the diary of michael afton

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Un muchacho de cabello y ojos castaños estaba hurgando en cajones y cajas dentro del viejo cuarto de su padre. Se encontraba en la búsqueda de algo que pudiera recordar a su padre de su período de juventud, antes de convertirse en un hombre amargado y desilusionado. Alfin, encontró lo que buscaba en una caja oculta en el rincón más remoto del ropero: una pequeña libreta.

El joven de repente gritó de emoción al encontrar la libreta, lo que hizo que vanessa, que estaba en el otro extremo de la habitación, saltara asustada del susto.

"¡Gregory, deja de gritar por favor!"

le dijo, aunque tampoco fue capaz de esconder la felicidad que sentía por él en ese momento.

Con la libreta entre sus manos, el joven se sentó en el piso y abrió la cubierta. Allí se encontró con un cúmulo de recuerdos de su padre, escritos de puño y letra en la pequeña libreta. Cada página estaba repleta de notas, reflexiones y dibujos que su padre había realizado durante su juventud.

El joven se sumergió en la lectura de esos recuerdos, sintiendo como si estuviera viajando al pasado y como si se estuviera conectando con su padre de una manera única e íntima.

"¡Lo encontré, Nessa, lo encontré!", gritó entusiasmado el joven al encontrar una pequeña libreta en el viejo ropero de su padre. Inmediatamente, Vanessa, se acercó a él para ver qué había encontrado, y al ver que se trataba del diario del "padre" del niño, no pudo evitar sentir curiosidad.

Página tras página, Vanessa empezó a leer extractos del diario, donde Michael se desahogaba contando su día a día. "Junio 1982" decía la fecha de una entrada. "¡Claro! Ese era el nombre de mike", respondió Vanessa, aunque no podía evitar sentir un nudo en el estómago al escuchar ese apellido.

Como es bien sabido, el apellido "Afton" está asociado con la historia más oscura y sangrienta de un asesino en serie y un padre abusivo. Vanessa odiaba a ese hombre con todas sus fuerzas, ya que todo apuntaba a que había arruinado la vida de su propio hermano, Michael, y había causado la muerte de su padre, William.

Aunque Vanessa sabía que no era justo juzgar a alguien por su apellido, no podía evitar sentir un odio intenso cada vez que oía ese maldito apellido "Afton". Lo que más odiaba Vanessa era cómo el nombre afton se había convertido en una especie de sinónimo de dolor y destrucción.

Gregory, con un brillo en los ojos producto de la emoción, salió de la vieja casa de su padre y emprendió el camino de regreso a casa junto a Vanessa. En el camino, Gregory le fue mostrando a Vanessa algunas otras cosas que había encontrado: unas viejas fotos, algunas cartas escritas a mano y algunos objetos personales de su padre, como una vieja cartera y una caja de cigarros.

Una vez en la casa, Gregory no pudo evitar correr a su cuarto e abrir la puerta a una habitación que hacía mucho tiempo no entraba. En el piso tenía una pequeña cama y una vieja mesita con una lámpara destellante encima de un libro sobre un caballito de madera.

Todavía emocionado por el hallazgo, Gregory se sentó en su cama y sacó la pequeña libreta de su bolsillo. Comenzó a leerla lentamente, absorbido por cada página.