El llamado de voz de su amigo se escuchó detrás de la puerta de su cuarto y sin dudar se levantó a abrirle para que pasara. Conocía ese tono de voz molesto y grave a la perfección.
Apenas la puerta se abrió, Soobin entró acompañando su rostro de una muy mala expresión. Tiró su bolso escolar sobre la cama de una manera agresiva antes de sentarse en el borde de esta misma.
Yeonjun vió la escena y no dijo nada, solo acudió a cerrar la puerta detrás de él con tranquilidad y algo de interés.
No era cosa nueva ver a Soobin llegar a su casa molesto, siempre o casi siempre que su Hyung tenía un mal día iba de visita.
Sus familias mantenían una relación cercana desde que ellos eran pequeños, así que eran amigos de toda la vida, se conocían mutuamente a la perfección y siempre estaban para el otro.
casi como hermanos.
Cuando Soobin se enojaba, la única presencia que necesitaba a su al rededor era la de Kim Yeonjun, cualquier otra le parecía molesta.
━Hyung... ¿Quieres un abracito? ━Preguntó Yeonjun mientras se ponía frente al de lunares, con una pequeña y tierna sonrisa. Sus mejillas se abultaron y Soobin asintió sin pensar demasiado en ello.
La luz del sol entraba por la ventana y a través de las cortinas blancas con fuerza, dejando así la habitación completamente iluminada y en calor, un calor no necesariamente sofocante, sino uno más agradable
━¿Fue un mal día, hyung?
Soobin asintió. Sus brazos comenzaron a rodear el cuerpo frente a él con cuidado, su cabeza se acomodaba en el vientre del más bajo en forma de descanso.
Amaba el olor de Yeonjun.
Se sentía en paz cuando él estaba cerca, fuese cual fuese su estado de ánimo, siempre lograba calmarle de manera casi mágica.
━Sí... Un mal día━Murmuró mientras cerraba sus ojos.
Yeonjun no esperó que Soobin le contase, ni quiso preguntar mucho más. Si Soobin quería comentarle lo sucedido lo haría... y si no, entonces no. Prefería no hacer preguntas al respecto ya que era bien sabido por todos que por más cercano que fueses a Soobin, siempre guardaba su distancia ante contar sus problemas y preocupaciones.
Era algo distante cuando de hablar de ello se trataba y Yeonjun lo respetaba completamente.
Las manos tranquilas de Kim subieron al cabello rubio del mayor, masajeando con paz y cariño su cabeza. Soobin pareció casi ronronear ante la demostración de cariño.
━Te quiero, Yeonjun
━Mmh~... ━Soltó pequeñas risillas━También te quiero mucho, Binnie Hyung.
━¿Me dejas tocar tus muslos?
El rostro ya envuelto en paz y tranquilidad de Choi le miró con unos ojitos de súplica, parecidos a los de un cachorro. Un pequeño y casi inexistente puchero adornaba su rostro, causando rápidamente las risas de Yeonjun.
━ sip.
Entonces una pequeña sonrisa se formó en el de lunares, soltando el cuerpo del más bajo apenas obtener la respuesta.
Se sentaron sobre la cama en silencio, Soobin soltaba un pequeño suspiro mientras sacaba su celular de su bolsillo del pantalón.
Comenzó a ver sus redes sociales mientras su mano viajaba por los muslos rellenitos y tiernos de Yeonjun, quién también buscó su celular por la cama hasta encontrarlo.
Soobin observó su mano con algunos anillos decorando sus dedos sobre aquellos muslos y mordió su labio con poca fuerza, guiando lentamente su mirada de vuelta a la pantalla de su celular.
Aquel gusto por tocar los muslos de Yeonjun había comenzado en bromas, bromas tontas sobre lo tiernos que le parecían y tocándolos para molestar al más bajo.
Sin embargo, con el tiempo, el sentimiento fue cambiando. Ya no era solo por capricho o porque le parecían tiernos, los muslos de Yeonjun le calentaban, tocarlos le hacía profundizar en sus deseos sexuales siempre reprimidos y si era sincero, no sabía si estaba bien, no sabía si aquellos deseos estaban bien.
La mayor parte del tiempo se convencía de que aquello no importaba. Mientras él no supiera la verdad, estaba bien.
Yeonjun solo no debía saberlo... no por el momento.
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