El extruendoso ruido en el comedor del colegio le hacía -a la pelinegra- taparse de vez en cuando y muy discretamente los oídos. Se sentía fastiada, le dolía la cabeza, sus amigas poco le hablaban y nuevamente, estaba excluída de la conversación.
Estaba a punto de pararse de allí y no tolerar más aquellas actitudes, hablar con sus amigas de cómo se sentía al respecto pero cuando fue a abrir la boca para hablar quedó muda al escuchar a Thomás decía: — Tanya, habrá una fiesta — La morena se encoje de hombros — Invité a Darían y aceptó — Este ladeando una sonrisa mira a la morena, quien, de inmediato parece interesada — ¿Si quieres ir?
La morena quería mantener una reacción neutra ñero finalmente terminó luciendo una sonrisa de oreja a oreja — ¿Debería creerte? — Dudaba de las palabras del contrario, cruzándose de brazos por encima de la mesa en la que se encontraban.
Thomás asintió con una sonrisa en su rostro y volvió el rostro a la pelinegra cuando esta suspiró, arrepintiéndose de llamar la atención de aquella forma. — ¿Quieres venir también, Jill? — Esta negó de inmediato — Vamos — Hizo un puchero — Prometo hablar con Samuel — Jill bufó fuertemente con una sonrisa irónica y se levantó, deciendo en irse de allí.
La mesa quedó en silencio, nadie la detuvo, nadie siquiera se despidió de ella.
Su madre había dejado de frecuentar nuvamente la casa por las tardes, asi que agradeció infinitamente eso, ya que, debido a lo sucedido en la escuela no se sentía lo suficientemente bien para salir o ir a casa de algunas de sus amigas
Veía su serie favorita en la incomodidad de su sala, sintiendose expuesta incluso estando las puertas y ventanas cerradas. Muy poco salía de su habitación y si lo hacía no era precisamente a estar en la sala y mucho menos viendo tv allí
Pero tampoco quería ir a ver la serie a su habitación ¿Las razones? Darían
Aparte de que el chico estaba estudiando o que le llegase a molestar el ruido de su portátil, irónicamente cualquier cosa le hacía pensar que invadía la privacidad del otro. — ¿Qué serie es? — Escuchó a sus espaldas la rasposa voz del chico
Estaba durmiendo seguramente, pensó Jill. — Lucifer — Dijo casi en un susurro. Todo volvió a quedar en silencio a sus espaldas, curiosamente la pelinegra volteó a ver si el moreno se había ido pero allí estaba, vistiendo casualmente y mirando fijamente la pantalla del tv — ¿Quisieras verla — Se iba a arrepentir en algún momento por las consecuencias que tuvieran sus actos pero esta no era la ocasión — conmigo?.
Había dormido muy poco, tenía prominentes ojeras y ni siquiera se había tomado la molestía de arreglarse para ir a clases, simplemente se colocó su uniforme, tuvo una pequeña conversación con su madre mientras desayunaba y con Darían mientras alistaba su bolso e incluso hablaron de camino a la escuela.
— ¿Cómo te fue en la fiesta? — la pelinegra se atrevió a hablar haciendo que todos sus amigos voltearan a mirarla, excepto Tanya
La morena ladeó una sonrisa y asintió. — Hubiese estado mejor si hubiera ido Darían — Jill no supo exactamente qué parte de ella se rompió al escuchar eso pero peor aún cuando se sintió bien de lo que su amiga le contaba
— ¿Por qué no fue? — Volvió a preguntar — ¿Él te dijo? — Trataba de no mirarla a los ojos e incluso se había puesto nerviosa
— Bueno, me dijo que se quedó viendo una serie y se le olvidó
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AUTUMN
Teen FictionJill se convierte en la obsesiva chica del color naranja, rojo, del otoño, del chico de cabellos ondulados y piel canela que la hace pasar de la nostalgia a hacerla sentir cálida. Ha vivido sumida en una burbuja azul con una rutina ínsipida, disocia...