Enamórate de Barcelona

Día 11.3.

-No hiciste nada mal, Anna. No le busques tres pies al gato.
-Es que los tiene. Carla, tiene tres pies y uno cojo. ¿Qué pasó? Solo quiero saberlo.
-¿Sabes... algo?
-¿Cómo iba a saber algo? -dije sin entenderla-.
-No sé, da igual.
-¿Piensas contestarme?
-Anna, nunca fuiste santo de su devoción. Solo buscaban cómo quitarte de en medio.
-¿Y tú? ¿Y Sonia?
-Bueno... yo no sé Sonia pero... yo no quería que fueses. Ni yo tendría que haber ido. Nuestra idea era probar todo... la experiencia completa de Barcelona. Besos, sexo, drogas, noches eternas...
-¿Me echasteis vosotras algo en la bebida? -el timbre sonó-. La conversación no termina aquí -le dije decepcionada-.

Me dirigí a la puerta y ahí estaba Pablo. Tenía que acabar con esto.

-Hola -le dije sonriente-.
-Hola -dijo abrazándome-. Qué ganas tengo de besarte -me dijo al oído. Oh, Dios, hazlo, pensé-.
-Tengo que hablar contigo. ¿Vamos a mi habitación?
-Me descentrarás.
-No, creeme que no -dije convencida-.

Pero sí, se descentró y me descentró a mí. Empezó a besarme con ganas nada más sentarnos en mi cama. 'Tengo que hablarte de...' intentaba decir yo mientras el besaba mi cuello. Me podía, sin duda él me podía. Era una constante sensación de nunca tengo bastante con él y quiero más y más y más... Dios, podría acostumbrarme a tener estos besos todos los días, podría acostumbrarme a acariciar este pecho desnudo. 'No sé qué estás haciendo conmigo, pequeña' dijo Pablo en un susurro mientras agarraba mi camiseta para deshacerse de ella. Sus labios no paraban de buscar los míos y mis labios estaban encantados de poder besar su cuerpo una vez más.

-Bueno, ¿qué querías decirme? -dice mirándome confiado desde el otro lado de la cama. Dios, hasta su sonrisa me la comería-.
-¿Podrías taparte un poco? No puedo hablar contigo en plan serio estando así -dije sincera-.
-¿Te pongo nerviosa? -dice pícaro acercándose a mí- ¿Te cuesta... -dijo rozando mis labios- respirar?
-Para -dije con mi corazón a mil-.
-¿Que pare... qué?

Y empezó a besarme de nuevo y, joder, que perdía por completo el sentido cuando lo hacía, no podía romper algo que me llenaba tanto. 'Te quiero' susurra en mi oreja y luego sigue besándome.

-Anna, papá vendrá en un rato -dice entrando por la puerta-.
-Oh, joder -dije tapándonos con la sábana-.
-¡Anna!
-¡Vete, Carla! -dije muerta de la vergüenza mientras Pablo se reía-.
-¿Qué es lo que te hace tanta gracia? -le dije a Pablo cuando ya se había ido mi hermana-.
-Podríamos haber hecho reunión familiar.
-Si llega a entrar mi padre te la corta. En pedacitos.
-¿Le ayudarías?
-Puede... -dije mientras él se mordía el labio. Dios, quiero morderle el labio yo-.
-Va, Anna, sueltalo.
-¿Te vas a ir?
-Tengo que irme.
-¿Y esto?
-¿Qué?
-Nosotros.
-¿Qué pasa con nosotros?
-¿Qué... hacemos con esto?
-Volveremos a vernos. Seguro que la vida nos hace volver a estar juntos.
-¿Y mientras?
-Anna... ¿Quieres que te prometa amor eterno y te diga que mañana mismo me mudo aquí, contigo, para toda la vida? Eso no puede ser.
-¿Entonces? -dije un poco rota, aunque sabía que es así, que no iba a quedarse aquí, que la distancia acabaría con esto-.
-Pues lo siento y te quiero, no sé qué más decirte -dijo y él también se veía un poco roto-.

Empezó a vestirse. No podía creerme que la persona que tan bien me hacía, que la persona que me hacía desconectar, que me hacía tan feliz estuviese a tantos kilómetros. No dijimos nada. Se fue por la puerta con un simple 'gracias' y un ligero beso en los labios que, una parte de mí, sabía que era el último. Sabía que se iría, que mañana ya no estaría, que esto era una historia más que apuntar en cualquier post-it y, joder, como me dolía que esta historia cabiese en un post-it. Quería un libro, una trilogía, la típica historia interminable... la quería con él.
Volvió a sonar el timbre y deseé que fuese él, arrepentido, diciendo que me quería y que intentaríamos estar juntos a pesar de todo. 'Anna, papá ya está aquí' dijo Carla rompiendo mis ilusiones.
Lavate la cara, Anna, dibuja tu mejor sonrisa y sal ahí a decirle a tu padre que todo irá bien. Aunque ni yo misma me lo crea.