El susurro eterno

Viaje y Reencuentro

Octavian aterrizó en el aeropuerto de Hong Kong y lo primero que hizo fue buscar un taxi y dirigirse al Hotel donde se quedaría. Una vez llegó, empezó a acomodar todo para después recostarse en la suave y cómoda cama, quedándose mirando al vacío por un buen rato antes de caer profundamente dormido.

Al despertar al día siguiente, Octavian se levantó temprano para escribirle a su pareja y desearle un buen día, recordándole cuánto la quería y la extrañaba. Su esposa, al leer el mensaje, sonrió y le deseó un buen día también, expresándole lo mucho que lo extrañaba. Con una sonrisa en el rostro, Octavian dejó de lado su celular para terminar de cambiarse y dirigirse a la empresa de su socio, con el objetivo de cerrar un contrato importante lo más pronto posible para poder regresar a casa y abrazar a su pareja, llenándola de amo

HORAS DESPUÉS

La junta había terminado y Octavian salió muy feliz de la empresa, habiendo logrado cerrar aquel importante contrato. Mientras se dirigía al estacionamiento, chocó con alguien...

O: Perdón, perdón, no me fijé.

XX: No te preocupes, fue culpa mía, andaba distraída.

Ambos levantaron la cabeza y se encontraron con la mirada del otro, quedando sorprendidos...

O: Emma?

E: Octavian?... ¡Dios mío, cuánto tiempo!

O: Lo mismo digo, no pensé volver a cruzar caminos contigo.

Se dedicaron una linda sonrisa y se dieron un cálido abrazo. Octavian le ofreció ir a pasear y tomar un café para ponerse al corriente de sus vidas, contando cómo les había ido en sus respectivas vidas y cómo habían prosperado. Aquella chica era la ex de Octavian, sí, la misma a la que terminó por obligación de su padre para poder casarse con su actual pareja, Evadne. Pasaron horas hablando y Octavian no mencionó nada sobre su matrimonio a su acompañante, sintiendo que sería incómodo para ella. Después decidieron que ya era hora de despedirse. Octavian llevó a Emma a su casa, intercambiaron números para mantenerse en contacto, y el chico regresó al hotel donde se estaba quedando.

Al llegar, se metió en la ducha y luego se acostó, tomando su teléfono y notando que tenía una llamada perdida de su esposa. Le devolvió la llamada y su esposa respondió unos segundos después, muy feliz.

O: Hola, mi vida, ¿Cómo estás?

E: Hola, cariño, estoy bien gracias. ¿Y cómo te fue en tu día? ¿Cerraste el contrato?

O: Sí, mi amor, cerré ese contrato. Mañana compraré un vuelo para ir a casa, ya quiero abrazarte y darte mucho amor.

E: Genial, mi amor, sabía que lograrías cerrar el trato. Eres el mejor en todo. Te extraño mucho, regresa a casa pronto. Además, tengo que darte una noticia.

O: ¿Así? ¿Qué es, cariño?

E: Es sorpresa, jajaja. Bueno, toca dormir, ya es tarde y tengo mucho sueño.

O: Está bien, mi amor, duerme bien. Nos vemos en unas horas.

Los chicos se despidieron cortaron la llamada y se acostaron a dormir, contando los minutos y los segundos para volver a verse. Lo que Octavian ni siquiera pasó por su mente fue que ese encuentro inesperado con su ex, después de años sin verse, tendría un impacto tan profundo en la hermosa relación que había construido con Evadne. La simple casualidad de cruzar caminos con su pasado desataría una serie de eventos que desafiarían la estabilidad y la solidez de su vínculo con Evadne, llevándolo por un camino que nunca habría previsto.