𝗦𝗚, 13. 𝗛𝗘𝗔𝗥𝗧𝗟𝗘𝗦𝗦 | 𝗝𝘂𝗝𝗮𝗲 (𝗧𝗕𝗭)

14

Los sonidos de los disparos despertaron a HyunJae.

Con el corazón latiendo con fuerza, se sentó.

—¿JuYeon?

—Estoy aquí, —dijo JuYeon detrás de él.

Encontró a JuYeon apoyado contra la pared, tratando de ponerse su chaqueta de esmoquin, con una mueca de dolor en su rostro.

—¿Qué estás haciendo? —HyunJae se puso de pie. —¡Vas a reabrir tus heridas!

—Ayúdame a ponérmela —dijo JuYeon, en un tono que no admitía discusión.

Frunciendo el ceño, HyunJae lo ayudó a regañadientes.

Algunas de las heridas en la espalda de JuYeon apenas habían formado costras porque seguían abriéndose cada vez que se movía.

—¿Por qué?

—Si tengo razón y JongIn no la caga, estamos a punto de ser rescatados, —dijo JuYeon.

El corazón de HyunJae saltó a su garganta. Se estrujó el cerebro, tratando de recordar quién era JongIn antes de finalmente recordar al tipo mayor de rostro pétreo que seguía a JuYeon y dirigía su equipo de seguridad. ¿Algún tipo de mano derecha? ¿Jefe de seguridad? Algo por el estilo.

—¿Y por qué necesitas ponerte tu esmoquin para eso? —Dijo HyunJae. —¿JongIn se desmayará si te ve con el torso desnudo?

—Las apariencias lo son todo, —dijo JuYeon, con ojos duros y distantes. —Él no puede verme como débil. No puede saber que estoy herido, que me han azotado.

—¿Pensé que era tu mano derecha o algo así?

—Él lo es.

HyunJae apartó la mirada, sintiendo una
punzada de tristeza. Qué existencia tan solitaria debió haber sido si JuYeon ni siquiera confiara en su mano derecha...

—¿Cómo sabes que es tu gente y no otra persona? —HyunJae dijo, tratando de arreglar su propia ropa. Era una causa perdida.

—El momento es el adecuado. Han pasado diez días, tiempo suficiente para que el traidor se relaje y venga a verme personalmente sin tener miedo de que lo sigan, o eso pensarían. Se suponía que JongIn tenía a todos en la familia seguidos 24/7. Tan pronto como alguien se comportara de manera sospechosa, los habría seguido hasta que lo trajeran a nuestra ubicación.

HyunJae lo miró fijamente.

—¿Era una trampa? ¿Tú organizaste todo?

JuYeon sonrió sombríamente.

—Me das demasiado crédito. Pero era una posibilidad. Lo hablé con JongIn y él sabía qué hacer si me secuestraban. Llegó a ello lentamente.

—Querías calmarlos con una falsa sensación de seguridad después de que fuiste tan indulgente con HyungSeo. Por eso lo dejaste vivir.

—Sí, —dijo JuYeon. —Sabía que HyungSeo no era el único que conspiraba contra mí. Había alguien más actuando independientemente de él. Alguien más sutil y cauteloso. Quería exponerlos—. JuYeon sonrió. —A veces inspirar demasiado miedo puede ser perjudicial. Al dejar vivir a HyungSeo, me hice parecer más misericordioso de lo que soy. Eso los hizo menos cautelosos.

—Gran plan, —dijo HyunJae, mirándolo. —¿Y si te matan? ¿No estabas asustado en absoluto?

—Sabía que querían secuestrarme más de lo que querían matarme. Nuestros atacantes se esforzaban mucho por evitar dispararme en cualquier lugar vital. Querían llevarme con vida. Si quisieran matarme, estaría muerto.