritado y su ceño fruncido más que ayer, al pasar por la entrada de la universidad, Mina llegó corriendo a su lado.

- Buenos días, Bakugo- saludo Mina- ¿Qué tal tu noche?- preguntó pero como respuesta recibió un gruñido.

Llegando al casillero de Bakugo que el dueño de esté metía algunas cosas y sacaba otras.

- Vaya, veo que alguien no pudo dormir anoche- hablo Enjiro, recibiendo un gruñido como respuesta.

Sero y Denki llegaron con ellos y empezar a platicar, Bakugo solo quería dormir, pero ese pensamiento en su cabeza no lo dejaba ni concentrarse, cerró la puerta de su casillero para recargar su espalda en el y escuchar la conversación que tenían sus amigos, hasta que todos se callaron, el pasillo quedó en silencio y empezaron los susurros.

El Bakusquad miro a dónde todos llevaban su vista, si, a la pareja del año, Shoto Todoroki con el Omega peliverde, se veían felices, tomados de la mano, el Alfa de Bakugo gruño al ver esto lo cual quedo desconcertado, vieron como llegaron a un grupo de presas, pero una de ellas se volteo a ver a Katsuki y grito.

- ¡YA VISTE QUE ES AMOR VERDADERO, GANO LA APUESTA!- grito la ardilla de aquella vez, entonces Bakugo gruñó en advertencia escuchándose en todo el pasillo, el pequeño peliverde se veía confundido, no sabía lo que pasaba.

- La apuesta aún no acaba- hablo Katsuki sin levantar la voz pero si hablando con seguridad, fuerte y claro.

- ¡Los viste entrar botando amor por todos lados!- volvió a hablar la ardilla, dando un paso entonces Bakugo se despegó del casillero y caminó unos cuantos pasos.

- Eso no demuestra nada- hablo, su ceño estaba más que fruncido, su Alfa estaba molesto, por alguna razón lo estaba.

- ¡He ganado la apuesta!- grito de nuevo la ardilla, entonces Bakugo se acercó otro poco, se acuclilló, dirigió su vista a dónde estaba el pecoso con lentes y Shoto, para después regresar su vista a la ardilla.

- La apuesta aún no acaba, cara redonda- hablo de nuevo Bakugo con el ceño fruncido, parecía enojado pero en realidad se estaba muriendo de sueño, no quería lidiar con problemas a las primeras horas de la mañana ahora entendía demasiado bien a su padrino Aizawa.

- ¿Qué apuesta?- pregunto el peliverde, todos miraron al pecoso, incluso los depredadores que lo alcanzaron a escuchar, ¿Es que acaso no sabía nada de nada?.

- No es nada, Izuku- le dijo la castaña sin mirarle, tenía un poco de sentido pero él pecoso tenía derecho de saber, ¿Por qué no le dice nada?.

Izuku, bonito nombre. Pensó Bakugo, tenía ganas de llamarle por su nombre, su Alfa está insistiendo que dijera el nombre y lo pudiera saborear al decirlo, pero tenía que concentrarse, así que observo de manera rápida lo que estaba sucediendo.

A simple vista se veía como Shoto estaba ejerciendo presión en la cintura del pequeño, y este temblaba, deberías ser un idiota al no darte cuenta de ello, así que Bakugo hablo respondiendo la pregunta que hizo el peliverde.

- Cuando vinieron a dar la gran noticia de que el maldito imbécil del mitad y mitad- dirigió su mirada a Shoto para después regresarla al pequeño siguiendo con el tono de fastidio en su voz- Que ya tenía Omega, dije: Hago una apuesta de 500 a qué solo es por interés y no por amor, a lo que la cara redonda dijo que ella apostaba el doble a qué si era amor-.

SABOR A CHOCOLATE || Bakudeku || omegaversDonde viven las historias. Descúbrelo ahora