𝕷𝖆 𝕲𝖆𝖙𝖆 𝕹𝖊𝖌𝖗𝖆 § 𝔇𝔬𝔫𝔮𝔲𝔦𝔵𝔬𝔱𝔢 𝔇𝔬𝔣𝔩𝔞𝔪𝔦𝔫𝔤𝔬 𝔶 𝔱𝔲

S p e c t r u m

Prólogo

—Ahí va otro muerto— Habló el rubio principal. Un hombre alto, bronceado con unos lentes ridículos. Él junto a su hermano y otros tres sub-capitanes de la mafia rodeaban el cuerpo sin vida de un hombre, uno de sus hombres. Otro sin vida.

Nadie tenía el valor de decir algo, ya iban 7 muertos y se quedaban sin gente. La Donquixote family era una mafia reconocida en el bajo mundo por su venta de "frutas". Pero ser una mafia traía mucho embrollo con otras, y este era el caso de una de esas disputas mal arregladas.

¿Quien trataba de traicionarlos?

§

—¿Que es esto?— Preguntó el rubio observando unos papeles que le entregaba Diamante, un reconocido subcapitán.

—Se hace llamar Envy, era mercenaria a sueldo; se dice que hace un buen trabajo, puede que ella sea la indicada para la misión— Habló aquel hombre a su superior—No tiene conexiones con ninguna mafia, se retiró hace un año... no nos traerá problemas.

El rubio tomó los papeles entre sus manos hojeandolos para soltar un bufido.

—¿Caímos tan bajo como para confiar en un mercenario?—Preguntó el rubio lanzando los papeles.

—Señor... nos quedamos sin opciones... si queremos capturar a aquel topo, debemos tomar decisiones riesgosas-

—No me importa, ya hablé —El rubio se rehusaba a confiar en gente fuera de su grupo, pero al mismo tiempo, no quería mas muertos en su familia.

El subcapitan se retiró dejando a el capo completamente solo en su oficina. Pensaba y pensaba, su mente rondaba en el mismo tema; aquel topo lo volvería loco.

§

—¿Profesora? Porfavor... —Leía aquel papel que le había entregado Diamante— Sin duda estamos desesperados...

No dejaría que cualquiera tome el trabajo. Pero se veía tentadora la oferta de aquella mercenaria.

Se levantó de su silla para ir a la sala de reuniones, discutirían el tema. Y después de unos buenos minutos de discusión salían más preguntas que soluciones.

Joker, Corazón, Diamante, Trébol y Pica tenían opiniones distintas.

—Pero no tenemos otra-

—¡Lo se, maricon!

—¿En serio vamos a confiar en una mujer?

—Ya vas a empezar.

La sala eran ideas y comebtarios sobrepuestos, el caos reinaba en la mente de cada uno.

—... jefe...

—¡Suficiente! ¡Me colman la paciencia!— Finalmente habló aquel rubio— Tomaremos la oferta, si nos traiciona, la mataremos. No nos podemos dar el lujo de que se filtre más información; si las demás organizaciones se enteran que estamos vulnerables será complicado reponernos.

Todos callaron para escuchar la opinión del capo. Y se podría decir que todos estaban de acuerdo, debían de solucionar ese problema, era un momento de debilidad. Pero no por ello podían confiar en cualquier persona.

—Pero antes— Puso una condición— Yo mismo la conoceré, no me dejaré este trabajo a cualquiera... tengo un plan.

Fin de Prólogo
§

Envys P.O.V.

—¿Una alumna nueva?— Le pregunté a mi jefa quien asintió—¿A mitades de marzo? Esos padres deben de estar locos...