Capitulo 1: Deseos de Sangre

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Ese día, me levante temprano.

El Instituto Santa Maria, es una escuela la cual esta divida por dos Clases, Clase Diurna, donde asistimos Zero, mi hermano, y yo. Y la Clase Nocturna, donde asiste Kaname-sempai. Cada clase tiene sus propios dormitorios, Dormitorio del Sol, Clase Diurna. Y Dormitorio de la Luna, Clase Nocturna. Cada dormitorio se comparte, de a dos personas, mi compañera es Kana-chan. Y en cuanto a Zero, aunque le pregunté, con quien compartía habitación, nunca me contesto.
Apenas ingresamos al Instituto, se fue distanciando de mi, quice acercarme a Zero de nuevo pero solo se alejo mas...

De camino a clases, Kana-chan y yo nos topamos con Zero, al saludarlo, solo me ignoró. Me dolió. Parecía que me odiaba...
- Acaso Zero-kun y tu pelearon?- Me sorprendí, estaba distraída en mis pensamientos y Kana-chan, me sacó de ellos.
- No, pero últimamente me ignora mucho y no se que hacer... - A Kana-chan no podía ocultarle nada, siempre veía a través de mi, nada se le escapaba.
- Tranquila, estoy segura de que todo se resolverá pronto. - Me dijo.
Sus palabras me consolaron. Y sentí la esperanza de que pronto Zero me hablaría del porque me ignoraba y arreglariamos el problema.
Fue un pensamiento fugaz, ya que mi mente estaba ocupada en lo que iba a hacer más tarde.

Le conte a Kana-chan que iba a declararme a Kaname-sempai, esa tarde. Me felicitó, sabia de mi amor por el mas que nadie.

A sempai lo conocía desde que podía recordar. Me salvo una noche, durante una ventisca, me había separado de mi familia. Resbale y me golpee la cabeza, no podía recordar, por más duro que intente buscar el camino correcto, todo era de un blanco puro, y aun confundida por el golpe, vague sin rumbo. De pronto un hombre, aparecio frente a mi, cubierto de rojo, tambaleante se me acerco y ya frente a mi, hablo con una voz que me hizo temblar hasta los huesos...
- DAME TU SANGRE!!!- grito y se abalanzo sobre mi.
Asustada, caí hacia atrás, no podía moverme. Temblaba y temblaba... Ese hombre estaba débil por lo que cayó al suelo y se estuvo arrastrando para llegar a mi... Tenia la vista en clavada, horrorizada, por eso...

Sin saber cuando, ese hombre, de repente, se quedo quieto, luego dejo de moverse, vi como de el salia un líquido el cual estaba pintando el blanco puro de la nieve, volviéndolo un rojo carmesí.

Cuando me desperté, estaba en un orfanato, me dijeron que mis padres estaban desaparecidos y tenía que quedarme allí.
Al verme en una esquina, sempai se acerco y me dijo - Todo estará bien ahora. - Con una voz dulce. Senti alivio y por primera vez desde que llegue al orfanato, lloré, sempai me envolvió en sus brazos, donde lloré hasta quedarme dormida.

Los días fueron pasaron y sempai me visitaba todos los días. Cada día sentía mas aprecio hacia él y su existencia se volvía valiosa.

Poco después...
El orfanato fue comprado por el Instituto, y los niños fuimos inscritos en ella. Cuando me entere de que sempai también estudiaba aqui me alegre, y me di cuenta por fin, de que era amor, su ausencia me ponía triste, y cuando me visitaba, me sentía muy feliz. No podía negarlo, pero tampoco podía decircelo, aún no. No estaba preparada.

Volviendo al presente.
Llamé a sempai para que nos encontramos delante del Dormitorio del Sol, después de mis clases.
Pensé. Muy nerviosa en lo que iba a decir y como. Me pase las clases en eso, y el profesor me regañó, por no saber la respuesta a su pregunta, pero no le preste atención, mi mente estaba ocupada.

Al fin, sonó la campaña marcando el final de las clases del día. A punto de irme...
- Buena suerte! No te rindas... Se que puedes. - Kana-chan me dio palabras de aliento, antes de partir hacia mi campo de batalla.

Salí del Instituto y cuando me dirigía al lugar de encuentro, me encontre a Zero, lo cual me sorprendió... Pero sabia que si le saludaba, me ignoraría y eso me bajaría los animos. Si wue decidi pasar de largo. Y así lo hice hasta que...
- Así que ya no saludas? - interrumpio mis pensamientos. Diciendo cada palabra en un tono melancólico.
- No saludo, porque se que solo me ignorarias otra vez... - Dije con voz apagada, recordar la forma fría en que me ignoraba me entristeció.
- No lo hago! Se que es mejor para ti estar alejada de mi... - hizo una pausa al ver mi expresión y después volvió a hablar - Sólo porque nos hayan criado como hermanos no significa que lo seamos...
Me sorprendió, al escuchar eso, senti que algo dentro de mi se rompió...
- N-n-no...- se deslizó por mi mejilla una, entonces, fria lágrima de soledad.
Zero me miro sorprendido, intento tranquilizarme, extendiendo una mano en mi direccion, pero en ese momento solo sali corriendo, no quería estar cerca de el en ese momento. Sus acciones de por si dolian, y Ajora sus palabras lo hacían mas.

Corrí y corrí, ahasta que llegue frente al Dormitorio del Sol, donde sempai me esperaba, intento saludarme, pero yo corrí a sus brazos.
Sorprendido, no me alejo sino que me envolvió en ellos y a acariciándome la cabeza suavemente, me preguntó...
- Que pasa? - su voz envolvió mis oídos, suave y de terciopelo, deje de llorar. Alze la cara, aun entre sus brazos y dije...
- Nada... - se me quebró la voz, pero sempai sin prestarle atencion, alzo un dedo y atrapó una de mis lágrimas. La vio durante un corto tiempo, luego se la llevó a los labios...
Al verle me sonroje, y al darme cuenta de que seguía abrazándolo, intente separar me de él, pero me retuvo, me sujeto por la cintura y me susurró al oído...
- Que es lo que querias decirme? - me puse mas roja, mi corazón latia a mil, y sin ningún problema había olvidado lo que ocurrió anteriormente.

Con voz temblorosa, dije por fin mis sentimientos...
- M-me g-gus-tas, sem-pai. T-te a-amo. - Hable de forma entrecortada, pero estaba segura de que había escuchado.
Sempai suspiro y después de un rato, aun en sus brazos me dijo...
- Yo también, te amo. Pero aun no es tiempo, tienes que despertar primero...
... Despertar? ... Que significa? Pensé en eso y no logre entender.
- Por ahora, se que me amas, eso es un gran paso y se que no te importa que sea. No cambiaras de opinion... - Me fue separando y me sostuvo solo por los hombros - Dejemos este tema hasta aquí, se hace tarde ya...
Me beso la mano, me dejo ir y desaparecio. Quede atónita, y tambaleante entre a los dormitorios, llegue a mi habitación y vi que Kana-chan no estaba...

Me tumbe en la cama, pensando en lo ocurrido. De pronto, golpearon la puerta... Tock, Tock
Salte del susto, me levante y abrí la puerta...
La sorpresa de ver a Zero, me saco de mis pensamientos, haciendo me recordar nuestra pequeña pelea...
- Que quieres? - dije en tono amargado y sin saludar, como el lo había hecho.
- Lo siento, si.... Ya me he disculpado. - Si, y que? - se disculpo, pero se que no lo hizo de forma sincera.
- Veo que sigues molesta... - Suspiro.
- Tu crees? - Alze una ceja, retandolo
- Ya me he disculpado, lo mejor que he podido. Así que deja de estar detrás de ese...
- No se de quien me hablas...
- Pues de quien mas... De Kuran Kaname-sempai.
- Ah! Ya... Pero eso a tí no te concierne...
- Ya veo... - Reconsidero, y luego dijo... - Me concierne. Tu eres mi hermana... - Termino la frase a regañadientes.
Al ver que contradecía a lo que dijo en la tarde, la tensión acumulada, explotó.
- No! No lo soy, según tu. Ahora!! Dejame en paz! - intente cerrar la puerta, pero no me lo permitió y termino entrando a la fuerza, cerrando a su paso.

Retrocedi, y termine contra la pared, donde paso su brazo junto a mi cabeza, encerrandome en un pequeño espacio...
- No! Seguiré aquí hasta que me digas que dejaras de estar detrás de el. Y tu no sabes quien es...
Lo empuje ahora molesta, pero con su insignia de la Clase Diurna. Me corte el dedo donde...
Una gota de sangre salio de mi dedo, roja y brillante, cayendo después al piso. Mientras la veía, maldeci en mi mente por la alfombra manchada. Pero mi atención debía estar en Zero, quien de pronto me sujeto por los hombros, con ambas manos con una fuerza sobrehumana, y sus ojos blancos, se tornaron rojos. De sus labios, brotaron un par de colmillos...
Perpleja, me asuste...
- Z-zero... S-sueltame, que te pasa? - me miro a los ojos y dijo...
- Acaso no estas feliz? Soy lo mismo que tu amado sempai...
- De que hablas?
- Estoy diciendo que tu precioso principe y yo somos vampiros....
Sentí por un momento que mi mente dejaba mi cuerpo, pero no podía desfallecer ahora. Tenia que confirmar lo que acababa de escuchar...
- N-no... es... p-posible... No hay... forma de que... sempai
- No lo aceptas, EH! Pero yo también lo soy. Y ati lo unico que te importa es tu sempai...
No podía creerlo, Zero y sempai son... No puede ser! Como? Sin poder habla, Zero me sujeto la barbilla fuertemente, haciendome mirarlo. Sacandome de mi trance.
- Voy a mostrarte que no es mentira! - sonreia maliciosamente, mostrando los colmillos secos, y dando a entender su garganta sedienta de sangre... Mi sangre!!

Para de pensar!. Enfocate! Pensé. Tienes un vampiro frente a ti, uno de verdad, si sempai también lo es... Prefiero que me muerda el.

Con eso en mente, trate de liberar me, en vano. Zero vio mi resistencia y se reía.
De pronto, sentí un dolor punzante, agudo y con un gran impacto contra cuello, me dolía. De inmediato, una caliente sensación se deslizaba por mi cuello hacia abajo.
- N-no! - Intente gritar pero la voz no me daba... De pronto, Zero se detuvo...
Solo para susurrarme al oído...
- Cuantos deseos tenia de beber tu sangre... - Susurró en mi oído, y yo sólo podía temblar de dolor, y quedar atónita al saber que ese no era el Zero que conocía, y que me gustaría no haberlo conocido nunca.

Esa ultima frase que sañieron de sus labios, quedó flotando en la habitación, y nuevamente y con mas fuerza, Zero volvió a clavar sus afilados colmillos en mi cuello...

Al borde de mi conciencia, solo pude pensar: Así que siempre tuvo deseos de sangre...

Maldito Caballero!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora