Especial [VegasPete]: What if? - II

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El rechazo de un omega hacia un alfa era una rareza, una sin tratamiento seguro y medicación. La ciencia no consideraba la insignificante tasa de alfas que morían lentamente por su causa, no cuando eran los omegas quienes lideraban con un mayor número. Por lo que a Kinn jamás le preocupó ser parte de ese inferior grupo, confiado de que su estatus y rango bastaría para mantener a la pareja que escogiera a su lado. Era un Theerapanyakul, el heredero de una inmensa fortuna, el hombre que muchos ansiaban ser: rodeado de lujos, de poder y de la mezcla del amor de su familia con admiración y respeto de su gente. Lo que le llevó a creer desde muy pequeño que el mundo estaba divido entre los que llegaban a adorarlo y los que lo envidiaban.

No había términos medios, no para él.

Hasta que Tawan llegó a su vida.

Kinn suspiró, aún ese nombre mortificaba su herido corazón. No por un amor sin superar, sino por la dura verdad que le mostró: él había regido estúpidamente su vida con su engreimiento. Que sus recuerdos con aquel omega recesivo seguían siendo amargos, porque se engañó solo al jurar que Tawan estaba perdidamente enamorado de él. No se atrevió a desconfiar, a razonar las advertencias de su hermano Tankhun -las mismas que respaldó Big, su leal jefe de seguridad que siempre procuró su bienestar. Y el precio de ese error resultó más mortal, esto al tener que lidiar con su lástima cuando se descubrió en la cena de su compromiso que Tawan había sido un espía de la competencia camboyana.

"Los intentos de secuestro, la filtración de información de sus transportistas y los desfalcos a varias de sus cuentas fue su obra, señor".

"Lo siento, Kinn", las palabras de su hermano menor terminaron por romper sus ilusiones, por condenarlo a ser la presa del dolor y la vergüenza. Que no quiso a nadie a su lado, guardándose la última canallada de Tawan solo para él. Porque merecía perecer en la oscuridad, sin ayuda ni lástima. De ahí que se encerrara, que frustrara los intentos de su padre y hermanos, que fuera indiferente ante sus reclamos, ruegos y lloriqueos. Ellos no entendían que había perdido el sentido de su vida, que se convirtió en un completo desconocido que ansiaba el verdadero fin a su historia; no en su lucha por recuperar a un Kinn inexistente.

Estaba hundido y ellos indirectamente lo acercaban más a la profundidad, todo lo contrario con Pete.

Aquel guardaespaldas aparecía cada mañana en la puerta de su habitación, abría las cortinas y le hablaba sobre el reportaje del clima con un gran interés. No divisando pena o condescendencia en sus ojos cafés, su trato se mantenía intacto y absolutamente profesional. Lo que le hizo tolerar su compañía, permitiéndole pasar más horas. Sus hazañas en el boxeo eran más entretenidas que las discusiones con su padre y Tankhun sobre las novedades médicas que se agüereaban como su salvación. Él no buscaba otra oportunidad, solo que el mundo avanzara y lo dejara ser libre para decidir.

El único que le ofrecía aquello era Pete, el dominante no presionaba sobre su condición. No llegaba desesperado a advertirle que se estaba muriendo y debía tomar la elección de pelear por sí mismo. En lo absoluto. Pete se encargaba de mantener esas sonrisas, de traerle nuevas historias que indirectamente guardaban la promesa de que llegará el día en el que se soltará de las cadenas que el falso amor de Tawan le dejó y regresaría a la orilla para contemplar nuevamente el atardecer. Que no supo cuándo dejó la cama por pasear en los jardines, cuándo pudo disfrutar de la comida o cuándo se animó a saber sobre sus negocios.

Simplemente ocurrió y fue ahí que temió por él.

Porque ya no quería que la enfermedad lo consumiese y le impidiese encontrarse con Pete -con ese jefe de seguridad que relacionaba con el sol naciente, con el aire fresco que está destinado a alejarte de la dureza de la noche. Estaba siendo nuevamente un engreído, lo sabía y no sentía remordimiento a pesar de haber revelado que la ilusión de Pete provenía de un amor oculto en su corazón, de uno que probablemente no le pertenecía y aun así, lo deseaba para él.

Choose us, Pete! [VEGASPETE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora