Kǔnàn

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—¿Dime cuál es tu objetivo, qué es lo que quieres? ¿Por qué simplemente no nos puedes dejar en paz? —. La hoja afilada de la larga espada apuntaba directo al rostro de Guang Kunan.

Guang Kunan desesperado también sostenía su espada: —¿Que cuál es mi objetivo? No puedo creer que todavía no entiendas. Pero claro, cómo podrías entenderlo si has vivido rodeado de suaves tratos.

—¿De qué demonios hablas? ¡Eres tú quien no tiene idea de lo mucho que he sufrido!

—¿Pelearemos por quién sufrió más? No lo puedo creer, simplemente es gracioso que pongas tus falsas penurias sobre las de los demás.

Guang Kunan saltó hacia Guang Caifu, sus pies ligeros y hábiles ni siquiera dejaron huellas cuando caminó hacia Caifu. Blandió la espada con habilidad, pero no dejaba de ser inferior al contrario, después de todo sus emociones predominaban sus actos. Sus ojos inyectados en sangre por la ira y la tristeza lo hacían parecer un terrible fantasma vicioso.

—No lo hago, sé que he sufrido bastante pero tampoco me martirizo como lo haces tú. ¿Qué sentido tiene molestarnos a mi y a Hu-ge?

Una risa estremecedora salió de Kunan, más que una risa, parecía un llanto que pedía a gritos ayuda, pero de los observadores y los implicados, nadie estaría dispuesto a ayudarlo.

—¿Qué sentido? ¡¿Qué sentido?! ¡Caifu! ¡Quiero lo que tú tienes! ¿¡Cómo es que siendo hermanos, nacidos de la misma madre, del mismo padre y criados por las mismas personas, el trato que nos dieron sean tan diferentes como el cielo y la tierra!?

—¿De qué hablas?

—Eres idiota. Sólo mira nuestros nombres, literalmente te llamas fortuna, ¡Caifu! En cambio yo, me llamo sufrimiento.

—Un nombre no quiere decir nada, Kunan.

Kunan quería aplastar la cabeza de Caifu, quería arrancarle esos ojos llenos de vitalidad y alimentar a los peces con ellos.

—Caifu, Caifu. Todos me odian, incluso tú y ¿sabes por qué? Porque existes, por eso. Porque como un parásito tomas la fortuna de todos, te la tragas y la usas a tu favor. Porque mis padres se preocuparon tanto por ti —, su espada chocó con la de Caifu, soltando un ruido sin precedentes, el qi que emanaba la espada de Kunan era poderoso por sus sentimientos incontrolables, inevitablemente, la espada de Caifu se agrietó. Hei Baohu, el tal Hu-ge se impulsó a proteger a Caifu.

—Detente aquí, Guang Kunan.

—Ya he llegado hasta aquí, no me voy a detener Hei Baohu. O muere él o muero yo.

—Recuerda tus palabras —Hei Baohu impulsó su qi para reprimir a Kunan, quien a pesar de sentir que sus huesos estaban siendo aplastados, no se amedrentó.

—Así el cobarde Caifu muestra que sólo sirve para llorar y esperar a que su Hu-Ge lo proteja. Eso mismo es lo que he querido, Caifu. desde que tengo uso de razón, he tenido que levantarme solo, llorar solo, soportar el odio sin fundamento del mundo entero por nada más que tu mera existencia. ¡Un mundo sin un Guang Caifu sería mejor!

>El idiota de la familia Lan murió para protegerte, pero ni siquiera lo recuerdas ahora. La doncella de la familia Hua fue expulsada sólo por gustar de la misma persona de la que tú gustabas. El anciano Bai molió sus huesos para enseñarte a cultivar para finalmente morir por las manos del idiota Hei Baohu ya que ese maestro no estaba a favor de la relación de los dos, ¿y qué hiciste? ¡Nada!

>Todos los que te conocen están obligados a quererte, de lo contrario sólo están allí para morir. ¿Qué demonios tiene todo el mundo en su cabeza? Parecen estar llenos de mierda, porque no piensan, no se dan cuenta que el problema de todo eres tú.

Punto de vista de la carne de cañónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora