44. Goodbye

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Gilinsky se encuentra ordenando los últimos detalles para mí despedida, que será una fiesta a lo "grande" como suele llamarlas mi mejor amigo. Por mi lado estoy arreglando los Cabos sueltos que no debo dejar, he escrito cartas para todos, sin embargo no encuentro las ideas ni palabras para completar la de Lynn, mucho menos la de Jack. Suspiro frustrado y apago la radio. Atino a vestirme para la ocasión y relajo mi cuerpo. No sé como decir adiós cuando lo que menos quiero es irme.

*
Avanzo con dificultad entre el mar de adolescentes, es la última carta que me falta entregar y esa corresponde a Nash. Él baila en medio de los chicos y sonrío con nostalgia. La mayoría ya sabe que me iré, y como único favor he pedido que Lynn no se enteré de nada. Seré el encargado de darle la noticia. Todos me unen al grupo e intento divertirme pero solo se incrementan las ganas de llorar. Pongo dentro de las manos de Nash la carta y lo abrazo.

Lynn no ha llegado, y espero por unos segundos que no lo haga, no quiero despedirme ¿Cómo se supone que le digo aquello a la persona de la menos quiero dejar ir?
- Te vamos a echar de menos Johnson- confiesa Matt.

- ¿Ahora a quién molestaré por su baja estatura?- bromea Sara.

- Yo igual chicos, también los quiero - contesto con sarcasmo.

*
Veo su rojiza cabellera en medio de la multitud, luce más hermosa de lo habitual, un vestido rojo se ciñe a su cuerpo y parece más alta gracias a los tacones. Respiro profundamente antes de acercarme a ella. La estrecho entre mis brazos con delicadeza sin soltarla por un largo rato. Beso su frente y tomo su mano. Matt ya ha tomado el lugar de Dillon que es el DJ, y pone summertime sadness, me balanceo al ritmo junto con ella, cierro los ojos al recordar cada momento, desde aquél día en Nebraska que la conocí, cuando ella me dijo que no se enamoraba, las veces que la hice sufrir, la sonrisa acompañada de lágrimas al decirle lo que sentía por ella. Las noches en Hawaii debajo de las estrellas, la manera en la que su mano embona con la mía a la perfección, o como somos el equilibrio para ambos. Llevaré cada centímetro de Lynn impregnado en mi memoria.

Cuando termina la canción, ella me sonríe después susurra que soy el mejor. Ella también lo es y siempre lo será. La guío hasta mi habitación.

- Hoy te ves preciosa- murmuro sobre sus labios.

- Tu siempre estás guapo ,Jack- responde rozando su nariz con la mía.

Acaricio sus labios lentamente, al paso de los segundos termino por besarla profundamente, sin perder ni un solo momento a su lado. Subo y bajo mis manos alrededor de su cintura, puedo sentir como sonríe y se estremece bajo mi tacto, ella decide besar cálidamente mi cuello.
- Eres perfecto- susurra.

- No, tu lo eres Lynn.

El tiempo corre y creo que tengo menos posibilidades de decirle la verdad a Lynn, soy un cobarde, no puedo lastimarla de ese modo.

*
Admiro a mi pelirroja que tiembla nerviosamente, recorre mis facciones con sus delicados dedos, a la vez que planta besos por todo mi rostro. Se encuentra sentada a horcajadas sobre mi torso. Recorro su espalda, algo tímido bajo el cierre de su vestido y ella se sonroja. Sin embargo no me detiene. Y antes de que haga algo más pronuncia dos palabras que son el paraíso para mí.

- Te amo- su dulce voz dice.
- Yo más Lynn- beso su espalda.

*
Guardo la última maleta en la cajuela y subo a ver a Lynn. Sigue dormida entre las sábanas que cubren su descubierta anatomía. Una sonrisa está plasmada sobre sus labios y luce hermosa con el cabello alborotado. Antes de marcharme escribo una carta para ella. Cuando termino la dejo a un lado de ella, beso su frente y su labios. En este momento las lágrimas bajan por mis mejillas, sin más susurro un adiós y salgo sintiéndome destrozado. No sé cuando la volveré a ver.

En en aeropuerto se encuentran todos, ellos al parecer me esperan.

- Aún te puedes quedar- intenta convencerme Cameron.

- Puedes vivir conmigo- sugiere Gilinsky.

- Me temo que eso es imposible chicos.

- En ese caso tienes que venir a vernos.

-Lo haré, no puedo vivir sin ustedes- dramatizo.

*
Veo por la ventanilla a los chicos que agitan sus manos en señal de despedida. Gilinsky es al idiota que más extrañaré, puesto que lo conozco desde que éramos unos bebés. Todo esto es una mierda, no quiero irme, pero tampoco puedo hacer algo para quedarme. Quiero llorar por el jodido lío en el que estoy, una parte de mí desea que Lynn llegue corriendo y me ruegue que no la dejé. Los minutos pasan y ninguna cabellera pelirroja se asoma, el avión esta por despegar, solo queda resignarme.

Beauty queen falls in love » Jack  Johnson |BOOK #1|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora