02.- Un mentiroso.

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AriamCl

—¡Ahí está el blanquito! —susurró Kirishima, señalando con la cabeza al conjunto de cachorros que jugaban con la pelota

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—¡Ahí está el blanquito! —susurró Kirishima, señalando con la cabeza al conjunto de cachorros que jugaban con la pelota.

Ambos Alfas estaban detrás de la canasta de pelotas, mirando con sigilo al grupo de niños y recibiendo varias miradas atentas por las docentes de primaria que patrullaban por ahí.

—Es un maldito doble cara.

De alguna manera, Eijiro convenció a su amigo de echar un vistazo, quizás por la amenaza del pelirrojo de ser cinta negra o solo por curiosidad comprobar que era aquel cachorro de ése Omega territorial. El resultado no cambiaba, Bakugou estaba ahí observando al demonio blanco jugar como un niño normal.

—¿Cómo no te diste cuenta que es tu estudiante?

—Bro, cambió de turno cada semana, de la mañana a tarde y... —Kirishima puso los ojos en blanco— ¿Quieres que me aprenda todos sus nombres y caras que veo? No jodas, ni tú conoces quiénes pasan por tu salón.

—Tsk, puedo reconocer los apellidos.

—Haber genio, ¿Quién fue la última persona en pedirte permiso para ir al baño? —desafió, sonriendo y mostrando todos los dientes ante las cejas fruncidas del otro Alfa—. Vamos, dilo.

Bakugou gruñó, hastiado.

—Empezaba con "L" ¿Okey? —renegó, y decidió cambiar el tema— ¿Qué tiene que ver ese demonio con tus absurdas disculpas?

—Tú te vas a dar.

—No, tengo la conciencia limpia —siguió manteniéndose terco.

—¡Un hombre varonil hace lo correcto, sí!

—Hacer lo correcto está sobrevalorado.

—¡Ey, vamos! —protestó Kirishima— ¡Bro, no seas rencoroso! Es un niño.

Bakugou observó de reojo como el niño saltaba y anotaba un gol con una sonrisa risueña, el leve movimiento de los cabellos albinos pegados en su frente y las risas le daban una apariencia inofensiva. Después de todo era un pequeño cachorro, sus mejillas estaban rosadas por el ejercicio y la respiración agitada.

El Alfa cenizo dudaba que fuera el mismo cachorro que le sacó de sus casillas y quiso enterrar tres metros bajo tierra.

—Se llama Todoroki Dabi, tercer año de primaria y tiene ocho años —volvió a hablar Kirishima, leyendo la lista de alumnos en su manos—. Dirección no me dió más datos y solo hay un número anotado en caso de emergencias, debe ser de Todoroki.

—Divulgar información de un menor es penado, estúpido.

—¿Quieres que te ayude o no?

—Como sea... ¿no tiene familiares? —preguntó observando como el cachorro recibía un abrazo por otro niño y pataleaba incómodo.

Si quieres la vaca, atrapa al ternero |BKTD Donde viven las historias. Descúbrelo ahora