Amir y Amira, arreglaban juntos en la misma habitación. Sus padres les había invitado a cenar todos juntos, como una familia. Amira vestía con un conjunto, camiseta blanca y zapatos blancos. Su pelo recogido y un maquillaje sencillo. Amir vestía con un vaquero negro, con camisa morada y zapatos de Armani.
Amir al levantarse, le había dado un mareo y se mantuvo quieto unos segundos. Amira le miraba con el ceño fruncido, no entendía su mal estar. Últimamente Amir todo lo que comía lo vomitaba, tenía náuseas y vómitos. No toleraba el olor de algunas comidas y dormía como si no hubiese un mañana. Se empezaba a preocupar, Amir nunca estuvo así, siempre estuvo muy activo y dormía sus horas.
—Nena, vámonos. — dijo él y ella asintió.
Salieron de la habitación y Amira iba detrás de él, yendo hacia el coche. Amir la ayudó a subir, rodeó el coche y subió.
Cuando llegaron a la casa de sus padres, Abdel hijo y padre, estaba con sus esposas en el sofá. Cuando vieron al matrimonio, ellos se levantaron para saludarles. La mujer al ver a su hijo tan pálido, se preocupó. Amir se sentó en el sofá y cerró sus ojos.
—Hijo, ¿Estás bien? — preguntó la madre. —Estas pálido.
—Si, solo es mal estar. — respondió. —Se me pasará.
—Eso no es cierto. — habló Amira. —Lleva días con náuseas, vómitos, mareos. Duerme como una marmota y siempre tiene sueño. — la mujer sonrió, con alegría.
—Me habrá sentado algo mal, eso es todo. — exclamó. —Amira exagera mucho. — Amira le miró con un puchero y él la guiñó un ojo.
—Bueno, esperemos que no sea nada. — dijo el padre. —Vamos a cenar.
Todo fueron al gran salón, había una mesa grande de comida, copas y bebidas. Ellos Fueron hacia la mesa, pero en cuanto Amira quitó la tapa de una de las comidas, Amir puso cara de asco. Cuando el olor de esos filetes, entraron por sus fosas nasales, corrió hacia el baño. Amira le siguió y le escuchó vomitando. La mujer apareció detrás de Amira y ella se giró.
—Amira, ¿Podemos hablar? — Amira asintió, alejándose de la puerta del baño. —Sé que no es de mi incumbencia, ya sois mayores. Pero, Amir y tú, ¿Os cuidáis? Es decir, ¿Toman algún método anticonceptivo?
—Tomo la pastilla. — respondió. —Es cierto que se me olvidó dos días tomarla, pero...
—Cariño, lo que le pasa a Amir, no es una úlcera. — Amira arrugó su ceño. —Los síntomas de mi hijo, son de un embarazo. — la joven se había quedado paralizada, ¿embarazada?
—Pero, ¿Por qué las tiene él y no yo? — preguntó en un susurro.
—Aveces, los síntomas lo tienen ellos. — respondió. —Hazte la prueba, porque seguro que aquí, hay vida.
Amir salió del baño y ellas se callaron, Amir las miró con el ceño fruncido. Se le veía con los ojos llorosos, y la cara pálida. La mujer no podía dejar de sonreír, ver cómo su hijo, había vuelto a ser el de antes.
—Estoy muy feliz por vosotros, mi niño a conseguido ser el de antes. El que sonreía, que gastaba bromas. — Amir la sonrió. —Vuestra felicidad, aumentará.
—Gracias, madre. Perdón por si en el pasado te hice sufrir, por si te hice daño. — ella negó. —Me habéis elegido, a la mujer perfecta para mi.
—Muy pronto, te llegará la noticia más bonita. — Amir arrugó su ceño y miró a Amira, ella bajó la mirada y sonrió.
—¿Qué ha querido decir mi madre con eso? — preguntó, cuando se quedaron solos.
—Nada. — Amir la miró fijamente. —Bueno, tu madre está segura que lo que tú tienes no es una úlcera. Si no, síntomas de un... Embarazo. — Amir la observó incrédulo, mirando a su mujer con muchas preguntas. Pero no pudo ocultar su sonrisa, Amir la sonrió, mordiéndose el labio.
—¿Crees qué estás embarazada? — preguntó y Amira asintió. —Pero estás tomando pastillas.
—Amanda también estaba segura de que estoy embarazada. — dijo. —Si, las tomo. Pero se me olvidó dos días tomarlas, no lo hice adrede, pero se me olvidó.
—Mi amor, no estoy enfadado, todo lo contrario. — la besó. —Imaginar que aquí, está creciendo una vida, una vida que tú y yo, hemos hecho. — ella sonrió. —Me esforzaré por se un buen padre, un buen marido.
—Ya lo eres, Amir. — acarició su mejilla. —No deseo que cambies. Pero antes que nada, hay que asegurarse si estoy realmente embarazada.
—Eso se sabe pronto, mira como estoy. — exclamó con una sonrisa. —Compraremos la prueba y saldremos de dudas. — ella asintió.
Ellos llegaron a la mesa y se sentaron, la mujer les miraba emocionada, feliz. Su hijo iba a ser padre, iba a saber lo bonito de estar casado.
Empezaron a comer, Amir comía como anhelo, amando la comida. Ahora ya sabia el motivo, el motivo de su mal estar. Seguramente su esposa estaba embarazada, esperaban a su primer hijo. No estaba enfadado, ni decepcionado. Estaba feliz, orgulloso. Ellos había procreado a esa criatura que crecía en el vientre de su mujer, Amira le miraba y se sentía completa.
Tenía al amor de su vida a su lado, con un bebé en camino, seguramente. Ambos se miraron y se sonrieron.Durante el camino, Amir paró en una farmacia. Ella le miró y sonrió, salió del coche y fue hacia la farmacia. Mientras él esperaba en el coche, con una sonrisa en sus labios. Amira compraba el test de embarazo.
Salió de la farmacia y subió al coche, Amir la miró y ella sacó dos pruebas de embarazo.—Asi sabremos con más seguridad. — dijo ella.
—Perfecto, hoy saldremos de dudas. — ella negó.
—Lo haremos mejor mañana. — Amir negó con el entrecejo fruncido.
—Ahora, en cuanto lleguemos a casa, no podré dormir si no. — ella se carcajeó.
Cuando llegaron, Amir y Amira, entraron en la casa. Juntos subieron las escaleras y Amira, se metió en el baño. Amir se quedó en la habitación, dando vueltas y vueltas como un león enjaulado. Quería saber el resultado de esas pruebas, saber si iba a ser papá.
Miraba su reloj de vez en cuando y se le hacía eterno. Cuando escuchó la puerta, él caminó hasta ella. La vio sería y la mirada baja.
—¿Qué pasa? ¿No lo estamos? — preguntó triste, ella le entregó el test y miró. —¿Esto que significa? ¿Negativo? — Amira le dio la caja y entonces lo supo. —¡Por Allah! ¡Vamos a ser padres! — gritó lleno de emoción y la abrazó. —Gracias, gracias.
Hoy supieron que empezaban a su primer hijo, hoy supieron que Amira, estaba embarazada y hoy supieron, porque Amir estaba con esos mal estar.
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Hola, bellas.
Aquí tenéis otro capítulo de Amir y Amira, espero que os guste.
Decidme, ¿Qué os pareció el capítulo? ¿Feliz de tener el bebé a bordo? ¿Qué pasará en el siguiente capítulo? ¿Qué habrá pasado con Jade? Os leo.
Besos desde España, nos leemos pronto.
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Una dama para el Duque 2° (saga Realeza) EDITANDO
RomanceAmir Assim Abadallah, es un Duque de Arabia Saudí. Un hombre que sufrió un desamor, pero aún el corazón de Amir, le pertenece a esa mujer. Su padre, le obliga a contraer matrimonio con la sobrina del jeque de Dubai. Amira, es una mujer que desde qu...