YO TE QUIERO-(PABLO GAVI)

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*Elaya*

Me coloqué el vestido mientras Pablo se vestía, y cuando me di la vuelta y lo ví, la respiración se me cortó, tanto que tuve que decírselo.

-Como puedes ser tan guapo?!-dije y el rió.

-Habló el mundo y dijo lo que pudo-me dijo acercándose a mi haciéndome sonreir-tu si que eres guapa-me dijo besando mi cuello y yo sonreí girándome hacia el.

Junté nuestros labios en un beso pero Pablo se separó.

-Ya te has echado eso pegajoso-dijo y yo reí-Ahora llevaré los morros brillantes-dijo limpiandose y yo reí.

-Te queda genial el gloss, mi vida-dije riendo y ganandome una mueca por su parte-nos vamos?-Le pregunté y el se acercó nuevamente a mi.

-y si....nos quedamos....y te hago el amor hasta por la mañana?-me preguntó y a mi se me erizó la piel.

-y si...vamos un rato, cumplo con mi amigo y después me haces el amor hasta por la mañana?-le pregunté y el abrió los ojos mirándome.

Luego cogió las llaves del coche y agarró mi mano.

-Vámonos que contra antes lleguemos, antes nos vamos-dijo y yo reí cogiendo mi bolso de encima de la cama.

Al llegar a la fiesta Hugo nos saludó en la entrada y nos presentó a un grupo de chicos y chicas.

Mientras hablaba con Laura y Jen, amigas de él, pablo empezó a hablar con el novio de Jen, Aitor, que se veía bastante majo.

Mi amigo nos trajo bebidas y yo acepté sin problema, pero Pablo se negó.

-Gracias tío, pero tengo que conducir despues- le dijo y Hugo le sonrió.

-Tranquilo, ya contaba con eso, es solo fanta-le aseguró.

-Pues gracias-le dijo pablo para darle un sorbo a su bebida, estaba siendo simpático con el, y eso para mí era muy importante, lo estaba haciendo por mi.

Mientras hablaba con las chicas mi vista estaba puesta en el, tan guapo e integrándose con más gente de la fiesta, incluso con Hugo, que en una de esas le pasó el brazo por los hombros, y para mí sorpresa Pablo le sonrió en plan súper colegas.

Estuve hablando con más gente de la uni, con Jen me había llevado genial pero veía algo de Laura que no me cuadraba, no me daba buena espina.

Miré la hora de mi reloj mientras hablaba con los chicos de clase, eran casi las 3 de la mañana asique ya era hora de hacer bomba de humo y volver a casa.

Miré en la dirección donde había estado mi chico, pero no le vi, asique empecé a dar vueltas por la casa y acabé en la cocina, donde está Hugo riéndose con otros chicos, me acerqué y el me rodeó haciéndome sentir algo incómoda.

-No te he visto en toda la noche casi-me dijo y yo sonreí forzada, había veces que se tomaba demasiadas confianzas.

-Has visto a gavi?-le pregunté y el se encogió de hombros.

-Que importa gavi ahora? Pasatelo bien-dijo y yo lo miré.

-Me lo estoy pasando bien, pero es tarde y no veo a pablo por ningún lado-le dije y el se encogió de hombros.

-Te ayudo a buscarle?-me preguntó y yo asentí-Vamos anda-me dijo.

Miramos por todo el jardín, por toda la planta baja y al final optamos por subir arriba, quizá se había encontrado mal y había subido a algún baño.

Tenía el pecho con una sensación extraña, algo no iba bien, si se hubiese sentido mal me hubiera avisado.

Fuimos mirando habitación por habitación, y no había ni rastro de gavi por ningún lado.

Al abrir la última puerta, el mundo se me cayó al suelo.

Laura estaba encima de mi novio sin camiseta, mientras le besaba, ella miró en mi dirección pero yo cerré la puerta antes de que él pudiese verme.

Me quedé en shock, con las lágrimas a punto de salir de mis ojos y sin poder creerme lo que mis ojos acababan de ver.

Hugo cogió mi cara para que lo mirase, pero yo ni siquiera podía pronunciar palabra.

-Ela, estas bien?-me preguntó y yo negué, ni siquiera me salían las palabras.

-Llévame a casa-susurré y el asintió mientras entraba a otra habitación a por las llaves de su coche.

Cuando salimos de esa casa y nos montamos en su coche, lloré, lloré todo el trayecto, mi Pablo, no me hubiese imaginado algo así cuando solo ayer me estaba diciendo las cosas tan bonitas que me decía, esto no me podía estar pasando de verdad a mi.

Al dejarme en casa Hugo insistió en entrar conmigo, pero yo le suplique que no, que me apetecía estar sola.

En cuanto me despedí y entre en casa, mi llanto empeoró hasta el punto de costarme hasta que me llegara el aire a los pulmones.

Veía cada rincón, y todavía no podía entender que había pasado por la cabeza de Pablo para hacerme algo así, no entendía nada, y no quería verlo, más bien no podría sin venirme abajo.

Asique sin pensármelo encendí el portátil, y cogí el primer vuelo que había hasta Tenerife, que salía en solo 6 horas.

Saque mi maleta y metí todo lo que pude en ella, ya le pediría a pedri que recogiera el resto de mis cosas, pero no quería estar un segundo más en esa casa y mucho menos ver a Pablo.

Me ahogaba solo de pensar en todo lo vivido y que todo se había ido por la borda.

Baje mi maleta hasta el salón, y eché un último vistazo a nuestra casa, donde me había dicho en cada rincón que era el amor de su vida y que me amaba, pero eso se le había olvidado por un calentón.

No miré atrás, y me subí en el taxi camino al aeropuerto...

(CONTINUARÁ..)