Capítulo 29

640 82 6
                                    

Ashton

No sé cuántas horas pasaron pero el ambiente se está haciendo pesado, puedo sentir la preocupación, el desconcierto y enojo de Dylan mezclados con los míos mismos, el cuerpo de Maya fue sacado de aquí pero ni siquiera eso puede calmarme.

No siento el paso de las horas, no sé cuánto tiempo ya estoy aquí. Oigo varios pasos fuera de esta habitación, no soy tonta, este lugar está repleto, quien sea que venga, cometerá suicidio. La supuesta devoción de Oliver no condiciona su vida, sé que no vendrá, y tengo miedo de lo que pase con nosotros después.

Pero si viene por mí culpa... joder. Él me lo dijo, que no me convirtiera en un maldito daño colateral.

Mi estómago se comprime, intento calmarme, pensar con raciocinio, como puedo sacarnos de aquí. Como poder sobrevivir.

Pero estoy tan ansiosa y tengo tanto miedo que no puedo pensar con serenidad, ahora todas mis ideas terminan conmigo muerta y todo sumido en un completo caos.

Incluso si tengo a Dylan conmigo, oírlo despotricar contra Oliver, maldecirlo y pensar en formas de como morirá hace que me tense.

Necesito despejarme.

―¿Cómo terminaste aquí? ―le pregunto buscando que deje de darme datos de cómo le gustaría matar alguien que, tal vez considero mi amigo.

Dylan me mira, mira mi estómago y suspira.

―Oliver sabe jugar sus cartas, jamás desaprovecharía una oportunidad y sabe escoger el momento. ―golpea el piso con el puño, trago en seco―, cuando hablamos lo hizo en público, para tenerme controlado y no romper su cara hasta que la vida le saliera de sus jodidos ojos. Fue en ese momento que Valdizari nos vio y creyó que éramos amigos. ―bufa―. Después cuando estaba solo en la cochera del apartamento, intentando entender de alguna manera la situación, aparecieron 2 personas, me noquearon y cuando desperté estaba camino a España.

―¿Te lastimaron?

―No es como si no hubiera intentado liberarme. ―suspira―. Ashton te prometí que estaríamos bien pero no puedo asegurarte... ―traga en seco―, que no habrá perdidas. E incluso si algo me pasa, tendrás que pensar con la cabeza fría, no exponerte.

―Dylan...

―Y aunque no sea seguro que tu... ―señala mi estómago, sin poder decir la palabra embarazada―, es mejor que pienses que lo estás y no tomes riesgos inútiles.

Asiento, no había pensado en eso la verdad, no puedo ser imprudente, tengo que ser cuidadosa. Pretender que tengo... eso...

Joder, un bebé Ashton, no lo comiences a tratar como una cosa. Estés embarazada o no.

Tomo un respiro, Dylan tiene razón, este o no este con un bebé dentro de mí tengo que actuar como si lo estuviera y cuidarme.

Por qué si no lo hacía y resultaba estarlo. Sé que jamás me lo perdonaría.

Un bebé...

La sola idea hace que se me ponga la piel de gallina, pero entonces recuerdo a Jeremy, y la adoración y amor profundo de Kat a su pequeño.

Por un momento me imagino a una niña, con mis ojos pero todo lo demás de Alan, una pequeña bebé que me necesitará. Mi mano viaja a mi estómago.

Quizá si este lista.

No sé en qué momento despierta el sentido maternal de una mujer, si siempre lo tenemos o solo se activa en el momento que sabemos o queremos ser madres. Pero ahora, tenga o no tenga una partecita de Alan y mía en mí, sabía que la quería e iba a protegerla con todo lo que tenía.

Desastrosos Felices para SiempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora