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-"¿Enserio te parece sano desayunar un cigarrillo a las 8:00 a.m.?"- dijo mientras observaba el fuego consumir el tabaco

-"¿y a ti que te importa?...—inhalé el humo dejando que permitiera relajarme aunque sea por un momento breve—..se supone que hui de casa porque no quería tener hermanos mayores... no estarás actuando como uno después de estos años..."- le respondí mientras me recargaba en la barandilla que permitía que en un arrebato no me lanzara al mar.

-"¿acaso me dirás que tengo madera para ser tu hermano mayor? no seas estúpida, sólo lo digo porque si te desmayas, te dejaré aquí tirada..."- dijo con una sonrisa burlesca mientras tomaba posición a mi lado.

-"¿y crees que me importa que me dejes abandonada aquí?... sería mejor para mi, así de una vez por todas me deshago de ti...—le dije volteando la mirada hacia él—.. no entiendo porqué sigues aquí, se suponía que ya no querías meterte en esta mierda otra vez."

-"Y esperabas que mirara desde lejos como el tipo que se cree serpiente te deje toda la diversión a ti sola?... no lo creo mocosa."

-"Tu y yo sabemos perfectamente que no estas aquí por la supuesta diversión... y tampoco es por dinero... ya te lo he dicho millones de veces Hanma, no te confundas, yo no soy ni seré tu puto Kisaki."- le respondí mientras volvía a meter el cigarrillo a mi boca.

Soltó una risa sin ganas y simplemente me observó hasta que aquel cigarrillo se consumió por completo.

-"Esta listo jefa...—escuchamos una voz a lo lejos que se acercaba—..ya nos pagaron este trabajo, sólo pónganse esta ropa y vámonos de aquí..."- nos entregó dos bolsas de basura con ropa mientras sonreía de una manera bastante tétrica.

Dentro de la bolsa habían toallas y zapatos nuevos, limpié los restos de sangre en mis nudillos y cambié las botas blancas que traía manchadas de sangre por unas negras, lancé la colilla al suelo y la pisé para apagarla por completo, no me interesaba que esos dos me vieran semi desnuda, más de una vez tuvieron que llevarme a rastras de algún bar de mala muerte por caerme borracha, no me interesaba si me veían con otros ojos, sabía que eran incapaces de tocarme, no es como que pudieran acercarse, la agilidad no era parte de sus cualidades.

-"Jefa..."-dijo con un tono diferente mientras me ponía la blusa que había traído para mi.

-"Te he dicho mil veces que no me digas así... yo no soy tu jefa ni la de nadie..."-le respondí mientras abotonaba la blusa.

-"Lo siento... tenemos que hablar de algo importante Ángel ...—respondió Koko con una mirada más seria—..es sobre Draken..."

Ese nombre... de ellos no se hablaba, no conversamos del pasado, esta prohibido, nadie lo menciona, mis manos se pusieron frías y la piel se me erizó completamente, no reaccionaba, lo único en que pensaba era en aquella última vez que lo vi, en aquel burdel y que eso ya había sido hace 3 años. Recupere mis sentidos, sentía como Koko y Hanma me miraban preocupados, subi el cierre de aquella falda tableada y tome la bolsa con la ropa que ya no servía para lanzarla al vacío y profundo mar.

-"Es una lástima... esas botas eran mis favoritas...—dije mientras las veía entre mis manos—..tuve que mancharlas con un poco de sangre de estos bastardos violadores..."

-"¿Escuchaste lo que Kokonoi dijo?—pregunto Hanma confundido—..oye puta loca... ¿estas bien?"

-"Quiero que compres unas iguales Kokonoi... con el dinero que te pagaron por esta mierda compraré regalos..."-dije mientras deje caer las botas por la barandilla.

-"Leah... Draken..."-intentó decir nuevamente el que llevaba mis finanzas, pero antes de ello me apresuré a sacar mi navaja y rápidamente acercarme a su cuello.

-"Si vuelves a decir su nombre en voz alta en una situación así... te juro que no tendrás tiempo de volver a tomar aire..."

-"Oye mocosa... cálmate."-dijo Hanma mientras se acercaba sutilmente para querer arrebatarme la navaja.

Me alejé antes de que pudiera llegar hasta nosotros, y sólo saque las llaves de mi motocicleta del bolsillo de koko antes de que pudiera darse cuenta.

-"Los espero en la ratonera... hablaremos de ello en otro lugar."-respondí mientras me subía a mi nueva adquisición.

Sabía que lo que Kokonoi quería decirme era una mala noticia, sólo esperaba lo peor y de no ser así seguramente era algo que le encargaron, me alejé de todos ellos para que pudieran ser felices, para que yo pudiera estar en paz.

Desde que asesiné a mi hermano de sangre, no puedo conciliar el sueño, vivo en un bucle entre la muerte de Izana y Kazutora, no fui capaz de mirar nuevamente a Emma a los ojos, no pude soportar la idea de que mi hermano de toda la vida no era mi hermano, quizás todo hubiera sido más sencillo si aquella bala que estaba para mi destinada hubiera llegado al lugar que le correspondía, pero en su lugar me toca vivir con aquel recuerdo, cargar con esa culpa y la muerte de todos esos bastardos que he tenido que asesinar por dinero todos estos años, sabía que si Kokonoi traía en su asquerosa boca el nombre de mi hermano, Ken, todo se iría al carajo, aún así escucharlo me trae recuerdos hermosos, lo extraño todos los días y trato de ahogarme en alcohol lo más que pueda para poder olvidarlo, tristemente resulta lo contrario, duermo llorando, me ducho llorando, a veces como llorando y no puedo evitarlo, pero sé que hice lo correcto, sé que él esta bien, sé que tiene una tienda de motocicletas y que es feliz con Emma, sé que no me necesita, pero también sé que yo a él si.

Hanma ha intentado miles de veces de sacarme de aquí, pero no lo ha conseguido y esta relación debo confesar que tiene un toque de ternura, una oscura y triste ternura, sé que solo esta conmigo porque su vida perdió sentido el mismo día que yo perdí la cordura, y no tenemos más remedio que tener que soportarnos hasta que algún día la muerte nos encuentre en uno de esos trabajos que Hajime trae para nosotros, y aunque Shuji se confunda y crea pensar a veces que me ama, sé que solo busca una salida para justificar el vacío que existe en su corazón.

Por otra parte desde que conozco a Kokonoi no puedo descifrarlo, sólo hace los negocios y las compras de nuestra asquerosa ratonera, no habla mucho y no sé como apareció un día de la nada ofreciendo incrementar nuestro dinero, ni siquiera se porque se quedó si jamás lo acepté, pero estoy segura que sin él, hace dos años solos con Hanma seguramente estaríamos viviendo bajo un puente, o probablemente muertos en alguna cantina.

La única certeza que tengo en este momento es que aunque este en contra de mi voluntad y no sea parte de mis planes, si Draken, si mi hermano Kenny esta involucrado, mi vida se hace corta para poder entregarla por él, y aunque sé que este viaje será más complicado de lo que creo puede ser, lo único que sé es que tendré que volver.

Leah Ryūguji • 2da temporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora