CAPITULO 63 NADIE AQUÍ ES NORMAL

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EVANGELINA

Siento que de mi boca se sale un jadeo, una cálida boca me está dando placer, me remuevo por la cama, mientras unas manos se aferran firmemente a mis caderas. Poco a poco voy abriendo los ojos y al mirar hacia abajo, me encuentro con unos bonitos ojos color miel. Me da una sonrisa coqueta.

-Queria saborearte - Dice y pasa su lengua por mis pliegues - sabes a maldita miel - chupa mi clítoris. Gruñe y mis manos se adentran en su largo y espeso cabello - tan jodidamente dulce.

-¿Estas desayunando sin mí? - Le digo entre gemidos.

Puedo ver como medio sonríe por mis palabras. Puedo decir que he despertado con el mejor oral de mi vida. Lo veo levantarse y venir hacia mí, su polla está erecta, se la masajea. Sus rodillas separan mis piernas y se sitúa entre mis piernas.

-Voy a follarte ahora. Esa boca es mía. Ese culo es mío. Ese coño es mío ¡Eres jodidamente mía!

No puedo evitar gemir ante sus palabras - Maldito posesivo - hace que mi coño comience a palpitar por sus jodidas palabras. No puedo imaginar lo dudo que será, aún estoy adolorida de la noche anterior, no me dio descanso, ni tregua. Me folló de todas las maneras que se le ocurrió.

Sus ojos color miel arden. Hace que mi estómago se revuelva por lo mucho que quiere de mí y lo mucho que yo quiero darle.

-Sabes que me perteneces Evangelina - Dice mientras rosa la cabeza de su miembro en la entrada de mi sexo.

Lo veo acercar sus labios a mi oreja mientras su mano libre se desliza entre nuestros cuerpos y encuentra mi coño.

-Al parecer todavía no sabes lo que significa pertenecerme. Y estoy a punto de enseñarte, mi estrella - Arrastra sus labios por el costado de mi cuello e inclino mi cabeza a un lado para darle un mayor acceso - Me voy a encargar de que todos escuchen lo bien que tu hombre te folla, lo bien que te atiende y te satisface. Les haré saber que ningún otro te hará sentir lo que yo te hago sentir, ningún pelele te llenará tanto como yo.

Respiro con dificultad, sigue jugando con mi cordura, ya que, solo rosa la cabeza de su miembro en mi entrada.

-Todos sabrán a quien le perteneces Evangelina. Todo el maldito mundo sabrá que me perteneces - Su miembro masaje mi clítoris y gimo - Te voy a presumir, te voy a dejar moretones hechos con mi boca - Separa los pliegues de mi coño y se desliza lentamente dentro de mí - Ahora vives por mí y para mí - Lame el costado de mi cuello hasta mi oreja - Y yo para ti - Se introduce un poco más, cierro mis ojos y respiro profundamente - Te poseo y te protejo.

Mis piernas tiemblan, me duelen los brazos, pero mi coño ya está empapado. Mi cuerpo ya está temblando anticipando lo que va a suceder. Esto es lo que anhelaba. Lo que imaginaba, un hombre que pudiera darme todo lo que yo necesitaba, que no me juzgara y que me satisfaga.

-Abre bien esas piernas, mi estrella... y déjame follar ese bonito coño.

***

Agust y yo nos encontramos acostados en la cama, nuestras piernas se entrelazan y él me tiene acostada en su pecho. Hago círculos con mis dedos en su pecho, mientras estoy absorta en mis pensamientos.

-¿En qué tanto piensas? - Su voz me trae de vuelta.

-En que desee hace mucho volver a estar así contigo - Confieso.

-Todo se terminó por tu culpa - Me recuerda. Yo blanqueo los ojos, al parecer nunca va a olvidar eso.

-Supéralo - Le digo.

-Ya lo superé - Dice y se encoge de hombros - Igualmente nunca dejaste de ser mi mujer. Te lo dije, siempre has sido mía y siempre lo serás.

-No soy tu mujer - Le digo.

DIARIO DE UNA NINFOMANA (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora