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— La tarea tiene un valor de treinta puntos, Samantha, ¡Treinta puntos! ¿Sabes lo que eso significa? ¡Exacto! Que no te dejaré ir de fiesta ni mucho menos tomar durante este fin de semana, hasta que terminemos la tarea. — Dijo Abril, realizando movimientos con sus manos a cada palabra que decía. Rodé los ojos.
Abril siempre ha sido tan perfecta. Me refiero a perfeccionista, claro.
No sé...
Creo que su nombre correcto es "Abril las cosas tienen que salir perfectas o te corto el pene Garza."
— Que dramática. — Mascullé.
Ambas continuamos andando hacia mi auto por el estacionamiento de la escuela. Había muchas personas y eso era algo que detestaba. El día simplemente había cursado con naturalidad. Nada nuevo. Sólo ese maldito trabajo de ciencias.
— ¡Yo no soy dramática! Lo que pasa es que me preocupo por nuestra calificación. Además, no te dejaré reprobar. Si repruebas me quedaré sola y sin amigos. No dejaré que te alejen de mí. — Sonreí y pellizqué su mejilla apenas morena.
— ¡Que linda eres, Abi! Yo también te quiero. — Dije sin dejar de apretar su mejilla ahora roja. Abril quitó mi mano de su cara e hizo una mueca.
— No te burles, pendeja. Hablo enserio, no me puedes dejar. — Dijo con seriedad. Aunque en realidad la seriedad y Abril se conocen muy poco. Reí.
— Tranquila, todo estará bien. — dije.
Aunque muy segura no estoy.
Tengo que alistarme en todas las asignaturas para no ir a recursar. ¿Cómo pretendo sacar un diez en dos cortas semanas, si no lo saqué en un semestre entero?
— Lo dices como si todo fuera a estar bien. — Masculló. Sonreí. Abril puede ser muy pesimista. Pero es mi amiga y la quiero.
— ¿Quieres cerrar tu boquita ya? — Reproché. Abril rodó sus ojos ámbar, dándome la victoria de la conversación.
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