Era otro día más para la vida de Catarina. Tal vez más frío que el anterior o más brillante que el ayer. Ella se preguntaba que era eso que sentía al ver a Anton. ¿Admiración? ¿Respeto? No tenía idea. Pero sabía que no era amor. Ya que Catarina no sabía amar.
Sonó el timbre y que gloria, ella solo deseaba ir a la sala de música. Salió corriendo para llegar a esta. Pero al ver la puerta notó que adentro estaban otras personas. Pensó "más músicos al fin" pero al entrar, las paredes y el piso estaban cubiertos con pintura negra. La gracia que tuvo una vez ese lugar se había perdido para siempre o eso pensaba la joven Catarina.- ¿Qué hacen? - preguntó Catarina al grupo de chicos que estaban ahí.
- Oh Cata, estábamos pintando y remodelando el lugar. - Dijo un joven llamado Jaemin.
- ¿Puedo saber para qué? - preguntó Catarina algo enojada.
- Para una sala de baile. - Dijo un chico de cabello negro. Estaba todo manchado y tenía una chaqueta de cuero. Lo que le hacía parecer un cantante de rock o de algo parecido. Era completamente opuesto a Catarina quien estaba vestida con elegancia. Con ropa blanca y unas perlas. Con su cabello en una coleta y finamente arreglada.
- Pero si esta es la sala de música clásica. - comentó Catarina
- Era, ya nadie la utiliza. Sólo tú y ese chico Anton. - respondió otro chico que se llamaba Yangyang.
- Nosotros no somos nadie, somos músicos. - respondió Catarina muy enojada.
- Y nosotros bailarines. Necesitamos donde bailar. - Habló el chico con una chaqueta de cuero.
- Si quieres ir a bailar, baila en los teatros, en las calles. Pero no justo aquí. - respondió Catarina.
- Auch, tranquila Nena, no es necesario la agresividad. - respondió el chico.
- A mi nadie me dice nena, y menos un bailarín callejero. - Dijo Catarina saliendo de la sala de música en llamas.
Estaba a borde del llanto, ¿donde iba a tocar ahora? ¿Dónde iba a mirar como Anton tocaba el cello con elegancia? Probablemente por eso no vino ese día. Tal vez Anton ya sabía que iba a pasar en la sala de música.
- ¿Y ella quién es? - preguntó el joven de cabellos negros a su amigo Jaemin.
- ¿Ella? Es Clary Catarina, no se sabe mucho de ella. Solo que toca el violin en con Anton en esta sala de música. - respondió Jaemin mientras movía la pintura con un pincel y trazaba dibujos en la paredes.
- Ya veo... JAEMINA TE HE DICHO QUE NO DIBUJES SEÑORES DE PALO EN LAS PAREDES. -
- lo siento Haechanah no puedo evitarlo. - Hae se acerca y le da un manotazo en la mano.
- AH ESO ME DOLIÓ. -
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Bajo El Muérdago
FanfictionUn regalo de Navidad. Una historia dulce y corta. Entre dos almas opuestas que se atraen. Un cuento juvenil que le dedico a mis amigas. Espero les de risa y les guste este mini cuento que escribí y disculpen los errores. Para: Gigi Nuni Y Dannae Fel...