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Wyatt

Esto no debería sentirse como una película barata de romance adolescente.

Esta emoción que siento en mi pecho no debería ser tan exagerada. No creo que me esté dando un infarto ¿verdad?

Las personas creerán que estoy exagerando. ¿Acaso me volví loco? ¿Estaré sufriendo algún trastorno mental? incluso mami diría que estoy viendo cosas.

Sea cual sea el caso, podría jurar que para mí no es así.

Estaría mintiendo si digo que no acabo de ver a la chica más linda que se cruzó en mi camino, o que su cabello no brillaba al sol y que su sonrisa no me estaba dejando embelesado.

Aunque si estaría mintiendo.

Es que debo parecer un idiota porque ella solo necesitó compartir el mismo espacio geográfico y estar a cinco metros de distancia para volverme loco.

Estoy seguro que el parque es un sitio muy cliché para conocer a alguien, creo que todos concordamos con eso, pero no odiaré al señor de arriba si en algún momento me permite compartir el mismo aire contaminado con ella.

Y aunque suene estúpido decirlo, tal vez esta sea la primera y única vez que la vea. Es casi imposible en una ciudad tan grande, la más grande del estado, con millones de personas rondando cada día por sus calles.

También es casi imposible si contamos con la suerte que tengo.

Y a pesar de estar analizando lo improbable que es volver a verla, sigo pensando en lo radiante que se veía en ese momento. ¿Por qué se tenía que ver tan bonita cuando levantó el balón de aquel niño? y la manera en que le sonrió de vuelta.

¿Seré el único imbécil que aún cree en el amor a primera vista?

Es que, no puedo decir que no lo he experimentado antes, está sensación caliente en el cuerpo cuando vemos a alguien que llama nuestra atención, y sé que la mayoría de las personas lo experimenta más veces de las necesarias.

Pero en mi caso, jamás me había detenido en medio del paso peatonal solo para admirar a alguien. Es que en verdad debo parecer un loco, casi me atropella un auto y yo solo quería volver a aquella chica.

Y capaz ella esté de maravilla sin saber que su existencia había alterado la de un pobre humano que solo pasaba por el lugar, un tipo estúpido que sabe que si dice lo que está pensando, la gente lo mirará raro.

Mejor ahórratelo.

No estoy llevando la cuenta, pero creo que han pasado 3 horas desde que vi a la chica bonita en el parque.

3 horas más 20 minutos en los que Emaline entró por la puerta principal de la pastelería y 15 más desde que dejó todas sus cosas en la trastienda para sentarse enfrente de mí.

No llevo la cuenta, lo juro.

Sus labios se mueven y estoy consciente que me está hablando pero no puedo entender que dice. Debo parecer un terrible amigo.

Sacudo la cabeza para volver a la realidad.

–Entonces ella cayó al suelo, y ambas nos asustamos, pero luego comenzó a reír y dijo que no fue la primer caída que tuvo en el día, así que me reí sin querer y la ayudé a levantarse –asiento aunque no sé de qué está hablando y sonrío solo porque ella lo está haciendo–. No todo fue tan trágico como pensaba, después de todo conocí a alguien cuando pensé que pasaría mi primer día sola.

Ahora lo recuerdo.

Hoy iniciaba su primer año en la universidad, y pese a lo ansiosa que estaba antes de irse, se le ve feliz, está más tranquila que esta mañana cuando me llamó preguntando como debía hacer amigos de nuevo.

La calma en inviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora