~Capítulo 14~

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*Perspectiva de Gustabo*

Me estaba terminando de preparar cuando se escucho repentinamente unos toques en la puerta del piso.

-¡Horacio, ve a abrir! - le grité a Horacio desde el cuarto de baño

-¡Voy! - Grito Horacio.

Oí como abrían la puerta.

-¡Gusnabo, es tu novio! - Grito desde la puerta.

Yo me ruborize. Y fui corriendo abajo.

Conway el otro día me había invitado a cenar. Para esta ocasión me había deleitado por una camisa blanca, con los primeros botones desabrochados, una americana negra, unos pantalones de traje negros y unos zapatos blancos. Era un outfit elegante, pero a la vez casual y cómodo.

Al llegar a la puerta, aparté a Horacio y me encontré con un Conway de traje y corbata, con sus cabellos azabaches bien peinados, como siempre; ese hombre era muy elegante.

-Hola - me saludó Conway.

-Hola - le devolví el saludo.

-Toma, son para ti - me dijo dándome un ramo de rosas. - No sabía cuales eran las que te gustaban, así que me decante por lo típico.

Yo me tape la boca con una mano en señal de sorpresa y emoción. Me acerque a él y le di un abrazo.

-Gracias - le agradecí.

-Follad ya, joder - dijo Horacio detrás de la puerta.

-Cállate - le dije separándome de Conway y dándole un puñetazo en el brazo a Horacio.

-Te recuerdo que sigo siento tu jefe, capullo - dijo esta vez Conway matando con la mirada a Horacio.

Horacio levantó las manos en señal de paz y se fue.

-¿Nos vamos? - me dijo Conway.

-Sí, espera que voy a por mi abrigo - le dije yendo a por mi abrigo, a parte también me puse un gorro de lana de color negro. Estábamos a principios de noviembre y ya podía llevar los gorros que tanto me gustaba llevar.

Volví donde Conway y le hice una señal indicándole que ya podíamos irnos.

-Estas adorable con el gorro - me alago Conway.

Yo reí por lo bajo y me ruboricé un poco por su alago.

Subimos a su coche y inició rumbo a un lugar desconocido para mí.

-¿Donde vamos a ir? - le pregunte.

-Es una sorpresa - me respondió, dejándome con la intriga y las dudas.

Conway condujo durante un rato por caminos que no me sonaban, pero intente no ponerme nervioso. Llegamos a el lugar especial de su ex-esposa, donde se escapo y donde me besó por primera vez. Supongo que encontró un camino distinto para llegar ahí, para que fuera sorpresa.

Conway se bajo rápido del coche, para rodearlo y abrirme la puerta como si fuera de la realeza, me tendió la mano y yo la agarre, para ver que, a lo lejos, cerca del borde del precipicio, se encontraba un caminito guiado por  un montón de pétalos de rosa. Él me tapo los ojos con sus manos y me guio hasta parar donde pude ver un precioso mantel, con  un plato con un montón de Nuggets, junto a unas servilletas , dos copas con una botella de vino al lado, y un montón de fanalitos alrededor que iluminaban la zona. El de cabellos azabache me invito a sentarme, luego sirvió un poco de vino en cada copa, seguido de eso me dedico una sonrisita de lado, mientras me miraba atentamente.

-Se que seguramente este no es el plan que te esperabas, es algo muy cursi, pero me salió del corazón  - me dijo Conway bebiendo nervioso de una de las copas.

-¿Qué dices? Es el mejor plan que pudiste hacer, no me lo esperaba, pero eso no lo hace menos bonito - le dije sonriendo.

En ese momento juré que había visto como sus ojos brillaban. 

Estuvimos un rato hablando de temas triviales, hasta que Conway se puso de pie y me tendió la mano para que también lo hiciera, una vez los dos de pie, me agarro de las manos y carraspeo, intentando disimular su nerviosismo.

-Gustabo, nos conocemos desde hace cuatro meses y medio, y has sido lo mejor que me ha pasado en los últimos años, has entrado en mi vida y las has hecho infinitamente mejor. - Conway paro un momento para tragar saliva. - Los dos nos complementamos, ambos sabemos todas las mierdas que hemos pasado y hemos estado los dos al lado del otro cuando lo necesitábamos. Creo que eres la persona más fuerte, hermosa e increíble que haya conocido jamás, así que quería preguntarte, en este sitio, donde pasamos tardes enteras hablando, donde me encontraste esa vez que desaparecí, donde nos dimos nuestro primer beso, y, aún que en un principio solo era de Julia, compartí mi lugar favorito contigo, porque eres mi persona favorita y quiero pasar el mayor tiempo posible contigo, hasta que el sol deje de brillar. - Mi corazón iba a mil y supongo que el de Conway también. - Gustabo García, ¿Me permites el honor de ser tu novio, el honor de poder levantarme todos los días junto a ti, de poder admirar cada facción de ti, de darte la mano y llevarte a sitios diciendo orgullosamente que eres mi pareja? - A Conway parecía que le iba a dar un patatus en cualquier momento.

Yo separe mis manos de las de Conway, me acerque más a él y tire de su corbata para juntar nuestros labios en un beso dulce y romántico, no había desesperación ni adrenalina, solo amor y cariño. Él me agarro suavemente de la cintura y acerco aún más nuestros cuerpos, estaba en el cielo. Solo él y yo, yo y él. Me encantaría tener superpoderes para poder parar el tiempo y que ese momento nunca se terminara. 

Desgraciadamente, no tenía ese poder y los dos terminamos separándonos del beso, mientras nos mirábamos a los ojos dulcemente.

-Entonces... ¿Esto es un sí o un no? - dijo Conway junto a una risita.

-No, solo quería saber como sabía el vino - le dije sarcásticamente.

Y los dos empezamos a reír por la chorrada que acababa de decir.

-Lo siento, siempre tengo que cagarla en momentos serios - dije desviando la cabeza hacia el mantel. - Pero obviamente es un sí, joder, eres lo mejor que me ha pasado, a parte de Horacio, ya lo sabes, Horacio siempre tiene su lugar en el pedestal, pero me has ayudado muchísimo y yo espero también haberte ayudado a ti, eres el hombre que siempre soñé y no sabes lo feliz que me haces todos los días que pasó junto a ti - dije emocionado. - A parte, con los Nuggets ya me habías ganado.

Conway sonrió abiertamente y me abrazo muy fuerte, puso sus brazos alrededor de mi y me acarició suavemente la espalda.

-Tú siempre eres perfecto a tu manera, y eso me encanta - me dijo Conway separándose un poco del abrazo para posar sus manos con dulzura en mis mejillas.

Las acarició con cariño y me dio un beso en la frente, para luego pasar otra vez sus brazos alrededor de mi cintura y apoyar su cabeza en mi hombro, mientras sentía que aspiraba mi aroma, yo lo abracé pasando mis brazos alrededor de su cuello, para acariciar su pelo con delicadeza.

Nos quedamos un rato así, hasta que Conway habló, aún en mi hombro.

-No sabes lo feliz que soy ahora mismo, podría quedarme así para siempre.

Dudo mucho que Conway lo notara, pero estaba sonriendo a más no poder, ese hombre era increíble.

Nos separamos lentamente y seguimos comiendo y bebiendo mientras, tumbados en el mantel, contemplábamos el cielo estrellado de la noche.

Nos separamos lentamente y seguimos comiendo y bebiendo mientras, tumbados en el mantel, contemplábamos el cielo estrellado de la noche

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