Esta historia fue escrita antes de la publicación del Las reliquias de la Muerte. En la línea temporal de esta historia, Albus Dumbledore no fue asesinado en la Torre de Astronomía.
***Harry se despertó por culpa de un sonoro ronquido, y por un momento, se sintió desorientado al encontrarse rodeado de posters de Quiddich de color naranja chillón.
Cerró los ojos instintivamente cuando una bludger pasó demasiado cerca de su cara, seguida por un jugador en miniatura, y cuando se dio la vuelta para volver a dormirse se encontró con la figura de Ron, quien dormía en otra cama a su lado. Aún no se había quitado el esmoquin que había llevado la noche anterior, en la boda de su hermano.
La Madriguera estaba sumida en un extraño silencio, ya que todos estaban durmiendo la resaca, pero Harry creyó oír cierto ajetreo en la cocina, lo que significaba que la señora Weasley ya estaba levantada.
Hacía una semana que Harry había abandonado definitivamente la casa de sus tíos, tras cumplir diecisiete años, y se había mudado a la Madriguera. Le había costado muy poco adaptarse a su nueva vida, ya que los Weasley le trataban como si fuese uno más de la familia, y la señora Weasley no dejaba de repetirle que podía quedarse todo el tiempo que hiciese falta.
Sabiendo que no podía volverse a dormir, por culpa de los ronquidos de Ron, Harry se levantó y bajó en silencio a la cocina, donde la señora Weasley se afanaba por limpiar los restos de la fiesta de la noche anterior.
-Harry, querido ¿qué tal has dormido? -preguntó al verle.
-Poco, pero bien -respondió él, sentándose en la mesa.
-No me extraña, después de la que armasteis anoche ¡Parecía que se iba a caer la casa entera! -protestó la señora Weasley, pero Harry sonrió al saber que no estaba enfadada-. ¿Quieres desayunar?
-La verdad es que...
-Claro que sí -le interrumpió ella, poniéndose a cocinar un desayuno que podría dejar satisfechas a más de veinte personas. Harry, que tenía la cabeza peor que un reloj despertador, el estómago realmente machacado y la boca pastosa, la miró con desesperación, pero no se atrevió a contradecirla.
-Menos mal que ya acabó todo -comentó la señora Weasley mientras iba de un lado para otro-. Creí que esa boda no se celebraría nunca.
-¿Por qué dice eso?
-Bueno, ya sabes que las madres nos preocupamos por tonterías -ella le quitó importancia, y puso delante de Harry las tortitas, las tostadas, el zumo, la leche, la fruta, los...-. Pero al final, todo salió bien ¿Quieres beicon? -preguntó de repente.
-Realmente...
-Ahora mismo -ella se giró, sin darle tiempo a contestar.
Harry se quedó con cara de alucinado, sin poder decir nada, hasta que de repente, la chimenea expulsó una llamarada verde, producto de los polvos flu, y por ella apareció la cabeza de Albus Dumbledore.
-¡Profesor! -exclamó la señora Weasley-. ¿Qué ocurre? ¿Ha pasado algo?
-Nada grave, Molly, no te preocupes -la tranquilizó él-. Sólo quería hablar con Harry un momento.
-¿Por qué? ¿Qué pasa? -preguntó Harry, levantándose de un salto.
-No puedo decírtelo a través de una chimenea, tendrás que venir a mi despacho -Dumbledore miró hacia la señora Weasley, con una sonrisa-. Ha sido un placer, Molly -se despidió.
Harry miró a la señora Weasley, confundido y sin saber qué hacer, y ella le apremió para que acudiera lo más deprisa posible. Harry cogió una tostada y se metió en la chimenea. Segundos después, aterrizó en el despacho de Dumbledore, donde el director le estaba esperando.
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La familia Snape (Severus x OC)
FanfictionEn su lucha contra Vóldemort y la destrucción de las horrocruxes, Harry tendrá que aliarse con quien menos se lo espera. ¿Qué secretos descubrirá?