Capitulo 15.El auto dejo a los mellizos y a Xavier en la entrada del bosquecito. Ly frunció el entrecejo cuando vio a Dani con un gorrito victoriano, con visera y un lazo atado debajo de la barbilla, y sobre los hombros un chal que perfectamente podría pertenecerle a la mamá de su bisabuela. Era una imagen absurda, de hombros para arriba parecía sacada del siglo XIX, y de hombros para abajo era totalmente una chica del siglo veintiuno con su chaqueta de jean estampada atada a la cintura, un top, unos jeans altos y rasgados y un par de tenis blancos. Lo primero que le dijo Ly fue;
—¿Que traes en la cabeza? –Sonó como si buscará insultarla.
La sonrisa de Dani era larga y airosa.
—Es mi gorrito victoriano ¿Te gusta?
—No –fue sincera– Pensé que sería un picnic, no una fiesta de disfraces.
Dani no menguo en su alegría ¡Ya había predicho las palabras de su amiga! Y estaba decidida a que no le importaran. Se acomodo la cesta que llevaba entre brazos y pregunto con ilusión;
—¿No me parezco a alguna de las hermanas Bennet? –sus pestañas revolotearon como mariposas. Xavier le dijo que vestida así le recordaba a su tía abuela.
Dan, con manos escondidas en el suéter le murmuró a la rubia ceñuda;
—Yo creo que se está tomando muy enserio eso de lo de mar... Mariana, marina, o lo que sea.
—Marianne –le corrigió en voz alta.
Dani casi dió un saltito.
—¿Me parezco a Marianne? ¡Oh! ¡La dulce Marianne! Ya desearía ser como ella, haría muchas observaciones excepcionales –Comenzó a decir, con voz teatral y suspiros alegres– ¡Este no puede ser un día más espléndido! El sol no puede brillar mas y el clima ser más clemente ¡Soy completamente dichosa! –Y entonces, casi retozando comenzó a adentrarse por el caminito.
Ly miro a Dan horrorizada.
—¿Que si enloqueció? –Dijo él– È vero, enloqueció.
Dieron un corto paseo hasta llegar al sitio en el que se habían reunido por primera vez. El tronco caído seguía allí, por diez años había estado allí y seguiría siendo así hasta quien sabe cuándo, era una de esas cosas que uno se pregunta ¿Algún día cambiarán? El cielo era azul vibrante, como en un día cualquiera en esa ciudad. Siguieron el rumor del riachuelo y alzando una sábana se sentaron a la sombra de un árbol.
La grandiosa idea de ese picnic había sido patrocinada por Daniela, que siendo inventora y promotora de todo dejaron por completo en sus manos la organización del "evento" y los demás se comprometieron solo a llevar cualquier chuchería y a ellos mismos. Ly no estaba muy feliz con la idea, pero ¿Que más da? Ese día no tenía ganas de quedarse en casa. Llevo una bolsa de papas, Xavi refresco de limón, Dan no tuvo que preocuparse, le dejo todo a su hermana y Dani de la cestita saco sandwiches, galletas, fresas con crema y un pequeño pastel, platos y vasos. Los jóvenes observaron su entusiasmo, e intercambiaron miradas llenos de diversión. Se sentía como un juego de niños.
—¿Piensas comportarte como personaje de libro toda la tarde? –le pregunto Ly, abriendo la bolsa de papas.
—¡Sí! Hoy es mi día de época. Siempre he querido tener un día en el que me sienta la protagonista de un drama de época...
—Siempre he querido tener un día en el que la gente deje comportarse ridículamente –Contesto Ly.
—Siempre he querido tener un día en el que el estado mental de mi hermana no me preocupe –Le siguió Dan.
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Gracia
Genç KurguSegún ella, la vida no le estaba dando más opción que ser lo que era. Una desencantada adolescente, malhumorada y sin sueños ni ánimos para el futuro. Cuando conoce al chico nuevo, que parece ser aficionado a su banda favorita -esa que marcó su inf...