Desesperanza

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Dan recibe la llamada que más miedo tenía de recibir: su abuela finalmente perdió la batalla.

Las lágrimas caen por sus mejillas cual ríos, se había quedado solo después de la intensa lucha que habían mantenido. Cayó al suelo de rodillas, roto por el dolor de perder a la persona que más amaba en el mundo. Se había quedado sin nada, Jaekyung a su manera también lo había librado de sus deudas, aunque dijese que solo lo había hecho por su propio beneficio. Se sentía vacío por dentro ¿Qué iba a hacer ahora que ella ya no estaba? ¿Dónde quedaban sus motivos para luchar? ¿Su motivación? Ya no quedaba nada, todo se había ido con ella, tampoco tenía un lugar al que llamar hogar, la casa de Jaekyung no era más que el sitio donde lo habían acogido de forma temporal, él no pertenecía ahí.

Se quedó mirando la tumba fría en la que ahora descansaba su abuela, lo único positivo de todo aquello es que ya no sufriría más, su intenso dolor había llegado a su fin, tampoco se tenía que preocupar más por él, ya no tendría que forzar una sonrisa para ella y decirle que todo estaba bien. La lucha había dado punto y final sin avisar con antelación. Sabía que algún día llegaría el momento de despedirse de ella, pero no estaba preparado para perderla tan pronto. Egoístamente quería que luchara un poco más, que se quedara con él algo más de tiempo, que volviera a sonreírle mientras él recibía su yogurt favorito desde que era niño y que ella le había comprado con todo su cariño, solo para él. Quería haberla sacado de esa cama, llevarla a algún lugar al que pudieran llamar hogar, enseñarle que conservaba su armario, demostrarle que ella era la razón por la que aguantaba cualquier cosa y que había luchado más allá de sus posibilidades solo por y para ella.

Pero ella ya no estaba...

Caminó sin rumbo fijo durante horas, su mente estaba nublada y su corazón ardía por el dolor de la pérdida. En algún momento de su larga caminata se dio cuenta de que sus pasos lo habían guiado al gimnasio en el que conoció a Jaekyung. Habían trabajado juntos durante varios meses y durante ese tiempo se convirtió en alguien importante para él. Jaekyung le había enseñado muchas cosas y le había ayudado en otras, aunque como siempre le decía, solo lo hacía por su propio beneficio, porque sus problemas estaban perjudicándole. Ya no quería ser más un estorbo, iba a poner el punto y final de aquella historia que jamás se debió crear, Dan no se consideraba merecedor de la caridad que le había brindado Jaekyung y creía que si seguía a su lado tan solo sería una molestia para él, como una piedra en el camino.

Subió apesadumbrado y entró en el gimnasio cabizbajo, carta de renuncia en mano. Buscó a Namwook y con una reverencia se la entregó.

- Pero Dan, ¿Por qué?...

Dan no contestó, sonrió como pudo con las lágrimas a punto de brotar de sus ojos y se marchó en silencio tal y como entró.

Jaekyung lo vio desde donde se encontraba, lo miró incrédulo, él aún le debía mucho, tenían un contrato y él ¿se atrevía a romperlo? ¿Cómo era capaz de hacerle eso a él?
Quiso salir tras él, pero el entrenador lo detuvo diciéndole que en estos momentos Dan necesitaba un poco de espacio.

Dan llegó a la casa de Jaekyung y se sentó en su cama mirando el ropero de su abuela. Ya nunca podría mostrárselo. Sus lágrimas se habían derramado tanto que sus ojos ahora estaban secos, rojos de la irritación. Pasó horas en soledad, sin pensar en nada más que en su abuela y en que no había podido hacer nada para salvarla. Se sentía tan inútil... El sol se puso y unos pasos familiares resonaron en el ático, Jaekyung había vuelto a casa y Dan no tenía la cena preparada, tampoco es que se hubiera acordado o que tuviera fuerza en el cuerpo para moverse de allí. Sus pasos se acercaban cada vez más, la puerta se abrió y Jaekyung entró por la puerta mirándolo fijamente.

- Murió... - Susurró Dan mirándolo con lágrimas nuevamente en sus ojos.

Ver a Jaekyung allí frente a él le dio un pequeño rayo de luz a su oscura vida, para luego sentir una punzada en su pecho al pensar que todo debía terminar allí. No debía seguir causándole problemas, ya había hecho suficiente por él, ahora le tocaba a Dan poner de su parte para que Jaekyung pudiera seguir su vida sin tener que tirar de él. Quiso hablar, pero su boca se secó cuando lo escuchó hablar a él.

ArrepentidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora