DESBORDADA PASIÓN. 🔞 (2MIN)🌈

十三.UN NUEVO COMIENZO.

SEGUNDA PARTE.

ÉPOCA MEDIEVAL.

AÑO 1330. NACIÓN DE GORYEO* (COREA).

El sol brillaba en lo alto del cielo, iluminando la gran plaza principal del Reinado de Gangneung. La multitud se había congregado allí con un propósito específico: el recibimiento del ejército victorioso que regresaba tras una larga y ardua batalla contra el Reino de Chungcheong. Los habitantes de Gangneung tenían razones para estar orgullosos, ya que su ejército real, comandado por el Primer Wangja*, Choi Minho, había triunfado en la contienda, añadiendo con éxito una nueva región a su reino. Años de intentos de negociación con el Rey Bon Hwa, habían resultado infructuosos, y la única alternativa había sido la guerra.

El Wang* (Rey) Choi Yeong, gobernante de Gangneung, había tomado la difícil decisión de enviar a su hijo mayor, el apuesto Wangja* (Príncipe) Minho, al campo de batalla. Fue una elección estratégica que demostró ser acertada, ya que el carismático y valiente príncipe logró conquistar Chungcheong después de cuatro meses de intensos combates. Su retorno triunfal con su ejército era un evento esperado con ansias por toda la población de Gangneung. Las calles estaban adornadas con estandartes y flores en honor a los valientes guerreros.

En la plaza principal, tanto nobles como plebeyos se habían congregado para dar la bienvenida a su príncipe y a los soldados victoriosos. Entre la multitud, las mujeres parecían ser las más ansiosas de demostrar su gratitud. Aunque intimamente la razón para ellas era otra. Tenían el deseo ardiente de mirar al Wangja* Minho, aunque fuera por un instante. Para estas jóvenes, el Wangja* heredero era una figura misteriosa y apasionante, que levantaba bajas pasiones.

Era bien sabido que, Minho, tenía mujeres por montones, y que él era un hombre fogoso que podía satisfacer a varias al mismo tiempo. Su padre y hermanos se encargaban de difundir cientos de historias haciendo así más poderoso el honor Choi. 

Mientras esperaban con impaciencia el desfile del príncipe, las chicas se apretujaban en la multitud, tratando de conseguir el mejor lugar para ver pasar a su héroe. Sus murmullos y risitas emocionadas llenaban el aire. Una de las jovencitas comentó con entusiasmo. —¡Ojalá el Wangja* logre verme! Estoy segura de que me mirará y sonreirá. –Sus amigas asintieron y se contagiaron de su deseo. "¡AHHHHHH!". —Suspiraban con emoción.

Era un sueño común entre todas ellas, aunque sabían que, en realidad, el Wangja* heredero sólo tenía ojos para las mujeres de su misma clase social. Las Yangban* (clase social alta)

Otra joven respondió con cierta resignación. —Incluso si nos mira, ¿qué importa? El príncipe heredero solo ve a las mujeres de su clase. Para él, las jóvenes  como nosotras no existen.  —A pesar de la amargura en sus palabras, había un brillo de esperanza en sus ojos, un sueño secreto de ser notadas por el Wangja* a pesar de todas las barreras sociales que los separaban.

Una  de ellas asintió en acuerdo, pero luego agregó con resignación.  —Tienes razón, pero de todos modos quiero ver su rostro de cerca. Es tan guapo y varonil. No todos los días tenemos la oportunidad de verlo. Las jóvenes compartían sus secretos y esperanzas mientras se entretenían en la multitud, anhelando la llegada del Primer Wangja* Minho.

Finalmente, los gritos y la emoción estallaron en la plaza principal. Un grupo de hombres con grandes tambores comenzó a desfilar, tocando los instrumentos con fuerza, llenando el aire con un sonido ensordecedor y enérgico. La multitud vitoreaba, emocionada por el espectáculo. Las jóvenes miraban con asombro y anticipación, sabiendo que el momento que habían estado esperando se acercaba.

Detrás de los músicos, apareció el Primer Wangja* Choi Minho, montando un imponente caballo negro. Su figura destacaba entre la multitud, y su porte era verdaderamente majestuoso. El Wangja* lucía un atuendo de guerra, que mostraba su estatus como líder del ejército victorioso. Su cabellera larga y negra caía en cascadas sobre su espalda, ondeando al viento con cada movimiento de su montura.