☬ Puedes contar conmigo ☬

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Todos estaban celebrando el cumpleaños de Stark en su torre. Como de costumbre, había planeado una gran fiesta con música electrónica a todo volumen y toda clase de invitados ricachones y pretenciosos que se paseaban por su casa como si fuera un museo, admirando sus cosas y presumiblemente robándose uno que otro cenicero u objetos decorativos pequeños. 

Aunque no era su ambiente, todos los vengadores estaban ahí, incluyendo a Loki. Por sorprendente que parezca, él ya estaba acostumbrado a las fiestas incómodas y ruidosas gracias a su hermano, y estaba soportándolo bastante bien, hasta que alguien derramó una bebida sobre él por error y tuvo que salir a tomar aire para calmar su molestia.

Desde el momento en que llegó a lo alto de la torre Stark, sus oídos descansaron del escándalo y pudieron concentrarse en el sonido de la ciudad, y más específicamente, en una voz dulce y entonada que cantaba por lo bajo, pero estaba lo suficientemente cerca para oírla con claridad. Eras tú, estabas sentada al borde del edificio, con el viento golpeando tu rostro suavemente mientras cantabas, inconsciente del resto del mundo.

—No sabía que podías cantar —te interrumpió, sacándote de tus pensamientos. Tú diste un salto hacia atrás por el susto.

—¡Loki! Casi me matas —llevaste una mano a tu pecho con la respiración agitada.

Entonces se dio cuenta. Esa tonada que entonabas era bastante triste, y tus ojos estaban llenos de lágrimas que intentaste secar discretamente, pero era imposible no darse cuenta por tus ojos hinchados.

—¿Por qué estás llorando?

—¿Qué? ¿Acaso no sabes lo que es que te de sentimiento por una canción?

—No, la verdad es que no soy cantante —obvió. Pero notó que estabas mintiendo, tu rostro estaba demasiado afligido para solo tratarse de ello. Llevabas llorando por lo menos media hora—. Pero sí soy el dios del engaño, y sé cuando alguien me engaña.

Contuviste el aliento al verte descubierta, agachando la cabeza mientras mordías tu labio inferior y contenías el impulso de querer llorar desconsolada, pero una lágrima logró escapar de uno de tus ojos, haciendo su camino por tu mejilla. Loki extendió su mano hacia ti, conmovido y destrozado por la tristeza en tu rostro. 

—Sé que no soy tu persona favorita, pero espero que sepas que puedes contar conmigo —murmuró. Es cierto que a veces se llevaba un poco pesado contigo y hacía bromas o chistes que, si bien le seguías el juego, podían resultar cansadas en momentos.

—Gracias —respondiste a secas, desviando la mirada. No querías decirle lo que había pasado, no querías hablarlo con nadie. Pero tenerlo tan cerca, y siendo tan considerado con tus sentimientos, de repente decidiste decirle la verdad —. Hoy murió mi último pariente vivo, Loki.

No podías mirarlo a los ojos, tu dolor era demasiado y se transmitía en tu voz, si veía tu mirada terminarías por hacerlo llorar también.

Loki abrió los ojos como platos, entre abriendo los labios para decirte palabras de consuelo, mas no pudo hacerlo. Él era inmortal, igual que tú, y sabía la clase de pesar que conllevaba vivir lo suficiente como para ver morir a todos los que amabas. Él tenía la suerte de tener una familia igualmente inmortal, pero tú habías perdido a toda tu familia directa y ahora el último en tu línea de sangre también se había ido. La verdad es que no había palabras que pudieran sanar esa herida.

—Lo lamento tanto —puso su mano sobre tu hombro—. Quisiera decirte que con el tiempo se vuelve más fácil, pero te estaría mintiendo. Solo puedo decirte que ayuda tener a alguien con quien compartirlo, y espero pueda ser esa persona para ti.

Tú habías sido esa persona para él. Podía compartir contigo cualquier cosa sin miedo a que lo juzgaras por sus acciones o pensamientos. Eras su mejor amiga, la mujer que él amaba, y aunque jamás había tomado el valor para decírtelo, intentaba demostrarlo en cada oportunidad que tenía.

—Gracias, Loki, en verdad lo aprecio. 

Las lágrimas siguieron escurriendo por tus mejillas, llevaste ambas manos para tapar tus ojos y que no pudiera ver lo descompuesta que estabas. Pero a Loki no le importaba. Te abrazó contra su pecho, acariciando tu cabello sin nada más que decir. Tan solo se quedaron ahí, en silencio. 

No supiste cuánto tiempo pasó, solo viste que de repente el sol comenzó a alzarse en el cielo, dando fin a tu primer día como la única sobreviviente de tu linaje. Loki miró tu perfil iluminado por los colores del amanecer, sonriendo para sus adentros al pensar que, algún día, si se decidía a declararse y tú le correspondías, quizás ambos podrían seguir su linaje, quizás podrían tener hijos productos de su amor, que nunca moriría y quedaría inmortalizado en ese momento íntimo que significó tanto para ambos. 



Loki y tú: One-ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora