Capitulo 17

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Eran alrededor de las 4:30 de la madrugada y no podía conciliar el sueño, así que saqué la maleta que me había dado aurora y fui sacando las prendas de los cajones, doblando cada prenda  para meterlas a la maleta, solo deje en el borde de la cama ...

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Eran alrededor de las 4:30 de la madrugada y no podía conciliar el sueño, así que saqué la maleta que me había dado aurora y fui sacando las prendas de los cajones, doblando cada prenda  para meterlas a la maleta, solo deje en el borde de la cama la ropa que me pondré para irme con mi tío y su gente.

Mientras hacía esto no podía evitar sentir tristeza ya que no vería más a las personas que me dejaron ser yo misma y llamar a esta finca un hogar. Me quite el vestido blanco que traía puesto y me cambie a un suéter que me quedaba mas grande, asi estoy mas comoda.

Terminé de acomodar mis cosas en la maleta, cerré la maleta y la puse cerca de la puerta de mi habitación. Se que esto es lo mejor tanto para mi como para el cartel porque no estoy dispuesta a poner a más personas en peligro por mi culpa.

Miré mi reflejo en el espejo y mi cuerpo ya no se miraba tanto en los huesos, pero aún así el trastorno era evidente aún. Pero Aurora me aconsejó que me pusiera ropa bonita para poder motivarme a salir del pozo en el que está hundida mi mente y mi cuerpo.

Nunca logré ver mi cuerpo en un peso adecuado para mi estatura ya que al más mínimo gramo que subía, mi madrastra me castigaba y eso hacía que cada vez que miraba mi cuerpo, me sentía como una muñeca encerrada, a la cual maltrataban y cubrían el rastro con maquillaje para que nadie lo notara.

Pestañé un par de veces para sacarme del trance en el que estaba y una lágrima pasó por mi mejilla, pero todo lo que sufrí solo me volverá más fuerte ya que todo tiene un propósito. Todos los que me hicieron daño en su momento, se arrepentirán de haberlo hecho.

Limpio la lágrima con la palma de mi mano y me dirijo a mi cama, debajo de la almohada saque un cuaderno y dentro de ella había una pluma. Permanecí descalza y salgo de la habitación caminando de puntillas para no hacer ningún ruido, a estas horas ya todos estarían durmiendo.

Al llegar al jardín me senté para que las flores me rodearan, doblé mis rodillas poniendo el cuaderno encima de ellas. Abrí el cuaderno y pase las hojas hasta encontrar una en blanco. Mire al cielo lleno de estrellas y la luna estaba en todo su esplendor, baje la mirada hacia mi cuaderno, comenzando a dejar fluir mi imaginación en la hora.

Comencé a dibujar el lienzo, dejando volar mi imaginación. Dejé que la cálida brisa me abrazara mientras dibujaba, al dibujar o tocar el violín sentía como el tiempo transcurría lentamente. Vi por la hoja donde estaba dibujando pasar libélulas alumbrando el jardín, sentía como el estar en este lugar me daba paz y tranquilidad para desviar mis pensamientos hacia otro lado.

Continué con mi ilustración y alce la mirada un momento mirando como una mariposa se postraba arriba de una orquídea, al ver eso lo quise agregar al dibujo y miré cómo estaba teniendo una forma. Era una jaula abierta y dentro de ella estaba aquella mariposa que había visto postrada sobre una flor, justo unos pocos centímetros a la izquierda estaba un colibrí volando.

Almas en Guerra #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora