Me pasé todo el resto de la noche en vela llorando y pensando donde se había metido. En la carta no menciona nada sólo la mentira que les ha contado a mamá y a papá. Desbloqueo el móvil por si tengo algún mensaje de él pero nada, no hay señales de vida. Voy a mi lista de contactos y busco el nombre de Hanna.
-¿Si?- responde una voz somnolienta al otro lado.
-Hanna- digo de nuevo llorando.
-¡Oh dios mío! ¿Qué te pasa?
-El...Eldon, se ha ido de casa- logro decir.
-En cinco minutos estaré allí. Pero tus padres estarán dormidos, porque tan solo son las cinco de la mañana.
-Lose, no hace falta que vengas. No voy a ir al colegio pienso buscarle por todos los rincones de esta ciudad.
-Está bien, te ayudaré.
-Llamaré a Thomas para que me ayude también.
-De acuerdo. Buenas noches Sofi.
Cuelgo y vuelvo a la lista de contactos. Busco el nombre de mi mejor amigo y marco su número.
-¿Quién me ha despertado a estas horas?- dice con bostezo.
-Thomas soy yo.
-¿Qué te ocurre?
-Necesito que me ayudes a buscar a Eldon por toda la ciudad, se ha ido de casa. He quedado con Hanna cuando amanezca.
-No te preocupes, allí estaré. ¿Llamarás a Mike?
-Prefiero no hacerlo.
-Bueno, nos vemos en tu casa.
-Sí- digo y cuelgo.
Me tumbo con la mirada hacia arriba. Comienzo a recordar cada momento que he tenido con mi hermano y lo proyecto en el techo. Las lágrimas comienzan a salir de nuevo. ¿Por qué me pasa esto a mí? Me levanto y voy a su habitación. Está todo tan limpio y cada cosa puesta en su sitio. Abro su armario y está vacío. Hago lo mismo con los cajones de su mesa de escritorio y descubro una especie de diario. Lo leo hasta que llego a una página.
Me gustaría llevarla alguna vez a la casa de la playa y poder pasar un fin de semana juntos. Cenaríamos a la luz de la luna y le diría lo mucho que la quiero.
Leo y releo muchas veces esas líneas hasta que una bombilla se ilumina en mi cabeza. Allí debe de estar en la casa de la playa pero, ¿dónde está? Vuelvo a mi habitación, meto el diario debajo de la almohada y consigo dormirme.
-Sofi, despierta- susurran en mi oído. Abro los ojos encontrándome la cara de mi madre pegada a la mía- Cariño, preguntan por ti.
-Voy mamá.
Me estiro y me coloco las zapatillas. Bajo las escaleras en modo zombi hasta que por fin llego a la puerta de entrada. La abro y cierro los ojos inmediatamente debido a la deslumbrante luz del sol. Vuelvo a abrirlos y puedo ver de quien se trata, son mis amigos.
-Gracias por venir chicos. Me doy una ducha, me arreglo, como algo y nos vamos, pero no sin antes preguntarles a mis padres sobre la casa de la playa.
-¿Casa de la playa?- preguntan a la vez lo que hace causarle la risa.
-Buscando respuestas de donde puede estar, encontré un diario y ponía textualmente: "Me gustaría llevarla alguna vez a la casa de la playa y poder pasar un fin de semana juntos. Cenaríamos a la luz de la luna y le diría lo mucho que la quiero".
-Que romántico- dice Hanna.
-Os dejo, que tengo que hacer todo lo que he dicho.
Subo a mi habitación, me doy una ducha me arreglo, me pongo un poco de maquillaje para ocultar mi mala cara y bajo a desayunar.
-Oye papá- digo mientras él lee el periódico.
-Dime.
-Eldon me mencionó que tenemos una casa en la playa. ¿Dónde está exactamente?
-Está en la primera playa que te encuentras nada más salir de la ciudad, ¿por qué? ¿Quieres ir?
-Me haría mucha ilusión. ¿Puedo ir hoy con mis amigos para verla y pasar el día?
-Pero hoy no puedes, tienes instituto.
-Que va, hoy no, están de excursión- miento.
-Pues si es así, claro que puedes ir. Toma las llaves y tened mucho cuidado por la carretera.
-Sí papá. Muchas gracias- beso su mejilla y salimos de casa.
Por el camino sigo leyendo el diario de mi hermano. Es gracioso porque lo normal es que lo escriban chicas y no chicos, se ve que Eldon es especial. Thomas conduce mientras Hanna va en el asiento del copiloto escuchando música de su móvil.
El olor a mar comienza a inundar mis fosas nasales por lo que giro mi cabeza en dirección a la ventana de mi derecha. No hay nadie, está completamente vacía. Que tonta, ¿cómo no va a estar vacía si estamos en octubre? Mi amigo sigue conduciendo hasta que lo distraigo.
-¡Es ahí!- señalo una enorme pero bonita casa.
-¿Cómo sabes que es esa?- pregunta Thomas.
-¿Puede ser más obvio? Es grande, lujosa y además es la única que hay.
-Me vale esa respuesta. ¿Vamos?
-Sí- afirmo.
Mi amigo aparca delante de la casa. No hay rastro de ningún coche y eso hace que me empiece a preocupar. Subo las escaleras que conducen a la puerta e introduzco la llave en la cerradura. Nos quedamos paralizados ante aquella preciosidad de casa.
-No me extraña que sea así después de saber cómo es la otra- dice Hanna riendo. Hago caso omiso y empiezo a buscar.
-¡Eldon! ¡Eldon!- grito con todas mis fuerzas.
-¡Sofi ven!- me llama mi amigo.
-¿Qué pasa?- digo entrando en la cocina.
-Esto debe de ser para ti- dice y me entrega una carta.
Sabía que vendrías. Dejé a cosa hecha mi diario en los cajones de mi mesa porque sabía que lo encontrarías, eres muy cotilla y curiosa. Como te dije, te dejaría sola y dejaría que vivieras sin preocupaciones. Tan solo te diré que no estoy en la ciudad, me he ido y el lugar no está escrito en el diario. He cambiado de número para que ninguno de vosotros intente localizarme. Sofi, te quiero mucho no te equivoques con las decisiones que tomes. Nunca me olvidaré de ti, hasta nunca pequeña.
Vuelvo a llorar. Mis amigos se acercan y me abrazan. Pego la carta a mi pecho y la mantengo ahí.
-Chicos- digo separándome de ellos- Se ha ido de la ciudad.
Voten y comenten.
❤
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Filofobia- Miedo a enamorarse
Ficção AdolescenteSofi nunca ha sido capaz de enamorarse debido a un extraña fobia. Tras ser adoptada por la familia Edison, la protagonista conoce a uno de los mejores amigos del que a partir de ahora será su hermano. Lo que ella no sabe de todo esto es que le ocurr...