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Félix estaba frente a su espejo arreglando su saco mientras recordaba los sucesos de la tarde de ese mismo día.

Flashback

—Entonces,—empezó su madre—¿planeas dejar a tu querida madre sola en París mientras va a una gala sin acompañante?—dijo con sus mejores dotes actorales y un rostro triste—Han pasado años desde la última vez que vamos a París y aún así, no quieres ir conmigo, no te he criado así, Félix Fathom Graham de Vanily—puso su mano derecha en su pecho mientras volteaba su rostro con una mueca de tristeza y daba un sollozo.

El rubio de ojos verdes oscuros suspiró ante la escena que estaba haciendo su madre,—está bien, madre, te acompañaré—dijo esbozando una sonrisa rígida, casi como gruñendo.

—Ese es mi caballerito,—dijo ella pellizcando sus mejillas—ya he preparado tu traje, sólo debes cambiarte y nos estaremos yendo antes del anochecer.

Fin del flashback

Es cierto que habían pasado algunos años desde su última visita a su primo en París, las cosas habían cambiado, con las justas y se enviaban un e-mail al mes, era muy raro que se llamarán, después de todo los dos estaban ocupados cada uno con su vida, la universidad les quitaba tiempo y si de por sí el modelo siempre andaba falta de tiempo ahora era peor, pero a diferencia de Félix, Adrien tenía amigos, así que el británico no se preocupaba por si este se sintiera solo.

Pero aún pensaba en uno de ellos, una chica de ojos azules como la sodalita y cabello oscuro como la noche, la recordaba aunque no había hablado con ella, pero había visto aquel vídeo donde ella confesaba su amor por su primo y en su última visita la había visto muy cerca de él, él suponía que después de eso habrían llegado a algo ambos, pero aún así la imagen de ella no se iba y le molestaba el hecho de no saber la razón, ¿amor? Claro que no, no puedes amar a alguien a quien no conoces, se repetía siempre que pensaba en eso, pero dado que la gala la organizaba su "querido tío", esperaba al menos poder encontrarla y hablar con ella.

Él volvió a suspirar y se miró al espejo nuevamente, ya no se parecía tanto a Adrien, pero aún le molestaba que en su universidad lo confundieran con él y quisieran tomarse fotos con él, pero bueno, así era ser el "hermano gemelo perdido" del Ángel de París.

[...]

Ya habían llegado a París y estaban dirigiéndose a la mansión Agreste mientras su madre refunfuñaba.

—No puedo creer que no nos deje quedarnos en la mansión,—dijo su madre luego de unos momentos—somos familia y aún así él actúa tan, tan... ¡Mezquino!

—Ya deberías estar acostumbrada, madre,—dijo el rubio—no le caemos bien y no nos quiere cerca, lo cuál me hace preguntarme ¿por qué nos invitó a su gala? ¿Es mera formalidad o planea algo más?—aunque hablaba con su madre, lo último era más para sí mismo.

—Lo que sea que planee, no pienso seguirle el juego,—dijo ella, deteniéndose cuando el vehículo se detuvo frente a la mansión—al menos podremos ver a Adrien, no he hablado con él en mucho tiempo.

—Sí, supongo que ésta gala será buena para algo,—dijo él bajando del vehículo y extendiendo su mano para que su madre bajará.

[...]

La recepción fue la que esperabas de un buen anfitrión, la música era lo suficientemente alta como para hablar y disfrutarla, habían diferentes tipos de personas, desde inversionistas hasta actores y artistas de alta y moderada fama, su madre se acercó a otras personas apenas llegó, conversando de negocios y haciéndole una seña con la mano a Félix para vaya por ahí a hablar con alguien, el rubio sólo suspiro, pero inconscientemente empezó a buscar a la chica de cabello oscuro, tenía una idea de cómo iría vestida, después de todo parecía el tipo de chica muy diabéticamente dulce.

¿Quiere usted bailar? [Felinette]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora