¿Lo prometes?

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Si Jimin pudiera mencionar dos cosas que marcaron su infancia serían, el día que conoció a su mejor amigo Jungkook, y el día que nunca lo volvió a ver.

Jimin y Jungkook eran los mejores amigos, siempre después de la escuela solían quedarse en casa de alguno, veían caricaturas juntos, comían dulces y galletas por montones, claro, escondiéndose de sus padres que solían regañarlos por comer tantos de esos, cuando se escondían en el armario compartían risas bajitas para que nadie los descubriera. Tuvieron muchas primeras veces juntos, como cuando ambos fueron a su primera cita en el dentista juntos y Jungkook al ver llorar a su mejor amigo, también lloro, la primera vez que se les congelaron los cerebros por comer helado tan rápido o la primera vez que se pelearon y no se hablaron por 6 duros minutos.

No había una amistad más linda en la tierra que la de ellos, sus padres no podían evitar adorar lo lindos que se veían juntos, no había nada que pudiera separarlos, nunca existió una sola razón que les evitara estar juntos, hasta aquel otoño que Jungkook se fue del hogar de Jimin y nunca volvieron a saber del otro.

-¡Jungkook cariño! tu madre llamo para avisar que esta de camino a buscarte- Aviso mientras se asomaba de la cocina, una mujer de cabellos oscuros y una linda sonrisa, una de las madres de Jimin o como él y el pelinegro solían decirle, mami Minnie, de sus dos madres era a quien Jimin se parecía más, era definitivamente una copia de ella en todos los sentidos, demasiado adorables.

- ¡Nooo! – Ambos mencionaron alargando la palabra con dramatismo.

- ¡Pero Kook! – Grito eufórico Jimin, mientras se enderezaba en el sillón, el pelinegro lo miro con toda la intención de escucharlo.

-Nos veremos mañana, en mi obra de teatro, lo prometiste - menciono el castaño de 8 años acompañado de los ojitos más tiernos del mundo.

- ¡Mi papá dice que las promesas de los Jeon nunca se rompen! – Mencionó el pelinegro mientras se levantaba del sillón donde veían caricaturas e imito a un soldado, como sinónimo de su promesa.

Jimin rio al ver la acción de su mejor amigo y se bajó del sillón de un salto para abrazarlo, siempre agradecía que el pelinegro estuviera en los momentos que él consideraba importante.

Al pequeño castaño le costaba un poco entender que era eso que sentía cuando estaba con su mejor amigo, él podía sentir que quería mucho a Jungkook, pero a veces creía que esa palabra no era suficiente, quería que hubiera una que pudiera expresar todo lo que pensaba, en la escuela incluso había escuchado hablar a sus compañeros de salón sobre quienes les gustaban.

En una ocasión el pequeño castaño le peguntó a Ji eun, una de sus amigas del salón, porque le gustaba Dohyun, otro pequeño de su clase, ella dijo que una vez ella se había caído durante actividad física y él le regalo un curita que tenía en su mochila y la ayudo a ponérselo, así que comenzó a pensar que era lindo y amable, entonces, ahora le gustaba. Al castaño le hizo algo de sentido eso.

Gustar, a él le gustaban muchas cosas que lo hacían sentir bien, las galletas, las caricaturas, las historias de su madre y, ¡Jungkook! Le gustaba el pelinegro, el creía que su amigo era muy lindo y amable, siempre lo ayudaba con sus algo torpes pies, pues siempre que se caía, su mejor amigo estaba ahí para levantarlo, le gustaba sus dientes cuando sonreía, creía que eran tiernos, le gustaba que Jungkook le contara sus sueños con locos monstruos o gatitos que hablaban, también, le gustaba como Jungkook lo ayudaba a practicar sus pequeñas obras y pretendía ser el villano siempre, igual creía que su mejor amigo era genial cuando dibujaba, hacia los mejores dibujos según él, definitivamente no había nadie que le gustara más que él, entonces, no le dio miedo decírselo.

-¡Kook me gustas, me gustas mucho! – Habló feliz Jimin mientras continuaba su abrazo con el pelinegro, cuando ambos dejaron de abrazarse, Jimin miro a Jungkook con una gran sonrisa, pero se asustó cuando vio el rostro de su mejor amigo, su entrecejo se arrugo demostrando algo de confusión y ¿miedo?, ¿Había dicho algo malo? No quería que el pelinegro se molestara con él, aunque tampoco entendería porque se molestaría, solo dijo que le gustaba, le gustaba pasar tiempo con él, le gustaba su amistad, le gustaba su personalidad y lo bonito que era ¿Era malo eso?

- Minnie No...- Jungkook estaba por responderle a su mejor amigo, pero fue interrumpido por la madre de Jimin que gritaba desde la puerta de la casa.

- ¡Jungkook! Tu madre llego cariño –

Jungkook quería correr para llegar pronto a casa a contarle a su hermana mayor lo que Jimin le había dicho, por lo que corriendo y aun confundido sacudió su mano despidiéndose de su mejor amigo y desapareció de la vista del castaño, Jimin se sintió extraño sin su abrazo típico de despedida, pero no importaba, porque vería al pelinegro mañana y se abrazarían porque nada malo había pasado ¿No?, Jungkook se subió al auto con su madre y se despidió de la madre del contrario también sacudiendo la mano.

Jungkook estaba algo nervioso, se movió inquieto y su madre no dudo en preguntar.

-¿Todo está bien hijo? –

- Mam...-

Y ocurrió, un gran autobús que venía a alta velocidad golpeo fuertemente contra el auto donde venían ambos, Jungkook perdió la conciencia casi de inmediato y después de eso no recordaba absolutamente nada.

Jimin recuerda que Jungkook nunca llego a su obra, ni a su casa después de ésta, ni a la escuela después de ese último día en el que se vieron, su madre lo había llevado a casa de su mejor amigo entre llanto y mocos, solo para ver si estaba bien porque la madre de Jungkook no respondía mensajes ni llamadas, pero nunca lo encontró y entonces, creyó que nunca debió gustarle su amigo, porque era malo, muy malo por haberlo dejado solo.  





¡Espero que disfruten de este cortito Fic! Les agradecería que comentaran si notan alguna falta de ortografía. ¡Gracias! <3 

&quot;𝑇𝒉𝑒 𝑅𝑎𝑖𝑛 𝑆𝑡𝑜𝑝𝑠&quot; //𝐾𝑜𝑜𝑘𝑚𝑖𝑚//𝑀𝑖𝑛𝑖 𝐹𝑖𝑐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora