Rosa Azul

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Otra vez, nuevamente Ness camino por los pasillos fríos de blue lock, su cuerpo se sentía débil, sus piernas parecían apuntó de ceder, su respiración se agitaba y el mareo constante junto a su piel pálida le deba una apariencia deplorable, su objetivo era llegar a la enfermería lo más rápido posible, para que le sacaran esta cosa que su maldito cuerpo producía. Tal vez si su rendimiento en el partido contra Ubers no hubiera sido tan inútil, le habría pedido ayuda a Káiser, pero sabía que el hombre no estaría de humor para ayudar a aliviar el dolor de un ser tan insignificante como el.

El cuerpo de Ness se erizo, su cuello pico en diversas partes, el chico toco y sintió como las espinas empezaban a brotar de su cuerpo. Un floricultor, eso era lo que había dicho el médico, Alexis tenía conocimiento de esto, la sociedad en particular lo tenía, era como el cáncer o la leucemia, sabes que existe, pero no puedes saber quien lo tiene y mucho menos pensar que tu lo puedes tener, aún que ser floricultor más que una “enfermedad” era una condición, una bastante dolorosa.

Los floricultores eran personas que en determinado tiempo sus cuerpos empezaban a producir internamente flores, pero esas flores no iban a permanecer para siempre adentro, ellas debían buscar una salida, dependiendo del tipo de flor y de las partes del cuerpo por donde eran expulsadas, se podía determinar que tan doloroso y peligroso podría ser.

Para tortura de Ness o felicidad, su cuerpo producía rosas, una de las flores más doloras qué un floricultor podía producir, ya que las espinas de esta hacia qué su salida fuara más dolorosa qué el de una flor como el lirio; incluso un girasol sería menos doloroso qué una rosa, sin embargo hubo algo que calentó en corazón de Ness. El proceso de extracción fue doloroso, las pinzas, las agujas y todo lo que se utilizó, pero el ver la rosa alivio un poco su agonía, la rosa era azul, tan azul como los ojos de la persona a la que más amaba, de hecho, su cuerpo las emanaba del mis lugar donde Káiser las había tatuado “así de grande es mi amor por el”.

Las rosas azules era muy difícil encontrarlas, de hecho se creía que la mayoría eran falsas, Káiser siempre había querido tener una en sus manos, pero nunca lo había logrado, lo cual lo frustraba un poco, el de verdad quería una rosa azul natural.

Desde hace días noto como Ness parecía decaer, en sus entrenamientos sus pases eran buenos, pero no increíbles como de costumbre, sus mejillas habían perdido color y su cuerpo estaba más sensible, cuando le pregunto a Ness qué pasaba durante una practica, el chico solamente le sonrió “no te preocupes Emperador, estoy bien” fue lo que dijo; eso no calmo a Káiser, antes le alerto aun más, si, el  medio campista se porto como de costumbre, pero sus mejillas no se tiñeron de color rojo intenso como cada vez que Káiser le daba atención, aparte que desde más cerca noto que lo pálido y ojerosa que estaba su cara.

Faltar a la práctica cuando vivían la misma casa le dio a Káiser la oportunidad de saber que pasaba, Ness se había ausentado con más frecuencia de lo normal a los entrenamientos regulares, diciendo que estaba enfermo y que se quedaría en casa, pero, Káiser había descubierto qué se marchaba a alguna parte después de su partida. Ese día Káiser le quito las llaves de Ness sin que este lo notará y las de repuesto qué se dejaban en la cocina también se las llevo con el, la intención era dejarle encerrado, Ness estaba mintiendo y era hora de enfrentarlo, la práctica la termino rápido, muy rápido y volvió a casa, al abrir la puerta sintió un hambre, más que habré lo describiría como un antojo extraño.

Al principio se arrepintió de haber dejado a Ness encerrado, pero el era Káiser, el arrepentimiento no le duraba mucho, más cuando el medio campista era quien había iniciado esto al mentirle. Káiser ingreso a su casa de manera normal, pero un extraño gemido de dolor le hizo ponerse alerta, el chico estaba en su habitación llorado del dolor, la sangre en su cuello se notaba, en pequeñas  cantidades pero hay estaba; Káiser se preocupo demasiado, aceleró en paso y sin perder la compostura le ayudo levantarse del suelo para ponerlo en la cama.

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