1. León.

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En las bulliciosas calles de la gran ciudad, dos amigos, León y Humberto, compartían una pasión: League of Legends. Sus vidas giraban en torno a partidas épicas, estrategias y campeones. Pero había algo más que los unía, algo que no se atrevían a admitir. Mil y un maneras habría de describir este algo, pero ninguno de estos sabía aún de que se trataba. Ambos se consideraban heterosexuales, pero sus acciones y gestos con el otro decían lo contrario.

León, un chico alto, atlético y bastante creativo era proplayer con una habilidad asombrosa en el juego, era un maestro de las tácticas. Humberto, un joven tímido y delgado pero no menos inteligente, era tan solo un jugador casual, el tenía otras aspiraciones.

Una tarde lluviosa, después de una partida intensa en la que León había demostrado su destreza con el campeón Lee Sin, los dos amigos se encontraron en su lugar habitual: la pequeña cafetería al final de la calle. El aroma del café recién molido llenaba el aire mientras se sentaban en una esquina apartada.

"Oye, Simboide" rompió el silencio Humberto, dejando su taza de café en la mesa frente a él, considerando si su pregunta era realmente útil para la conversación.

"Diga uste'" respondió León desde el pequeño sofá dándole un mordisquito al muffin que acompañaba su matcha latte.

"¿Pa' cuándo la novia o qué?" desafió Humberto burlándose de la incapacidad de ambos para conseguir pareja, poco esperaba la respuesta del contrario. "Naaaambre está difícil, pero fíjate que hay una morriki a la que le ando tirando el can." habló León con un tono suave y un leve sonrojo en sus orejas, casi indistinguible pero inconfundible para el otro chico. "Apoco si tilín?" contestó el más bajo, incrédulo de la respuesta de León. Ambos rieron y siguieron conversando de cosas un poco menos relevantes, pasando el tiempo en el reducido local.

Unos minutos más tarde, el personal del lugar le recordó a ambos que debían retirarse pues pronto cerrarían por el día. El único detalle era que la lluvia aún no había reducido su intensidad, las calles pronto se inundarían de coches y gente intentando regresar lo menos empapada posible a sus hogares.

"Oye, Humberto" llamó el muchacho de cabello ondulado, "Mande" respondió el contrario volteando a verlo, mirando esos lindos ojos cafés que desde hace tanto tiempo conocía pero nunca perdían ese brillo tan característico.

"No quieres así como ir a mi casa? tengo espagueti" el otro joven simplemente soltó una risita cómplice y decidió que iría con su mejor amigo.

Seguía lloviendo, menos mal que ambos contaban con un paraguas.... ¿Verdad? Pues resulta que el menor no llevaba consigo el paraguas que habría jurado empacó junto con todas su cosas esa misma tarde. "Ay, betito, ¿Qué voy a hacer yo contigo?" cuestionó León y se puso su hoodie con disposición de salir al diluvio que caía afuera, el chico más bajo simplemente levantó los hombros en señal de impotencia ante semejante situación. "Ten, usa el mío, si vamos al mismo lado lo de menos es que yo me moje." Ofreció Simboide ante la falta de respuesta de su amigo.

"Pero... ¿y tú? no sería mejor compartir paraguas?" finalmente habló el otro chico. Bien, compartirían paraguas, León no se mojaría.... espera un segundo, eso significa que irán ¿juntos?... Pegados... si realmente quisiesen, podrían tomarse de las manos... "Puto." una voz sacó de sus pensamientos al contrario. "¿Eh?" el menor preguntó al estar completamente absorto en sus pensamientos; el más alto simplemente golpeó su frente con la palma de su mano. "Decía que está bien, pero que igual íbamos a estar empapados por el tamaño del paraguas" León suspiró y tomó del brazo al otro chico, saliendo por la puerta del pequeño café, al salir abrieron el paraguas y comenzaron a caminar sobre la acera; evidentemente estaba húmeda.

Decir que el regreso a casa de León fue sin ningún tipo de percance sería mentir, Humberto estaba enteramente nervioso de tener al otro chico tan cerca, sentir su calor corporal... temblaba de vez en cuando, cerrando sus ojos por un segundo. Leo al sentir esto, decidió caminar hacia un pequeño techo cercano, se quitó la hoodie que llevaba y se la entregó al menor. "Ten, pareces chihuahua cocainómano de tanto que tiemblas" el antes mencionado quedó sin palabras, ¿Qué estaba pasando? solo atinó a tomar la sudadera y ponérsela, sintiendo el calor dejado por su amigo. "Gracias..." susurró en un momento, siguiendo su camino al ser tomado nuevamente del brazo por el contrario. "Tiene V de vuelta, ¿Eh?" advirtió León "Es mi hoodie favorita." explicó después de su advertencia, es tierno, pareciera que en realidad no quiere que la devuelva, ¿será esto un indicio?...

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nota del autor:

SERIAMENTE ESPERO QUE NADIE MAS QUE LA GENTE A LA Q SE LO MANDE LEA ESTO.

esteeeee ps todo lo q pase aquí relacionado a personas lugares o eventos reales es pura coincidencia. gracias a Dios se me ocurrió parar, iba a caer en esquizofrenia. Se vienen cositas 😈.

cámara ahí nos vidrios.


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⏰ Última actualización: Nov 12, 2023 ⏰

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