El el momento menos esperado, cuando el degenerado encargado de aquella lujosa joyería se encontraba fumándose un cigarrillo a las puertas del lugar y mirando a todas las jovenes que pasaban por allí, las blancas paredes de mármol del establecimiento se tiñeron por completo de un rojo radioactivo debido a las alarmas antirrobo que pusieron días antes. Todos los que trabajaban en la joyería pidieron a la clientela adinerada que se calmara debido a que todos estaban gritando hasta quedarse sin aliento porque el sonido que acompañaba a las alarmas sonaba más fuerte que la mujer de megafonía llamando a las personas para que acudieran a la caja. Cuando aquella orfebrería se vació y quedó en completo silencio, el encargado junto a sus seguratas comenzaron a rebuscar por todos lados para hallar cual había sido el obsequio robado que les había hecho perder millones. Hasta que, aún sin asimilarlo, dieron con la cúpula que cubría el objeto más preciado y valioso de Londres, el collar de Nizam de Hyderabad. Pero esta preciada joya no estaba. Y el ladrón tampoco. Lo único que encontraron fueron a los dos guardias atados de cabo a rabo que se dedicaban a vigilar dicha joya. Por lo que decidieron vaciarle los bolsillos a todos los clientes que pasaban por esa zona pero no encontraron más que cosas que llevaría la gente con dinero. Fajos de billetes.
El señor Coppélius volvió a su piso en el que vivía junto a su pareja, la señora Coppélia, con la que llevaba más que dos años juntos. Era un apartamento corriente pero ordenado y acogedor, nada sospechoso aparentemente. Todo lo contrario al como estaba vestido aquel dúo. Poseían una elegancia simple y a su vez moderna para dicha época.
El señor Coppélius solía vestir con una camisa blanca como si de la nieve bañando la prenda se tratara y con un chaleco cubierto por una chaqueta de traje. Y la mayoría de sus días los pasaba acompañado de su bastón de empuñadura de bronce y su sombrero de copa. Era demasiado extraño verlo sin sus complementos.
Mientras que la señora Coppélia vestía con unos ropajes sin igual. En todas sus prendas, por muy cargadas o pesadas que fueran, siempre iban junto a un broche con forma de media luna reflejando el amor, la maternidad, la literatura y la naturaleza que tanto apreciaba la mujer. Lo más común era verla con uno de sus innumerables vestidos al bies y sus radiantes joyas decorando su espléndida y lisa piel. El broche perteneció a todas sus antepasadas e iba pasando de mano en mano hasta llegar a las suyas. Era una herencia pequeña pero con recuerdos preciosos.
El señor Coppelius sacó del bolsillo de su chaqueta negra un regalo por su aniversario para la señora Coppélia. Se trataba de un collar de valor incalculable con diamantes incrustados con sumo cuidado por personas especializadas en eso. Perteneció a la realeza francesa por los años 1842 y fue transportado a Inglaterra años después, donde habitaba la pareja de adinerados.
Eran ladrones, esta pareja tan inusual se dedicaba constantemente a robar preciosos objetos de lujo viajando de un país a otro sin dejar sospechas de que ellos habían sido los culpables de dichos cometidos. Se hacían llamar El Dúo de Guante Blanco.
Esa misma tarde, se encargaron de pedir un avión a Italia y hacer como si nada hubiera sucedido en aquella ciudad, Londres. Lugar que no volverían a pisar al igual que todas las demás ciudades en las que cometieron esa clase de fechorías.
En el avión de camino a Roma, el Sr. Coppélius le contó a su amada que ya estaba harto de robar cosas tan pésimas de distintas ciudades, quería dar un golpe y robar no solo algo que supondría un impacto en una simple ciudad, sino que también se alarme el país entero, y entren en pánico sin saber que estaba sucediendo ni quien había sido el culpable de arrebatarles algo tan preciado con lo que convertirse en una pareja reconocida, una pareja que de un gran impacto en la sociedad, o ser conocidos como: la pareja de ladrones más buscada del mundo.
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El Dúo de Guante Blanco
AdventureEsta historia habla de cómo una elegante y sofisticada pareja acabó convirtiéndose en los dos ladrones más buscados de la faz de la Tierra. ¿Lograrán huir de las zarpas de la mejor agencia de espionaje, A.C.I, y de todos sus secuaces? Incluso podría...