No supe distinguir los sentimientos.

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Para Félix era doloroso ese momento.

Sus pies corrían como si su vida dependiera de ello de verdad se alentaba pensando que quedaba menos,más y más. Más y más.

Sus pies empezaban a doler demasiado,quizás esos zapatos no eran los más adecuados para estar corriendo por esas calles que se veían infinitas,por más que corría no parecía poder llegar a su destino en algún momento.

Cuando visualizo aquel pequeño lugar se paró en seco provocando que casi cayese teniendo que agarrarse de una farola cercana,tras eso tomo un pequeño segundo para tomar algo de aire,aunque sea un poco,tras eso se acercó a aquel lugar donde abrió de golpe las puertas.

—¡Alto!—

Su grito parecía más bien bien el chilido de un perro,todo debido al poco aliento del chico.

Su grito resonó por todo el lugar logrando captar la atención haciendo que todo el mundo se girase para poder ver al culpable de la interrupción. Todas las miradas se habían posado encima de él de manera acusatoria.

—¡No te cases!—

Desde el pequeño altar la rubia se giró lentamente topandose con la mirada esmeralda del rubio,al chocar ambas miradas no pudo evitar girar el rostro avergonzada. Su primer movimiento fue apartar las manos que el peliazul tenía sujetadas así ambos quedando separados.

Por su parte el varón se quedó pálido mientras la miraba,encima aquella acción le hacía temer que quizás,solo quizás le dejaría tirado en el altar. Su miedo se hizo presente cuando volví a tomar sus manos evitando que se alejase un poco por lo menos,tras eso su mirada se clavó en la de ella intentando buscar respuesta a lo que estaba por hacer.

—Tranquilo,por favor— susurro la blonda mientras le sonreía de lado.

El solo pudo asentir con cierto cuidado para así soltar sus manos de manera lenta casi con miedo para tras eso solo cruzarse de brazos. Le dedicó una pequeña sonrisa nerviosa para luego reír un poco por lo bajo notando más sus nervios que no paraban de notarse a flor de piel.

Lo dejo con cuidado para así ir hacía el causante de aquella pausa. El sonido de sus tacones chocando contra la madera vieja causando pequeños crujidos resonaba por todo el lugar,eso hasta que paro de golpe dejando ver que ambos ya estaban frente a frente.

Al tenerla enfrente enseguida la tomo de los brazos para así abrazarlar de golpe obligándola a quedarse pegada a él,tras eso se quedó quieto por varios minutos donde solo podía enrollarla con fuerza sin querer soltarla. Ahora que la tenía enfrente no quería que volviera a huir.

—No te puedes casar con él— rogó con un tono muy dominante.

—Tenemos que hablar— se limitó a decir.

Ambos salieron juntos hasta quedar fuera,se sentaron en un pequeño escalón para así poder hablar de lo que tanto los tensaba.

Ella solo se aferró al pequeño ramo que tenía entre sus manos para luego apoyarlo contra su pecho,eso mientras él solo se quedaba viendo hacía la calle.

Era un tema que los ponía demasiado nerviosos.

El solo se quedó viéndola, cómo podía pensar siquiera en casarse con él. Ese vestido ni siquiera era de diseñador como ella tanto soñaba,era apenas un vestido blanco tan simple que no podía resaltar de manera correcta su enorme belleza. Ni siquiera estaba peinada por alguna estilista solo estaba dejando su cabello suelto con esas hermosas ondas caer por su cálida espalda.

¿Cómo con algo tan simple era una belleza única?

Ella solo se quedó mirando a su ramo de flores tal hipnotizada,no pensó en este improvisto tan repentino. ¿Cierto?. Algo dentro de ella estaba seguro de que vendría,pero quiso pensar que tendría cierto grado de respeto por su decisión en vez de venir a interrumpir sus decisiones.

|One-Shots|•Miraculous Ladybug•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora